El destino tr¨¢gico de Maciej Berbeka: el c¨ªrculo fatal de su obsesi¨®n por subir al Broad Peak
Netflix ofrece una producci¨®n notable sobre el alpinista polaco, una de las leyendas del himalayismo en su pa¨ªs, que persigui¨® durante 25 a?os una cima que se le resist¨ªa
Si la vida, como suele decirse, discurre en c¨ªrculos, la circunferencia vital del alpinista polaco Maciej Berbeka fue dise?ada por una monta?a: el Broad Peak (8.047 metros). La historia grandilocuente del alpinismo esconde an¨®nimas historias sublimes donde gloria, verg¨¹enza, dolor y pasi¨®n se mezclan de forma tan novelesca que, a ratos, generan pel¨ªculas tan sencillas y notables como la que ha estrenado recientemente Netflix bajo el t¨ªtulo Broad Peak, la direcci¨®n de Leszek Dawid y la vida de Maciej Berbeka como excusa. Resulta curioso que un trabajo tan elegante y revelador de los se¨ªsmos internos que genera el amor por las cimas conviva en la misma plataforma con el documental de Nirmal Purja (Los 14 ochomiles), una oda descafeinada al ego y al consumo de un cierto ?monta?ismo?.
En 1988, el himalayismo polaco viv¨ªa a?os desenfrenados: encerrados en casa por su r¨¦gimen, cuando al fin lograron abrir las puertas y descubrir el Himalaya, todas sus grandes cimas hab¨ªa sido escaladas, as¨ª que los alpinistas polacos decidieron volver a escalarlas, pero en invierno, un notable giro de tuerca. Despu¨¦s de adjudicarse en la estaci¨®n m¨¢s fr¨ªa casi todos los ochomiles de Nepal, se giraron, voraces hacia los cinco ubicados en el Karakoram de Pakist¨¢n. Empezaron por el K2, pero fue demasiado (hay que tener en cuenta que la primera invernal al K2 llegar¨ªa en 2021), y cuando se intu¨ªa un fracaso en la segunda monta?a m¨¢s elevada del globo, Maciej Berbeka y Aleksander Lwow pidieron permiso para intentar el vecino Broad Peak con lo puesto.
En pleno invierno, con una mochila por cabeza, sin cuerdas fijas, ni sherpas, ni ox¨ªgeno embotellado, ni otra cosa que su voluntad, se lanzaron ladera arriba en un estilo impecable, valiente, desnudo. Tanta exposici¨®n fue demasiado para Lwow, quien prefiri¨® abortar el ascenso. Berbeka no encontr¨® motivos para renunciar, alcanz¨® el collado que separa la cima central de la verdadera y sigui¨® escalando, pese al viento y al fr¨ªo inhumano, sin ver casi nada. De pronto, el suelo perdi¨® inclinaci¨®n: ten¨ªa que estar en la cima. As¨ª lo anunci¨® a sus compa?eros a trav¨¦s de la radio: estos le felicitaron e imploraron para que descendiese de inmediato. Su vida depend¨ªa de ello. (Aviso: spoilers. Los lectores que no deseen conocer el desenlace de la historia deber¨ªan dejar de leer en ¨¦ste punto).
En el campo base sab¨ªan que los tiempos de ascenso no se correspond¨ªan con la longitud y dificultad del terreno: Berbeka no estaba en la cima, sino en la antecima, 17 metros de desnivel m¨¢s abajo, pero a una hora de marcha hasta el punto culminante. Pero escogieron mentirle, a sabiendas de que tratar¨ªa de alcanzar la cima, aunque perdiese la vida en el intento. Berbeka pas¨® dos noches en un agujero en la nieve y descendi¨® en las ¨²ltimas gracias a su determinaci¨®n y experiencia y a la ayuda de sus compa?eros, quienes no supieron mirarle a la cara y reconocer que le hab¨ªan mentido. Cuando la verdad sali¨® a la luz, tres meses despu¨¦s, Berbeka crey¨® enloquecer. En ese momento, era una de las grandes estrellas del himalayismo polaco con dos primeras invernales a ochomiles: el Manaslu en 1984 (con Ryszard Gajewski) y el Cho Oyu en 1985 (con Maciej Pawlikowski).
No ten¨ªa nada que demostrar, salvo que no era un mentiroso, ni un fraude. Pero su reputaci¨®n, a sus ojos, quedaba maltrecha, una mancha que le perseguir¨ªa de por vida y que le alejar¨ªa de las expediciones nacionales polacas. Nada le apart¨® de la monta?a, sin embargo: escalar¨ªa el Everest y el Annapurna y tratar¨ªa de conquistar en invierno el Nanga Parbat hasta que a principios de los a?os 90 del pasado siglo se retir¨® de la escena internacional para centrarse en su trabajo como gu¨ªa de alta monta?a.
En 2010 resurge en Polonia el fervor por conquistar nuevos ochomiles en invierno: ya solo quedan los cinco ubicados en el Karakoram (Pakist¨¢n) y se crea entonces el Winter Polish Himalaya, un equipo que desea mezclar j¨®venes talentos como Adam Bielecki con leyendas como Berbeka o Wielecki. De pronto, en 2013, Berbeka se ve ante una oportunidad ¨²nica de regresar al Broad Peak. Tiene 59 a?os y han pasado 25 desde que confundi¨® cima con antecima. 25 a?os masticando una desaz¨®n, un sentimiento de verg¨¹enza tan injusto como irracional. Cree que ha llegado la hora de cerrar un c¨ªrculo alrededor del Broad Peak. Un c¨ªrculo que ha sido una soga que le asfixiaba por las noches.
El 5 de marzo de 2013, cuatro alpinistas polacos alcanzan por turnos la cima del Broad Peak, sin equ¨ªvocos esta vez: nadie lo hab¨ªa logrado hasta esa fecha. Solo dos sobrevivieron. Esa noche, Adam Bielecki y Artur Malek esperaron hasta la desesperaci¨®n el regreso de Maciej Berbeka y Tomasz Kowalski a la tienda del ¨²ltimo campo de altura. La noticia fue una verdadera conmoci¨®n en un pa¨ªs acostumbrado a venerar a sus h¨¦roes. Tambi¨¦n deriv¨® en una agria pol¨¦mica: ?acaso no deb¨ªan haber ido los cuatro alpinistas de la mano? ?no se esperan unos a otros? ?por qu¨¦ no abortaron cuando supieron que llegar¨ªan casi de noche a la cima? Las preguntas se?alaron especialmente al joven Bielecki, el m¨¢s r¨¢pido en subir y en regresar a la tienda del ¨²ltimo campo de altura: ¡°?Qui¨¦n soy yo para decirle a una leyenda del alpinismo lo que ha de hacer? Creo que nadie hubiera impedido que Maciej alcanzase la cumbre¡±, confesaba a este peri¨®dico en una entrevista en 2014.
Ese d¨ªa, los cuatro alpinistas desoyeron los consejos dictados desde el campo base por el no menos legendario Krzysztof Wielicki. Avanzaban con demasiada lentitud. Entonces decidieron desencordarse y buscar la cima por separado. Con la cima en su bolsillo, Bielecki se cruz¨® de bajada con sus tres compa?eros: ¡°Pens¨¦ en disuadirles, en decirles que ten¨ªan que bajar conmigo, pero no lo hice y ahora me arrepiento. Recuerdo que me gir¨¦ y les vi muy cerca de la cima; mir¨¦ al sol y vi que se estaba poniendo y pens¨¦ que est¨¢bamos con la mierda hasta el cuello y que ¨ªbamos a bajar de noche, as¨ª que mejor bajar todos con la cima porque unos minutos de m¨¢s o de menos no iban a alterar nuestra realidad. Lo mejor hubiera sido convencerles, pero no lo pens¨¦. Sigo sin saber si tengo derecho a forzar a alguien a abandonar en su camino a una cima. Es duro asumirlo¡±, reconoc¨ªa.
Cuatro meses despu¨¦s hallar¨ªan el cuerpo de Tomasz Kowalski cerca del collado, a unos 7.900 metros de altitud. Se cree que el de Maciej Berbeka se halla en el fondo de una grieta vecina, muy cerca de los pensamientos oscuros que le mantuvieron anclado al Broad Peak durante 25 a?os.
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