Roglic se lleva el d¨ªa del algod¨®n en la Vuelta a Espa?a
El esloveno, secundado por Mas y Landa, impone su ley en la primera etapa escarpada, la criba inicial de los favoritos
Mand¨ªbulas apretadas, ¨²ltimos arreones sobre la bici, pedaladas con el alma m¨¢s que con las piernas y, de repente, la sangre que no llega al cerebro. Eso le sucedi¨® a Van Eetvelt (Lotto), que, cuando estaba a punto de cruzar la meta, levant¨® el brazo derecho como s¨ªmbolo de la victoria, toma ya. Y toma decepci¨®n. M¨¢s que nada porque en esas d¨¦cimas de segundo de festejo in¨²til, acaso para guardar la foto, probablemente se esfum¨® su oportunidad; apareci¨® Roglic, can¨ªbal ¨¦l, y le priv¨® del laurel y de la alegr¨ªa, tambi¨¦n le explic¨® que en el deporte, como en la vida, hay que luchar hasta el final. Fotofinish para el esloveno, para el tricampe¨®n de la Vuelta, para el m¨¢s fuerte. A su estela, Mas, Landa y Almeida, los otros candidatos de buenas a primeras, al tiempo que quedan desdibujados por sorpresa corredores como Carapaz, Carlos Rodr¨ªguez y Kuss, toda una bofetada de realidad.
Resulta que al cuarto d¨ªa se mir¨® hacia arriba. Despu¨¦s de una contrarreloj escueta y tras dos jornadas en la que el calor ralentiz¨® la carrera, donde el pelot¨®n, por m¨¢s que sudara la gota gorda, ni siquiera se preocup¨® en evitar las fugas porque se sab¨ªa que todo acabar¨ªa al sprint, dolce far niente sin sorpresas ni m¨¢s alegr¨ªas que las que proporcionaron el Euskaltel y el Kern Pharma como los animadores del cotarro, a los ciclistas les entr¨® el baile de San Vito por lo que estaba por llegar, por el sinuoso e imperial Pico Villuercas; 14,6 km de puerto con un desnivel acumulado de unos 1.000 metros y una pendiente media del 6,2%, aunque con tramos rompepiernas del 20%, de esos que te hacen preguntar por qu¨¦ escogiste la bici. Era el d¨ªa del algod¨®n, el d¨ªa que dir¨ªa a las bravas qui¨¦n estaba para competir por la Vuelta. Y Roglic aclar¨® que le sobran piernas.
Fue una jornada de esas en las que los equipos desaprobaron el azar, todos preocupados en argumentar que sus l¨ªderes estaban listos para hollar la Vuelta. As¨ª, el pelot¨®n ya no permiti¨® las primeras intentonas de fuga, corredores de ambiciones hendidas, esos que suger¨ªan que una buena escapada podr¨ªa terminar en final feliz, pues la etapa se escarpaba, los puertos se suced¨ªan, la meta se so?aba. Nanay. Hubo, en cualquier caso, una ca¨ªda masiva en la que Ineos sali¨® el peor parado, entre ellos su primera espada Carlos Rodr¨ªguez. Tambi¨¦n, claro, hubo cinco jinetes solitarios que aprovecharon las primeras rampas para abrir brecha -Armirail (FDJ), Zana (Jayco), Pablo Castrillo (Kern Pharma), Bizkarra (Euskaltel) y Moniquet (Lotto), nuevo maillot de la monta?a para disgusto de Mat¨¦-, para disfrutar de tres minutos de ventaja. Lo que permiti¨® Bora, los compinches de Roglic. Quedaban muchos kil¨®metros de tierra ¨¢rida salpicada de olivos y espiga, zonas de caza, graneros y ganado, calor y m¨¢s calor. Luego, pueblecitos que aderezaban la carretera, balcones adornados con hojas de almendros, bares de toda la vida, se?oras y hombres refugiados en la sombra, muchos de ellos sentados en sillas de pl¨¢stico para saludar con ilusi¨®n a los coches de la organizaci¨®n que eran la avanzadilla, para aplaudir despu¨¦s con alborozo a los esforzados corredores.
Pero no era d¨ªa para reconfortarse con los lugare?os sino para mirar hacia arriba, ya en las faldas del risco de los horrores, entonces con solo dos fugados (Castrillo y Almirail) a menos de dos minutos, con el Bora apretando el paso para que Roglic dijera esta es la m¨ªa. Aunque fueron muchos los que quisieron participar de la fiesta: Movistar trabajando para Mas; EF para Carapaz; UAE para Almeida; y sin noticias del Visma. Cost¨®, en cualquier caso, que cogieran un ritmo diab¨®lico, que deshilachara y desfondara al pelot¨®n, que exprimiera las piernas, que quemara los pulmones. Hasta que se lleg¨® a los ¨²ltimos ocho kil¨®metros, cuando se subieron los decibelios; hasta que se alcanzaron los ¨²ltimos cinco, entonces reinado de UAE, el equipo m¨¢s potente del pelot¨®n, el que absorbi¨® a los fugados, el que quiere completar el tr¨¦bol con Almeida tras la epopeya de Pogacar con el Giro y el Tour; y hasta que faltaron tres, cuando Sivakov revent¨® la carrera, escapada ef¨ªmera pero corte al canto, la selecci¨®n natural de los favoritos.
Soprendi¨® Felix Gall (AG2R) al abrir brecha, pero Roglic, molinillo de piernas, decidi¨® poner su ritmo y all¨¢ ver¨¢n los dem¨¢s, suficiente para darle caza y quedarse con Mas y Van Eetvelt como ¨²nicos compa?eros de viaje. Caras desencajadas, bici de un lado a otro porque la pendiente, rugoso el asfalto, se las tra¨ªa, y margarita deshojada, pues solo Almeida y Landa, que llegaron en ¨²ltima instancia por detr¨¢s, levantaron el dedo para pedirse disputar la Vuelta. Landa, incluso, se atrevi¨® con un sprint al final. Pero se qued¨® corto. Lo mismo que le sucedi¨® a Van Eetvelt, quiz¨¢ porque lo celebr¨® antes de tiempo. Pero el d¨ªa del algod¨®n, el de la criba, el de aqu¨ª estoy yo, fue para Roglic.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.