La torre Dabone catapulta al Barcelona y retuerce al Madrid en la final de la Minicopa
El p¨ªvot azulgrana de Burkina Faso, de 13 a?os y 2,08 metros, logra 48 de valoraci¨®n y decide el envite (78-89)
Puede que le costara remarcarse porque en muchas situaciones le pusieron doble marca. Puede que en alg¨²n momento se desesperara y hasta chasqueara con la boca, y puede que fuera eliminado por faltas personales a falta de un minuto¡, pero Mohamed Dabone, p¨ªvot de Burkina Faso nacido en 2011 y con 2,08 metros de altura, decidi¨® la final de la Minicopa porque es un prodigio de la pelota naranja y tambi¨¦n un desbrozador para sus compa?eros porque su presencia multiplic¨® las rampas a canasta del Bar?a del mismo modo que ech¨® el cerrojo en su aro. Suficiente para doblegar al Madrid y llevarse el laurel (78-89).
Desde las 11 de la ma?ana ya se arremolinaban los ni?os para jugar una suerte de partidillos en las canastas improvisadas que se hab¨ªan colocado en los aleda?os del Mart¨ªn Carpena. Caras risue?as de los j¨®venes y m¨¢s de circunstancia de los mayores, que se animaban a hacer fotos a la vez que se refugiaban en un caf¨¦ reparador, tambi¨¦n ilusionados en cualquier caso por ver la final entre el Real Madrid y el Barcelona, aut¨¦nticos tiranos de la competici¨®n. Ninguno como el club blanco, que hab¨ªa conquistado nueve de las 10 ediciones pasadas, que son todos sus laureles. No sucedi¨® lo mismo en esta, coronado el Barcelona, que suma siete, lejos ya del tercero en discordia, un Joventut que tiene cuatro.
REAL MADRID, 78 ¨C BARCELONA, 89
Real Madrid: Fevry (10), Robinson (13), Cañizares (1), Mera (23) y Manel (20) -quinteto inicial-; Román (0), Priego (0), Garma (11) y Marvis (0).
Barcelona: Cruz (9), Ruiz (0), Cerdán (19), Maker (9) y Dabone (22) – quinteto inicial-; Jaunzems (6), Pérez (9), Lloscos (0) y Martín (15).
Parciales: 20-21; 16-24; 20-21; 22-23.
Árbitros: Cristóbal Sánchez, Roberto Lucas y Eduardo Prados. Sin eliminaciones.
Cuando comenz¨® a botar la pelota, sin embargo, todos los flashes fueron para Dabone, que por ahora no encuentra rival. Con el tiempo, ya se ver¨¢. Pero nadie le quitar¨¢ la copa de un Carpena que a medida que se acercaba el encuentro fue dando color a las gradas, gritos de ¡°?Ale Madrid!¡± por un lado y ¡°Oh, lele, oh lala, ser del Bar?a es el millor que hi ha¡± por el otro, todos unidos sin embargo cuando tron¨® Arranca de Becky G, Nochentera de Vicco y Lali Esp¨®sito y unas cuantas m¨¢s ca?eras a m¨¢s no poder. Al final, los 4.739 espectadores que acudieron al pabell¨®n disfrutaron de ver el mejor partido posible en edad de infantiles, una entrada que hizo las delicias de los chavales, poco acostumbrados a esta tesitura, segundo mejor registro tras las 8.630 personas que acudieron el curso pasado a Badalona. Por entonces, en el pabell¨®n del Joventut, el rey era el p¨ªvot del Madrid Mahamadou Landoure, maliense que con 13 a?os y 2,11m se bast¨® solo para descuajaringar al Barcelona. Otra torre, otro abus¨®n. Como Dabone.
Al principio, Dabone era el Bar?a, jugador que impon¨ªa su ley en la pintura, bien con rebotes, bien con cuerpeo, bien con canastas. Suyas fueron las dos primeras y la aclaraci¨®n de que los azulgrana, en caso de apuros, mirar¨ªan al cielo, donde estaban las manos del p¨ªvot. Nada que sorprendiera al Madrid, que a pesar de contar con Manel -su pareja de baile que apenas med¨ªa un par de cent¨ªmetros menos- tir¨® de las ayudas, del dos contra uno, para intentar secarlo. Y aunque eso era casi imposible -sensacional el mate que ofreci¨® a la galer¨ªa-, el trabajo coral blanco tambi¨¦n se expres¨® en el aro contrario. Ah¨ª Robertson explicaba su facilidad para encestar; ah¨ª Garma actuaba de revulsivo; y ah¨ª Fevry se subrayaba como un baloncestista en ciernes, h¨¢bil para el reparto de caramelos y de mu?eca caliente. Tanto que un triple suyo desde el medio campo sobre la bocina cerr¨® el acto con un ajustado 20-21.
La doble cobertura sobre Dabone, sin embargo, ofreci¨® alguna que otra fisura en el ejercicio defensivo del Madrid. Coyuntura que entendi¨® Cerd¨¢n, que se erigi¨® como en la gran alternativa, el faro para aprovechar las rendijas de la botella. Tambi¨¦n se significaron Cruz y P¨¦rez, excelentes tiradores. Eso y que al Madrid se le estrope¨® la mirilla, condicionado porque no pod¨ªa coger rebotes y se llev¨®, claro, alg¨²n gorro de Dabone, hizo que el Bar?a tomara impulso. Un sprint sin contar -en ataque- con su estrella, que torc¨ªa el morro porque apenas tocaba el bal¨®n. De hecho, no hizo punto alguno en el cuarto y los azulgrana le hicieron un roto al Madrid (36-45) para llegar al entreacto.
Pero echarle el lazo a un gigante como Dabone, tan habilidoso y coordinado ¨¦l, resulta de lo m¨¢s dif¨ªcil. Por lo que el p¨ªvot volvi¨® a pedir la pelota y a ganarse su espacio, a dictar las normas en los dos tableros. As¨ª que cuando Robinson realiz¨® dos mates, cuando Musa tambi¨¦n logr¨® decir la suya en ataque y Mera sigui¨® con su idilio con la red, el Bar?a encontr¨® a su p¨ªvot y el camino para mantener las distancias (56-66) a falta del ep¨ªlogo. Y ah¨ª, junto a los triples de Mart¨ªn, volvi¨® a brillar Dabone: tap¨®n por aqu¨ª, rebote por all¨¢, mate por acull¨¢¡ Hasta que fue eliminado por faltas. Pero el trabajo estaba hecho, un recital que acab¨® por indigestar al Madrid, que se esmer¨® en el trabajo colectivo defensivo pero en el que solo cinco jugadores lograron relacionarse con la canasta contraria. Por lo que el Bar?a se llev¨® la Minicopa y el MVP -Dabone logr¨® 22 puntos, 26 rebotes, seis tapones y 48 de valoraci¨®n- tambi¨¦n.
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