O Gran Cami?o da a luz a O Gran Jonas Vingegaard
Como el a?o pasado, y en unas condiciones meteorol¨®gicas tambi¨¦n horrendas para el ciclismo, el corredor dan¨¦s gana todas las etapas de la carrera gallega
Viento que arranca antenas y derriba ¨¢rboles; lluvia que cae en trombas y Jonas Vingegaard, que en la Galicia can¨ªbal devora todo y gana todas las etapas que contaban para la general, las tres ¨²ltimas, como el a?o pasado cuando el fr¨ªo helador y la nieve, y hace que O Gran Cami?o se transforme again en O Gran Jonas Vingegaard, como si entre la Galicia m¨¢gica de montes oscuros y romer¨ªas tan religiosas que parecen paganas y el dan¨¦s que gana todo lo que corre, incluidos los dos ¨²ltimos, se hubiera trabado una complicidad m¨ªstico-meteorol¨®gica m¨¢s fuerte que cualquier v¨ªnculo. Amor le dicen a la relaci¨®n los periodistas, amor de Vingegaard con una carrera que aviva como ninguna las ra¨ªces legendarias del ciclismo.
Tambi¨¦n amor del ciclista a su oficio de campe¨®n que le obliga a intentar ganar siempre, como obliga a todos los mejores de esta d¨¦cada extraordinaria. Los mejores de antes, de hasta hace 20 a?os solamente, los que se fijaban un solo objetivo al a?o, dec¨ªan que las primeras carreras del a?o solo serv¨ªan para entrenar con dorsal. Los de ahora se entrenan como si disputaran una carrera y disputan cada carrera como si fuera la ¨²ltima de su vida, a muerte. ¡°Me gusta ganar¡±, dice sencillamente Vingegaard, tres d¨ªas de competici¨®n en 2024, tres victorias (la contrarreloj del primer d¨ªa no cuenta, ya que por el viento se disput¨® sin cabras, como un paseo), y hace eco a otro de los campeones de la d¨¦cada, Remco Evenepoel, que gan¨® la primera carrera del a?o, la cl¨¢sica de Figueira en Portugal y la general de la Volta al Algarve a continuaci¨®n, guiado por Mikel Landa en su Soudal, magn¨ªfico sherpa en las monta?as a sus a?os. O Wout van Aert, quien tras ganar una etapa en el Algarve qued¨® segundo en la primera gran cl¨¢sica, el s¨¢bado, la Het Volk, y primero ayer en la Kuurne. Y o mismo dir¨¢n cuando debuten los otros tres jinetes de la apoteosis, como dec¨ªan de una collera de rejoneadores anta?o: Tadej Pogacar lo har¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado en las Strade Bianche; Primoz Roglic, el domingo en la Par¨ªs-Niza, y Mathieu van der Poel lo har¨¢ el s¨¢bado 16 directamente en la Mil¨¢n-San Remo. Para entonces Vingegaard ya habr¨¢ disputado la Tirreno-Adri¨¢tico, su segunda estaci¨®n camino del Tour.
Algunos hablan de ciclistas sin alma ni estados de ¨¢nimo, verdaderas m¨¢quinas de guerra programadas para ganar sin compasi¨®n, y as¨ª lo parece Vingegaard, que las tres etapas que gan¨®, las que segu¨ªan los caminos de Lugo, Ourense y Pontevedra, las disput¨® como si fueran cl¨¢sicas, ¨¦l, un hombre de carreras por etapas que lleva dos a?os sin correr una cl¨¢sica de un d¨ªa. Las tres las gan¨® atacando lejos, cuando la carretera se empinaba, y cuando se iba, nadie le pod¨ªa seguir, ni siquiera grand¨ªsimos escaladores, ni Egan Bernal redivivo, ni Richard Carapaz, que disput¨® el Tour de 2021 de t¨² a t¨² con el dan¨¦s, ni el brillante Lenny Mart¨ªnez. El prometedor jacetano Pablo Castrillo iba en fuga camino de Ribadavia el s¨¢bado y cuando vio acercarse por detr¨¢s al dan¨¦s esprint¨® para coger su rueda cuando le adelant¨®, y fue feliz porque pudo aguantar su vatios desmesurados unos cuantos kil¨®metros.
¡°Ha sido tremendo¡±, dijo Vingegaard despu¨¦s de ganar el domingo una etapa acortada por el temporal en la cima del monte Aloia, donde la romer¨ªa de San Xuli¨¢n, y si no hubiera nubes desde all¨ª habr¨ªan visto las islas C¨ªes, el monte de Santa Tecla en Guarda, ya en Portugal, y el Mi?o haciendo frontera ah¨ª abajo. Pero lo que vieron fue la fuerza de la naturaleza incontrolable. ¡°Los ¨¢rboles se doblaban sobre la carretera, parec¨ªa que se pod¨ªan caer en el asfalto en cualquier momento, tan fuerte era el viento¡±, dijo Vingegaard, uno que sabe bien lo que es el viento, y lo goza, y en las carreteras de su Jutlandia abiertas a todos los temporales peleaba a diario contra el viento, y as¨ª se hizo escalador y contrarrelojista a la vez, porque pedalear en llano con el viento en contra es m¨¢s duro que subir el Tourmalet.
¡°?Volver¨¢s en 2025?¡±, le preguntan a los periodistas a Vingegaard, que desde que lleg¨® a Galicia, el mi¨¦rcoles, no para de repetir lo mucho que le gustan la tierra, la gente, el ambiente, la carrera tan moderna. Y Vingegaard sonr¨ªe casi con dulzura, como nunca lo podr¨ªa hacer una m¨¢quina, y responde con buen humor. ¡°Podr¨ªa volver, claro, lo tendremos que estudiar. Pero antes estudiar¨¦ bien las previsiones meteorol¨®gicas¡¡±
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