Las m¨¢s fuertes del mundo
La mayor¨ªa de las veces los grandes cambios llegan de manera dif¨ªcil, controvertida y hasta con divisiones internas
Se le atribuye a Otto von Bismarck aquello de que Espa?a es ¡°la Naci¨®n m¨¢s fuerte del mundo porque siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido¡±. Acababa Bismarck su razonamiento diciendo que el d¨ªa que dejen de intentarlo volver¨¢n a la vanguardia del mundo.
En algo de eso pensaba estos d¨ªas en los que la selecci¨®n femenina de Espa?a acapara titulares, ruedas de prensa, periodistas con sus c¨¢maras y micr¨®fonos y todo lo que uno pensar¨ªa que arrastra una selecci¨®n campeona del mundo ¡ªpongamos Argentina en hombres¡ª, solo que justo en el sentido contrario, justo en el borde del abismo, justo en el l¨ªmite de la tensi¨®n, el miedo y, tambi¨¦n, la determinaci¨®n. La cuesti¨®n es que todo ello no va ligado a nada que se desarrolle dentro del terreno de juego, no estamos hablando de que llega el partido del a?o, del siglo, del milenio, porque ese ya lo ganaron hace un mes; hablamos de ese partido, mucho m¨¢s complejo, dif¨ªcil, oscuro, que est¨¢n librando las jugadoras espa?olas en los despachos, pasillos y salas de reuniones.
Toda esta situaci¨®n ha sacado de mi memoria algunos pasajes de mi carrera que tienen poco que ver con la porter¨ªa y el c¨¦sped, y mucho con esos terrenos m¨¢s pantanosos en los que nos mov¨ªamos a principios de los ochenta del siglo pasado y en los que junto con nuestro sindicato AFE busc¨¢bamos dignificar las condiciones laborales del futbolista e integrarnos en la condici¨®n de trabajadores para poder acceder a derechos que hoy nos parecen evidentes, como el paro, la Seguridad Social y el derecho a la jubilaci¨®n. Porque tambi¨¦n hay que recordarles a los futbolistas que esos derechos no vienen del limbo y han existido siempre, sino que fueron objetivos alcanzados por las generaciones anteriores a ellos y que supusieron muchos momentos de tensi¨®n, presiones y miedos. Las caras de las jugadoras llegando a la ¨²ltima concentraci¨®n en Oliva me han recordado a las nuestras entrando en el CSD para encerrarnos como ¨²ltima medida de presi¨®n para conseguir lo que entonces consider¨¢bamos justo y entonces hab¨ªa quien cre¨ªa que era un privilegio.
Lo que aquella experiencia ense?¨® a un joven portero que empezaba su carrera y que se ve¨ªa tumbado con su saco de dormir junto a leyendas del f¨²tbol es que a veces las cosas avanzan de forma fluida, consensuada, casi redonda, pero la mayor¨ªa de las veces los grandes cambios llegan de manera tensa, dif¨ªcil, controvertida y hasta con tensas divisiones internas entre quienes manten¨ªamos las mismas demandas pero distintas estrategias para alcanzarlas.
Son esos tiempos siempre complicados cuando se negocia, se habla, se discute, se discrepa, se intenta tender puentes que lleven al mejor resultado y, a la vez, hay que preparar un partido, una eliminatoria, una clasificaci¨®n, hay que ponerse en pantal¨®n corto en ese terreno donde tu ¨²nica trinchera es el juego, el f¨²tbol, la pelota y tus compa?eros. No es el lugar de los comunicados ni las declaraciones, sino ese sitio en el que siempre has querido estar, esa situaci¨®n en la que de peque?o so?abas con jugar, solo que tus neuronas han andado hasta hace escasos minutos centradas en otras cuestiones lejanas y alejadas de esa pelota que, como dir¨ªa Maradona, nunca se mancha.
La cuesti¨®n es que esta lucha (uf, qu¨¦ palabra tan ochentera) en la que est¨¢n involucradas nuestras jugadoras no es solo la de sus derechos, sus demandas y sus exigencias, sino que trasciende por mucho al f¨²tbol. Trasciende a nuestras fronteras y a nuestra selecci¨®n, tanto que imagino un recibimiento caluroso del p¨²blico sueco cuando hoy en Gotemburgo las nuestras salgan al campo porque entienden que lo que ellas buscan no son privilegios, sino derechos; no espa?oles, sino universales.
Y esa lucha, ese dolor, esa implicaci¨®n, esa tensi¨®n de todas y cada una de ellas, las que est¨¢n y las que se han quedado en casa, son los que, como dec¨ªa Von Bismarck, nos llevan a la vanguardia del mundo.
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