Logro sublime en la cara norte del Jannu
Tres norteamericanos escalan el ¡®muro de las sombras¡¯ del Himalaya, pared considerada como uno de los retos imposibles en estilo alpino
Jean Ravier, pirine¨ªsta por proximidad, alpinista y artista de la roca por la intervenci¨®n de fuerzas desconocidas, se lo ha perdido¡ por muy poco. El gemelo de Pierre, este a¨²n con vida, falleci¨® hace poco m¨¢s de un a?o, con 89 de edad, dejando un legado inmenso plagado de audaces aperturas en paredes de roca pirenaicas. Pero no solo. En 1962, Lionel Terray, el hombre que mejor ha sabido definir a los alpinistas como simples ¡°conquistadores de lo in¨²til¡± se neg¨® a conquistar el Jannu (7.710 m, tambi¨¦n conocido como Kumbhakarna) sin su concurso. Y juntos lo hicieron, escalando la arista suroeste. Desde la cima de la monta?a pudieron sentir todo el fr¨ªo, la verticalidad, la sombra inquietante y amenazadora de su vertiente norte, una ca¨ªda a plomo de 2.700 metros. Esta pared enseguida fue bautizada como ¡°el muro de las sombras¡±, el s¨ªmbolo de la verticalidad y de lo imposible. Terray y Ravier imaginaron, quiz¨¢, un futuro para el que a¨²n nadie estaba preparado. Entonces, conquistar dicha pared era un sue?o futurista. Inimaginable.
Un equipo japon¨¦s logr¨® superarla en 1976, pero esquivando la opci¨®n m¨¢s directa y escogiendo, a cambio, una l¨ªnea en el extremo izquierdo del muro. En 2004, un equipo ruso gan¨® el Piolet de Oro conquistando la mism¨ªsima parte central de la pared, trazando una l¨ªnea casi directa hasta la propia cima: 10 alpinistas se relevaron empleando un estilo pesado, con numerosas cuerdas fijas y material, haciendo bueno el adagio escrito por Peter Boardman: ¡°Si te empe?as lo suficiente, cualquier monta?a puede ser escalada¡±. Su Piolet de Oro fue criticado porque en el alpinismo de vanguardia el estilo cuenta mucho m¨¢s que el resultado: ¡°Los rusos han escalado la norte, una proeza de ingenier¨ªa y perseverancia, pero tambi¨¦n la han mutilado con su estilo pesado¡±, concluir¨ªa Steve House.
Ahora, hace escasos d¨ªas, tres alpinistas que se declaran norteamericanos, pero que posiblemente nacieron marcianos, han logrado escalar la cara norte en estilo alpino, con menos material que el que los gemelos Ravier empleaban en sus ya ligeras aventuras pirenaicas. Una cosa es asediar con medios humanos y materiales una monta?a y otra muy diferente es hacerlo casi con lo puesto, como si uno saliese a dar un paseo con el perro alrededor de la manzana. La diferencia, obvia, es el compromiso adquirido. Jean, de seguir vivo, hubiese sido el primero en preguntar a los tres norteamericanos (Matt Cornell, Alan Rousseau y Jackson Marwell) c¨®mo hab¨ªan hecho para descubrir las debilidades de la pared, para jugar con sus flancos amables, para sortear los callejones sin salida, para resistir la presi¨®n del miedo a caer, a verse atrapados, a perecer.
Como los Ravier, los tres norteamericanos son adelantados a su tiempo, tipos que han sabido combinar fortaleza f¨ªsica, destreza t¨¦cnica sin igual, audacia, velocidad, compromiso y determinaci¨®n para conquistar la pared m¨¢s ic¨®nica que el alpinismo de vanguardia persegu¨ªa desde hace d¨¦cadas. Tambi¨¦n han demostrado paciencia (era su tercer intento) y una perseverancia alimentada por sue?os de este calibre. ¡°Nuestra ruta comparte tramos con la ruta rusa, pero entre los 7.000 metros y los 7.500 transitamos por terreno virgen, muy vertical y complejo. En esta secci¨®n es donde experimentamos la escalada mixta m¨¢s intensamente maravillosa en la que cualquiera de nosotros hubiera tenido el placer de participar¡±, explica Alan Rousseau.
De momento, el tr¨ªo, que invirti¨® siete d¨ªas para escalar la monta?a y regresar, solo ha publicado unos escasos res¨²menes escritos en Instagram, pero las im¨¢genes hablan por s¨ª solas y dicen todo lo que las palabras no han corroborado a¨²n: el suyo ha sido un viaje que corta el aliento. Mientras elaboran su relato, Matt Cornell adelant¨® el lunes lo siguiente: ¡°Nos hemos sumergido a gran profundidad en los confines de lo que consider¨¢bamos posible y hemos regresado con una experiencia de enorme calado. Consumidos por las obligaciones de la ascensi¨®n, perdimos el significado del individualismo¡ Todav¨ªa necesitamos reflexionar para poder ofrecer las palabras adecuadas que evoquen esta actividad¡¡±
Alan Rousseau es gu¨ªa de alta monta?a y es el elemento de cordura de la cordada. Cornell y Marwell son pura inspiraci¨®n, instinto, maestr¨ªa, tipos que no conocen el miedo, que nunca encuentran excusas poderosas para abandonar. Juntos, funcionan como una apisonadora. Marwell, soldador de profesi¨®n, era tan desconocido hasta hace dos a?os que su patrocinador, The North Face, a¨²n no ha rellenado en su web su perfil. Solo aparece su foto. Hace apenas tres a?os, Cornell era un personaje marginal, desconocido, un tipo que viv¨ªa en una hamaca en el bosque, un personaje que tuvo la fortuna de conocer al gran alpinista Conrad Anker, en aquella ¨¦poca capit¨¢n del equipo de atletas de la firma The North Face. Entonces, Cornell escal¨® en solo integral (sin cuerda) una ruta mixta (hielo y roca) conocida como Nutcracker, abierta por el propio Anker y que destacaba por la mala calidad de la roca. De hecho, la ruta estaba protegida por seguros expansivos porque escalarla sin ellos parec¨ªa imposible, salvo que uno observase tendencias suicidas. Durante semanas, Cornell prob¨® los movimientos en solitario, limpi¨® la roca todo lo que pudo, y un buen d¨ªa la escal¨® en solitario sin avisar a nadie de sus intenciones. Nadie le hubiese cre¨ªdo de no ser por unas fotos que obtuvo un senderista. Pura casualidad. La gesta le vali¨® un sitio en el equipo The North Face y la posibilidad de cambiar la hamaca por una cama y un techo. Su segundo gran momento lleg¨® en compa?¨ªa de Alan Rousseau y Jackson Marwell, en mayo de 2022: el tr¨ªo escal¨® la v¨ªa Slovak Direct al Denali (6.910 m) en 21 horas y media. Hubo que sentarse para asimilar tanta velocidad y maestr¨ªa.
Su tercer golpe de maestro, ahora en el Jannu, le coloca directamente en el libro dorado del alpinismo, en lo que puede ser un testamento de la fortaleza mental combinada con la maestr¨ªa en el uso de los piolets y los crampones en un terreno en el que, en estilo alpino, sobrevivir parece pura casualidad.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.