18 d¨ªas para escapar de una monta?a feroz

La dureza y la obstinaci¨®n de los alpinistas rusos son legendarias, pero el viaje de Dmitri Golovchenko y Serguei Nilov por las entra?as del Jannu (cuya denominaci¨®n oficial es Kumbhakarna), en Nepal, supera casi todos los relatos de supervivencia en altura. Si existe una monta?a intimidante, feroz (as¨ª la describi¨® el sherpa Tenzing Norgay, primero junto a Hillary en escalar el Everest), es el Jannu, objetivo declarado de los alpinistas m¨¢s audaces.

No existe camino sencillo hasta su cima, de 7.710 metros, conquistada por un poderoso equipo franc¨¦s en 1962 desde su vertiente sur. Su cara norte apenas cuenta dos v¨ªas reconocidas, una japonesa y otra, directa, rusa. Por otra parte, la zona central de su pared este no hab¨ªa conocido ascensi¨®n alguna, algo que deseaban remediar Golovchenko y Nilov en estilo alpino: dos hombres, su material de escalada, sus mochilas con comida, gas, saco de dormir y una tienda de campa?a que apenas pudieron usar porque la verticalidad de la pared no dejaba margen para instalarla. El d¨²o fue primero un tr¨ªo que inclu¨ªa al polaco Marcin Tomaszewski, pero este abandon¨® al considerar que no estaba lo suficientemente aclimatado y, tambi¨¦n, afectado por la muerte en el Nanga Parbat de su amigo Tom Ballard, junto al que hab¨ªa abierto una v¨ªa en la norte del Eiger.

El Jannu da miedo por las dificultades t¨¦cnicas que presenta y por el insoportable peligro de aludes y la mala climatolog¨ªa con el que saluda a los alpinistas. ¡°No hay camino sencillo, cada paso es un paso hacia lo desconocido que nos obligar¨¢ a superarnos¡±, reconoc¨ªa el tambi¨¦n alpinista ruso Valeri Babanov, poco antes de firmar un alucinante primer ascenso del pilar oeste de la monta?a, en estilo alpino, junto a Serguei Kofanov, en 2007.

Escasamente aclimatados, pero bien provistos de comida, gas y optimismo, Golovchenko y Nilov arrancaron monta?a arriba el pasado 16 de marzo, ganando metros con lentitud, esquivando peligros, aludes, mal tiempo y lastrados por el peso de sus mochilas. Apenas cuatro d¨ªas despu¨¦s de iniciar su ascenso, tras alcanzar la cota de 6.300 metros, una enorme avalancha barri¨® la zona baja de la pared: se hab¨ªan quedado atrapados en la misma, no ser¨ªan capaces de descender por donde hab¨ªan subido y solo saldr¨ªan con vida si lograban alcanzar la cima o la arista sur, en el lado izquierdo de la pared.

Pronto, el avance lent¨ªsimo de la pareja les oblig¨® a racionar el gas y la comida mientras los aludes les rozaban, el fr¨ªo arreciaba y se anunciaban vientos muy fuertes en altura. Apenas encontraban min¨²sculas repisas donde sentarse a pasar las g¨¦lidas noches. La pareja deseaba atacar el pilar central de la pared, pero tuvo que abandonar la idea para centrarse en alcanzar la arista, prescindir de la cima y descender por un terreno desconocido para ellos. Tras 12 d¨ªas de ascensi¨®n, alcanzaron la arista, a 7.360 metros. La cima, 350 metros m¨¢s alto, no estuvo en sus manos. El descenso fue un suplicio, perdidos en la niebla, obligados a remontar m¨¢s de una vez y lidiando con un terreno m¨¢s complejo del que cab¨ªa esperar. Peleaban por sobrevivir, esquivando precipicios y grietas. Ambos lograron rescatar unas pasas y unos albaricoques secos por toda alimentaci¨®n, pero los dos ¨²ltimos d¨ªas los pasaron sin v¨ªveres. En el diario de su periplo, publicado por Mountain.ru, Golovchenko escribir¨ªa, tras 17 d¨ªas en la monta?a: ¡°No estamos bromeando. ?Realmente queremos bajar!¡±.

Sus compa?eros, al pie de la pared, decidieron desmontar el campo base e ir a buscarles al pie de la arista sur. Siempre estuvieron en contacto v¨ªa sat¨¦lite, pero volver a verlos con vida remit¨ªa a uno de esos milagros que el alpinismo concede muy de tarde en tarde. Golovchenko y Nilov han abierto juntos numerosas v¨ªas en grandes paredes y cuentan con dos Piolets de Oro, el m¨¢ximo galard¨®n que concede el alpinismo: en 2012, junto a Alexander Lange, pasaron 17 d¨ªas en el espol¨®n noreste de la Torre Muztagh (Pakist¨¢n, 7.284 m), mientras que en 2016 se unieron a Dmitri Grigoriev para escalar el pilar norte del Thalay Sagar (Himalaya indio, 6.904 m). Su ejercicio de supervivencia en el Jannu merecer¨¢, seguramente, un tercer galard¨®n.