Hasta Maracan¨¢ celebr¨® el ¨¦xito de Messi
La Copa corona una carrera ¨²nica y permitir¨¢ al 10 negociar tranquilamente su futuro despu¨¦s de acabar su contrato con el Barcelona
Argentina tom¨® Maracan¨¢ y Messi pudo levantar por fin la Copa Am¨¦rica. Ya tiene el rosarino un t¨ªtulo con la Albiceleste despu¨¦s de una final muy trabada y trampeada, a ratos incluso salvaje, imposible para la pusil¨¢nime Brasil. La Canarinha pas¨® de puntillas por el partido, espantada por la competitividad argentina y sorprendida por la complicidad de algunos de sus hinchas con Messi y Argentina. A veces pareci¨® que a Brasil no le importaba que ganara la Albiceleste. El partido pareci¨® dise?ado para el ¨¦xito de la selecci¨®n de Messi. El suyo fue en cualquier caso un triunfo justo y de m¨¦rito porque puso m¨¢s inter¨¦s y consigui¨® que no pasara nada en el encuentro desde que marc¨® Di Mar¨ªa.
Asegura la leyenda que Argentina nunca perdi¨® cuando marc¨® Di Mar¨ªa. El equipo defendi¨® de forma gremial y pasional el gol hasta cantar una victoria que no se daba desde 1993. Messi se hab¨ªa cansado ya de perder finales, hasta cuatro veces derrotado, una muy dolorosa precisamente en Maracan¨¢ cuando perdi¨® la final de la Copa del Mundo de 2014 contra Alemania. El 10 no jug¨® ni bien ni mal sino que pareci¨® que se hab¨ªa preparado solo para levantar la Copa. El fin justificaba los medios despu¨¦s de que ya ning¨²n argentino dudara de su v¨ªnculo con la Albiceleste. Messi dej¨® de ser un pecho fr¨ªo y tambi¨¦n el jugador que le deb¨ªa un trofeo a Argentina para ser un templario m¨¢s de Scaloni.
Jug¨® Argentina muy al l¨ªmite, como si le fuera la vida en cada bal¨®n dividido, consciente de que estaba ante el partido tanto tiempo esperado y trabajado con la capitan¨ªa de Messi, mucho m¨¢s metida que Brasil, espectadora en Maracan¨¢. Otamendi peg¨® sin parar hasta marcar la l¨ªnea, De Paul gobern¨®, Messi estir¨® cuando pudo al equipo y Di Mar¨ªa desequilibr¨® desde el costado mal defendido por Lodi. La agresividad mezclaba con la verticalidad como se advirti¨® en el gol del h¨¢bil Di Mar¨ªa: De Paul profundiz¨® con un pase cruzado y orientado para Di Mar¨ªa, fall¨® Lodi y el exjugador del Madrid control¨® la pelota de forma precisa y la pic¨® con la zurda sobre la media salida de Ederson.
La indefinici¨®n de Brasil, siempre a mitad de camino, sin saber si defender o atacar, contrastaba con la valent¨ªa de la Albiceleste. Scaloni supo c¨®mo tapar la l¨ªnea de pase de la Canarinha y desconectar a Neymar de Paquet¨¢. Neymar vagabundeaba por la cancha con el calz¨®n roto, sorteando patadas, mientras Messi dosificaba sus esfuerzos, afilado en la transici¨®n, consciente de que pod¨ªa sellar la victoria en una contra despu¨¦s del gol de Di Mar¨ªa. Muy lenta y sin profundidad, la Canarinha solo despert¨® cuando Tite empez¨® a mover el banquillo y a ratos se ilumin¨® Neymar. Aunque no recul¨® descaradamente, Argentina tuvo que achicar y encomendar su ¨¦xito a Dibu Mart¨ªnez.
La mejor ocasi¨®n la tuvo sin embargo Messi, al igual que ya pas¨® en el primer tiempo, despu¨¦s de un pase prodigioso de De Paul, el jugador de la final, caudillo de la Albiceleste. El rosarino se venci¨® en el momento del tiro, se acost¨® cuando pretend¨ªa recortar, desfondado por el esfuerzo, nervioso porque acariciaba la so?ada Copa el a?o que muri¨® Maradona. Aunque no estuvo fino en el ¨²ltimo partido, al igual que ya pas¨® en la final del Mundial 2014, Messi fue manteado por sus compa?eros, l¨ªder indiscutible del equipo durante el torneo, c¨®modo dentro y fuera de la cancha por el entorno que se ha generado a su alrededor en la Albiceleste. Messi no par¨® de saltar de alegr¨ªa y no par¨® de llorar Neymar.
Nunca hab¨ªa perdido Neymar en Maracan¨¢ ni Messi hab¨ªa ganado una Copa con Argentina desde su debut frustrado -fue expulsado a los 43 segundos- en agosto de 2005 en Hungr¨ªa. Ambos se fundieron en un largo abrazo como ep¨ªlogo a una final que permitir¨¢ al liberado Messi negociar tranquilamente su futuro despu¨¦s de que su contrato con el Bar?a acabara el 30 de junio. Messi no abandon¨® la cancha hasta que no se hubo abrazado con el ¨²ltimo aficionado de Maracan¨¢. A todo el mundo le pareci¨® que Messi se merec¨ªa poder levantar por fin a sus 34 a?os una Copa con la Albiceleste despu¨¦s de triunfar en el Barcelona. El 10 corona su carrera ¨²nica como mejor jugador del mundo con su Maracanazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.