Espa?a se flagela, pero aprende lat¨ªn

Espa?a tiene un plan de equipo grande, con problemas para concretarlo, y si es necesario se flagela hasta l¨ªmites masoquistas. Ven¨ªa de complicarse la existencia en la primera fase y de repente ha encontrado los goles que no marcaba, a cambio de conceder los que no recib¨ªa. Es un equipo excitante en la salud y en la adversidad, que suelen reunirse en un mismo partido. El que se jug¨® en Copenhague figurar¨¢ entre los m¨¢s espectaculares y desconcertantes que se ha disputado en la historia de la Eurocopa, una odisea que mezcl¨® por igual la belleza, los errores y las emociones en sus cotas m¨¢ximas. Quiz¨¢ este 3-5 en la pr¨®rroga signifique algo para el futuro. Una gran selecci¨®n se edific¨® sobre las pr¨®rrogas contra Italia (Eurocopa 2008) y Holanda (Mundial 2010).

Por un momento, se sospech¨® de una tarde maldita. El error de Unai Sim¨®n ten¨ªa la pinta de pasar a la historia de los goles infamantes. En adelante se hablar¨¢ de hacer un Sim¨®n para definir desastres similares de los porteros, pero tan relevante como el error fue su capacidad para reponerse. Evit¨® dos goles en tiros a quemarropa cuando el partido estaba en el alambre.

Se reivindic¨® Unai Simon en un partido que parec¨ªa destinado a marcar a fuego su carrera, y se reivindic¨® Espa?a despu¨¦s de un golpazo brutal. Comenz¨® el partido con una hermosa pulcritud en su juego y dos cambios en la alineaci¨®n. Gay¨¤ por Jordi Alba; Ferran Torres por Gerard Moreno. Luis Enrique quer¨ªa extremos muy abiertos y verticales. Acert¨® de lleno: Sarabia, autor de un espl¨¦ndido partido, y Ferran marcaron dos de los cinco goles.

Los mediocampistas definieron el equipo, rasgo crucial del f¨²tbol espa?ol. Dos veteranos, Busquets y Koke, ofrecieron una versi¨®n inmejorable de inteligencia. Tambi¨¦n de liderazgo, m¨¢s que necesario en un equipo abundante de j¨®venes y ternura. Azpilicueta, uno de los jugadores m¨¢s fiables que se puedan ver en un campo de f¨²tbol, se a?adi¨® al caudillaje y a la cuenta de goleadores. Marc¨® con un cabezazo arrollador, su primer tanto en la selecci¨®n. Eligi¨® un gran d¨ªa para registrarlo.

Croacia ha vivido su edad de oro en los ¨²ltimos a?os. En muchos aspectos est¨¢ en las ant¨ªpodas de Espa?a. Empieza a perder a sus veteranas estrellas. No ha perdido todav¨ªa a Modric, el jugador que llena de sabidur¨ªa el juego de un equipo experto y astuto. Conceder un gol de ventaja a Croacia, y en los t¨¦rminos en los que se produjo, es un p¨¦simo negocio para cualquiera, m¨¢s a¨²n para una selecci¨®n como la espa?ola, integrada por varios jugadores sin trayectoria en los grandes torneos.

Si la fibra de los equipos se mide en los malos momentos, Espa?a super¨® todas las expectativas. Mantuvo la disciplina, no entr¨® en p¨¢nico y recuper¨® el pulso con rapidez. En medio de todas las turbulencias, el m¨¢s joven de todos, Pedri, impresion¨® por su despliegue y criterio. La calavera de su rostro denota el inmenso esfuerzo que realiza en cada partido, pero la claridad en sus decisiones sigue intacta.

El atractivo plan de Espa?a ¡ªf¨²tbol de precisi¨®n, presionante y ofensivo¡ª es un signo de identidad que merece desarrollar a toda costa. Por ahora, lo asume entre volantazos, propios de un equipo en construcci¨®n, proclive a errores que el tiempo y los partidos deber¨ªan corregir. Se aboc¨® al abismo despu¨¦s de conceder dos goles en los ¨²ltimos minutos del encuentro, pero resolvi¨® sus problemas de experiencia ¡ªtermin¨® el partido, con Pedri (18 a?os) y seis jugadores de la generaci¨®n que gan¨® la Eurocopa sub-21 en 2019¡ª con una admirable energ¨ªa juvenil y la sensaci¨®n de haber aprendido lat¨ªn en un partido inolvidable.

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