El ave F¨¦lix
El deseo de exhibici¨®n (y hasta de venganza) de Jo?o seguramente estar¨¢ contribuyendo a este inicio tan esperanzador en el Bar?a
Garra y exquisitez. Jo?o F¨¦lix apareci¨® en otro equipo y se convirti¨® en otro jugador. No se llama magia, se llama f¨²tbol. Ese juego en el que los futbolistas deben nacer con un don que el tiempo va puliendo. El don es permeable a todo tipo de influencia. La m¨¢s poderosa se llama confianza y tenerla o no tenerla puede llevar el talento hasta el l¨ªmite mismo de sus posibilidades o hasta la mediocridad m¨¢s desesperante. Jo?o F¨¦lix lleg¨® al Atl¨¦tico para incorporarle a su exquisito juego la garra ganadora de Simeone con un resultado descorazonador. No gan¨® garra y perdi¨® la exquisitez. Si la idea para que madurara fue agregarle car¨¢cter, despliegue y obligaciones a su juego, la apuesta me parece inteligente. Rodri, sin ir m¨¢s lejos, pas¨® por Simeone durante un a?o y esa influencia habr¨¢ contribuido a que hoy sea el mejor mediocentro del mundo.
El largo retraso. Si las buenas intenciones no bastan para que un jugador alcance la plenitud, ya pueden imaginar ustedes lo que ocurre con las malas. Un buen n¨²mero de representantes se mueven solo por amiguismo y codicia. Y la codicia es impaciente. Por ganar dinero cuanto antes le eligen a los jugadores destinos inapropiados que interfieren o retrasan su evoluci¨®n. El representante debe ser un especialista en el jugador que tiene a su cargo y en funci¨®n de su menor o mayor madurez (no hay dos jugadores iguales) buscarle destinos que se ajusten a su naturaleza y a sus necesidades. Pisar los escalones justos es muy importante para llegar a lo m¨¢s alto. Esa elecci¨®n debe tener en cuenta el estilo del entrenador, el tama?o del club, la profundidad de la plantilla, el tiempo de inmersi¨®n en una nueva cultura. Con respecto a Jo?o F¨¦lix es leg¨ªtimo preguntarse: ?De verdad necesitaron cuatro temporadas para enterarse de que el Atl¨¦tico no era el lugar que m¨¢s le conven¨ªa?
100 millones de responsabilidades. Si el talento de Jo?o resurge en Barcelona, se responsabilizar¨¢ a Simeone de no haber tenido sensibilidad para explotar todas las posibilidades del jugador. Como si el mundo no supiera c¨®mo respira el Cholo. Pero la parte m¨¢s importante de un consejo la pone el aconsejado y no el aconsejador. De manera que no hay que quitarle responsabilidad al jugador que, en todos estos a?os, mostr¨® muy poca voluntad de adaptaci¨®n. Hasta en los gestos teatralizaba, durante los partidos, un descontento que los hinchas suelen confundir con desgana. No pongo en duda la profesionalidad de Jo?o, pero un talento de m¨¢s de 100 millones no puede cruzarse de brazos a esperar que el estilo de su equipo se adapte al suyo. Las culpas, como siempre estar¨¢n repartidas, pero hay una evidencia: Jo?o F¨¦lix es, hoy, menos crack que cuando lleg¨® al Atl¨¦tico.
Ahora o nunca. Si pasa por el estilo, el Bar?a le ofrece uno coherente con su sensibilidad. Adem¨¢s, cada partido que juegue y la rompa, nos estar¨¢ lanzando un mensaje: la culpa no era m¨ªa. Ese deseo de exhibici¨®n (y hasta de venganza) seguramente estar¨¢ contribuyendo a este inicio tan esperanzador. Portugal est¨¢ buscando un l¨ªder sustitutorio de Cristiano Ronaldo. El Bar?a tambi¨¦n necesita a un jugador diferencial para tomarse la revancha de una Europa futbol¨ªstica que lleva a?os humill¨¢ndolo. Todas las condiciones est¨¢n dadas. Tiene el don, encontr¨® el estilo, hay una gran expectativa, empez¨® como una moto¡ Solo queda que Jo?o F¨¦lix sea Jo?o F¨¦lix todo el rato y solo depende de ¨¦l. Como me encanta tener raz¨®n, deseo que alcance la altura que imagin¨¦ cuando hace un lustro me deslumbr¨® su relaci¨®n con el juego y con el gol.
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