La escaladora Ainhize Belar supera una v¨ªa de dificultad 9a+, la primera espa?ola de la historia en conseguirlo
La vizca¨ªna se cuela en la ¨¦lite mundial al batir, 20 a?os despu¨¦s, la marca de Josune Bereziartu y aspira a conseguir una 9b, el techo que solo cinco mujeres en el mundo han pisado
Ainhize Belar sigue pareciendo la ni?a que a los ocho a?os empez¨® a acompa?ar a su padre, los fines de semana, camino de las paredes vizca¨ªnas de referencia. Hoy cuenta 18 y aquellos que la conocen desde que la vieron jugar despreocupada a pie de v¨ªa, y despu¨¦s descubriendo el mundo vertical, siguen vi¨¦ndola tremendamente joven. Puede que sea por su talla discreta (1,57m), por su timidez, por su despreocupada serenidad. Pero nada de esto tapa ya el hecho de que acaba de colarse con estr¨¦pito entre la ¨¦lite mundial femenina al convertirse en la primera escaladora espa?ola que alcanza la dificultad de 9a+. A su alcance tiene el 9b, el techo absoluto que solo cinco mujeres han pisado.
Su entrenador y los que la siguen con asombro aseguran desconocer donde termina su margen de progresi¨®n. De momento, ha borrado una larga espera de casi 20 a?os para destronar a la tambi¨¦n vasca Josune Bereziartu, quien en 2005 encaden¨® en Suiza la v¨ªa Bimbaluna, cotada como 9a/+. Entonces, era pr¨¢cticamente capaz de escalar tan duro como los mejores hombres. Bereziartu es una de las tres mujeres m¨¢s influyentes en el desarrollo hist¨®rico de la escalada femenina y su nombre puede asociarse al de Catherine Destivelle o al de Lynn Hill. Pero dos d¨¦cadas de espera se antojaban ya traum¨¢ticas.
Por eso, cuando a principios de septiembre Ainhize Belar alcanz¨® la cadena de la v¨ªa I?i Ameriketan en la cueva de Baltzola, en Dima (Bizkaia), la noticia sacudi¨® las redes sociales como un peque?o terremoto. Esther Cruz, coet¨¢nea de Bereziartu, escaladora de competici¨®n y tambi¨¦n entrenadora, tiene claro por qu¨¦ la guipuzcoana se adelant¨® tanto a su ¨¦poca: ¡°Ten¨ªa talento, motivaci¨®n, pero sobre todo la posibilidad de dedicarse a ello de forma absoluta. Incluso ten¨ªa un roc¨®dromo y un campus board en casa. Eso fue la clave. El resto de mujeres, llegadas a una edad, sufr¨ªan mucha presi¨®n por parte de su entorno para que encauzasen su vida, estudiasen o trabajasen, mientras que estaba bien visto que un chico escalase, no parec¨ªa tan apropiado para las chicas¡±.
Ainhize tiene claro que desea un hueco en el profesionalismo, derecho que muy contados escaladores espa?oles han disfrutado jam¨¢s: ¡°Solo si consigo vivir de ello podr¨¦ seguir mejorando. Por si acaso sigo estudiando un grado superior de diet¨¦tica y nutrici¨®n, pero espero mudarme a Catalu?a para seguir en lo posible con mi progresi¨®n¡±, explica al tel¨¦fono. Ainhize Belar tambi¨¦n ha sido capaz de escalar 8b+ a vista, es decir, afrontar semejante dificultad sin haber probado la v¨ªa con antelaci¨®n, sin conocer sus secretos. ¡°Si ponemos en perspectiva sus dos logros, est¨¢ entre las 10 mejores escaladoras de todos los tiempos¡±, contextualiza Pedro Bergua, su entrenador.
Bergua y un equipo de entrenadores, nutricionistas, fisioterapeutas, psic¨®logos y equipadores de competici¨®n trabajan de la mano en el proyecto Sputnik Investigaci¨®n, financiado por la red de roc¨®dromos Sputnik y con el objetivo de profesionalizar el alto rendimiento de la escalada de hombres y mujeres como la propia Ainhize o Jorge D¨ªaz Rullo. Todos los integrantes del proyecto cuentan con una n¨®mina, extremo que en s¨ª mismo ya es una enorme y feliz novedad: ¡°Una de nuestras metas es aportar un contexto propicio para el rendimiento as¨ª como las ayudas que precisen ellos y ellas pero siempre contando con su compromiso personal. A Ainhize no quiero ponerle un l¨ªmite, de hecho no se lo pongo a nadie que entreno. Con ella, no me atrevo a tratar de adivinar, pero viendo lo r¨¢pido que progresa, el poco tiempo que le cuesta, su capacidad de aprendizaje, su motivaci¨®n y ambici¨®n y la ayuda que recibe¡ prefiero so?ar¡±, reconoce Bergua.
Esther Cruz a?ade un factor importante: ¡°No se lesiona con facilidad, un dato fundamental¡±. La joven vizca¨ªna se ha colado en muchos medios de prensa especializada internacionales y se confiesa tan ¡°abrumada¡± como dispuesta a pelear definitivamente por un futuro que ahora parece dibujarse con claridad. Con todo, sigue evolucionando en un mundo de hombres y a?ora ¡°poder compartir proyectos, v¨ªas, discusiones con otras mujeres. Siempre me he sentido a gusto entre hombres, siempre se me ha tratado bien y no tengo queja, pero reconozco que ser¨ªa positiva la compa?¨ªa de otras chicas como yo¡±, expone. Las cosas empiezan a cambiar en la direcci¨®n adecuada. ¡°En mi ¨¦poca, era muy, muy raro encontrar a una chica en un sector de escalada en roca, mientras que ahora empieza a ser muy frecuente¡±, recuerda Esther Cruz.
¡°En los ¨²ltimos a?os, la escalada se ha vuelto mucho m¨¢s paritaria, incluso en la roca. En los roc¨®dromos, que son el lugar donde se inicia en la escalada el 99,9% de los j¨®venes, el porcentaje de practicantes por g¨¦nero est¨¢ muy igualado. Esto se debe, en parte, a la mediatizaci¨®n de las competiciones de escalada donde chicos y chicas compiten casi al mismo tiempo. Esto es algo que no se ve en otros deportes. Que cada vez haya m¨¢s chicas que escalen har¨¢ que m¨¢s de ellas puedan alcanzar el alto nivel porque, por simple estad¨ªstica, habr¨¢ m¨¢s capacitadas para lograrlo¡±, opina Bergua. El m¨¢ximo grado de dificultad alcanzado por los hombres es 9c. El de las mujeres, 9b, teniendo en cuenta la escala que arranca en el cuarto grado y que a partir del sexto se subdivide en las letras a, b y c y estas a su vez quedan separadas por un plus: 6a; 6a+; 6b; 6b+; 6c; 6c+ y 7a¡ la escalada de competici¨®n apenas existe desde mediados de los a?os 80 del siglo XX: muchos entrenadores y fisi¨®logos del rendimiento coinciden en el hecho de que se dispone a¨²n de un amplio margen de mejora para perpetuar un juego que consiste en encontrar y superar los l¨ªmites del cuerpo humano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.