Roglic y Mas comienzan la reconquista de la Vuelta a Espa?a
El esloveno, seguido por el del Movistar, rompe la carrera en el ¨²ltimo puerto y recorta casi un minuto al l¨ªder O¡¯Connor
Que si s¨ª, que si no; que si la fuga corona, que si el pelot¨®n los ningunea. Calculadoras y pinganillos, pedaladas de sofoco para todos, intriga y emoci¨®n. Escapados que miran hacia atr¨¢s; perseguidores que buscan el ritmo que anule la ventaja. Historietas, sin embargo, para Roglic, que en los ¨²ltimos tres kil¨®metros y medio encaden¨® ataque tras ataque para deshacer al pelot¨®n, absorber a los escapados ¡ªTejada, el drama sobre la bici, adi¨®s a la gloria cuando ve¨ªa la meta¡ª, retorcer al l¨ªder O¡¯Connor y desfigurar a todos. O a casi todos, porque Enric Mas, que est¨¢ como en los viejos tiempos, piernas ligeras y pedalada el¨¦ctrica, le aguant¨® las embestidas. Incluso le disput¨® el sprint. Pero a eso no puede jugar. Trabajo, en cualquier caso, que explic¨® que a la Vuelta le queda m¨¢s historia, suficientes puertos, muchos ataques. Roglic y Mas, los reconquistadores.
?beda, Patrimonio de la Humanidad, ciudad repleta de monumentos, de una belleza abrumadora, dio la salida a la etapa, calles empedradas y estrechas, gente a borbotones, ¨¢nimos incesantes, fiesta del ciclismo. Eso replic¨® el pelot¨®n, show entre los puertos del Mirador de las Palomas (2? categor¨ªa) y la Sierra de Cazorla (3?), trampas por salvar y una fuga por descascarillar.
Precisamente, como ocurriera en Yunquera (etapa 6), cuando Ben O¡¯Connor desconch¨® la Vuelta, el pelot¨®n se relam¨ªa con el perfil orogr¨¢fico porque una fuga podr¨ªa fraguar. Se sucedieron los ataques de buenas a primeras, protagonistas que quer¨ªan dar la campanada como Marc Soler o Van Aert, intentonas frustradas porque el pelot¨®n no quer¨ªa m¨¢s sorpresas irreparables. De ah¨ª que en la primera hora se recorriesen 51 kil¨®metros. A toda vela. Fueron momentos de estr¨¦s, aunque sobre todo para Ineos, puesto que Carlos Rodr¨ªguez pinch¨® y el equipo decidi¨® quedarse para volverle a catapultar al pelot¨®n.
Sucedi¨® que al fin se hizo brecha, exploradores Tejada (Astana), Leemreize (DSM) y Schmid (Jayco), atrapados m¨¢s tarde por Izagirre (Cofidis), Lazkano (Movistar) ¡ªresurrecci¨®n como pocas porque en la jornada anterior se peg¨® un batacazo para olvidar¡ª, Oomen (Lidl-Trek), Le Berre (Ark¨¦a-B&B Hotels) y Vergallito (Alpecin). Ocho mosqueteros que desfilaban entre la belleza de las monta?as, riachuelos alegres, pinares frondosos, naturaleza pura. Aunque poco tiempo ten¨ªan para contemplar porque quedaba un mundo y por detr¨¢s apretaba¡ Israel. S¨ª, Israel, que se rebel¨® al ritmo amodorrado y acomodado del AG2R. Cuenta alg¨²n director de equipo que podr¨ªa ser algo estudiado, que quiz¨¢ le interesa que alg¨²n ciclista menor le quite el maillot rojo a O¡¯Connor, siempre y cuando siga manteniendo la minutada con Roglic, Mas, Landa y compa?¨ªa, los verdaderos aspirantes. Una jugarreta que significar¨ªa el traspaso de papeles y responsabilidad para el equipo, que tambi¨¦n mantendr¨ªa al australiano como favorito. As¨ª, impulsado el pelot¨®n por Israel, las cuentas quedaron en cuatro minutos a las faldas del primer puerto. ¡°Es un final bueno para Michael Woods¡±, resumi¨® con franqueza ?scar Guerrero, director del Israel.
Pero tras el puerto, con 3m 30s de ventaja para los escapados, quedaba la bajada, kil¨®metros de repecho y otra subida de las que pica, tierra ba?ada en olivos ¡ª70 millones hay en la provincia de Ja¨¦n¡ª que no beneficiaba a los fugados, pues por detr¨¢s los ciclistas corr¨ªan a una velocidad que pon¨ªa los pelos como escarpias, jug¨¢ndose la vida porque un m¨ªnimo fallo les har¨ªa besar ¡ªsiendo generoso¡ª el asfalto. Faltaba, en cualquier caso, lo mejor: la Sierra de Cazorla, 4,8 km, pendiente media de 7,1% y rampas del 20%, un martirio, una angustia. Aunque no para Roglic. Ni para Mas.
Cuando se empin¨® la carretera, Roglic puso el turbo y a ver qui¨¦n me sigue. Fueron pocos porque Vlasov se dio un tortazo y resquebraj¨® al pelot¨®n. Pero estaban los favoritos, todos en fila, sudores fr¨ªos. Parec¨ªa, entonces, que O¡¯Connor estaba entero. Aunque Roglic explic¨® lo contrario. Otro ataque a 2,5 kil¨®metros, uno de esos que hacen tiritar, solo con Mas como sombra. Flaqueza de O¡¯Connor; grandeza de un Roglic que, de repente, volvi¨® a auparse sobre la bici, a contragolpear, a hacer algo m¨¢s que pupa. Tiberi, Carlos Rodr¨ªguez, Landa¡ se quedaban descolgados. Quedaban, claro, m¨¢s ataques. El esloveno no quiere entregar la Vuelta, su territorio ¡ªque por algo tiene tres¡ª, y a falta de un kil¨®metro, pendiente de 13,5%, alcanz¨® a Tejada, que llor¨® en silencio, roto, tan cerca y tan lejos.
Ocurri¨® que Mas lanz¨® su ¨®rdago, su sprint. Pero no le dio ante Roglic. Detr¨¢s, lleg¨® Landa, siempre de menos a m¨¢s. A 46 segundos de Roglic (56 contando el bonus) arrib¨® O¡¯Connor. Ya sabe que la tortura ser¨¢ larga, que Roglic y Mas quieren la reconquista.
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