Ancelotti y la comprensi¨®n
El t¨¦cnico asegur¨® que las decisiones tomadas por los colegiados afectan a sus puestos de trabajo, pero... ?acaso respetan los entrenadores a los ¨¢rbitros?
Se reunieron los entrenadores del f¨²tbol profesional espa?ol con el Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros (as¨ª, en may¨²sculas) y ocurrieron algunas cosas interesantes, como no pod¨ªa ser de otra manera: la ¨²ltima vez que alguien tuvo la infeliz idea de juntar a herb¨ªvoros y carn¨ªvoros en el mismo barco se desat¨® un diluvio universal para que Russell Crowe pudiese interpretar, alg¨²n d¨ªa, a No¨¦ en una pel¨ªcula.
Carlo Ancelotti, por ejemplo, tom¨® la palabra el primero y asegur¨® que los ¨¢rbitros no respetan a los entrenadores. M¨¢s tarde apostillar¨ªa que las decisiones tomadas por esos mismos colegiados afectan directamente a sus puestos de trabajo, pero vayamos por partes: ?acaso respetan los entrenadores a los ¨¢rbitros? ?cu¨¢ndo ha salido un ¨¢rbitro a poner en duda la profesionalidad de Ancelotti ante la prensa? O sus capacidades, no digamos ya sus intenciones. Las suyas o las de cualquiera de sus compa?eros: Xavi, Simeone, Valverde, Seti¨¦n, Pellegrini, Bordal¨¢s¡ La respuesta es nunca. En cambio, casi todos los entrenadores han conjugado alguna vez el cl¨¢sico ¡°yo nunca hablo de los ¨¢rbitros, pero¡±. Tambi¨¦n Ancelotti. O especialmente Ancelotti, que parece haber encontrado cierto gusto a la queja en esta su segunda etapa al frente del Real Madrid.
De la primera nos quedan serias dudas sobre el papel que los ¨¢rbitros jugaron en aquel despido suyo. Florentino P¨¦rez le ense?¨® la puerta de salida con un a?o de contrato por cumplir y la mochila repleta de t¨ªtulos: cuatro en dos a?os para ser exactos, incluida una Liga de Campeones y un Mundial de clubes. Se habl¨® entonces de un informe que pon¨ªa en solfa sus m¨¦todos de entrenamiento. O m¨¢s bien su capacidad de trabajo, pues en ¨¦l se alud¨ªa (supuestamente) a la cantidad insuficiente de los mismos. Lo dec¨ªa la propia UEFA en aquel menguante 2014: su Real Madrid era uno de los equipos entre la ¨¦lite europea que menos horas dedicaba a entrenar. Desde el club se insisti¨® entonces en la necesidad de aumentar la carga de trabajo, la temporada no termin¨® con los resultados deseados y el resto es historia: la cuenta mejor que nadie el propio m¨ªster en sus memorias. Y nada se dice en ellas sobre ning¨²n papel de los ¨¢rbitros en aquel despido.
A la reuni¨®n posterior de este lunes con los colegiados no asisti¨® Carlo Ancelotti: curiosamente, el italiano ten¨ªa que dirigir un entrenamiento. O precisamente, como se prefiera. El caso es que se march¨® Ancelotti, medio a la carrera, farfullando lo que hemos visto en los informativos: que todo es un l¨ªo y que los ¨¢rbitros no entienden a los entrenadores. A ninguno, tampoco a un Xavi Hern¨¢ndez al que en ocasiones parece no entender nadie, quiz¨¢s su hermano, pero no sus jugadores, ni los periodistas, los aficionados, los jardineros, los meteor¨®logos, los astr¨®nomos y hasta los m¨²sicos, un tanto hartos de poner m¨²sica a un f¨²tbol que cada vez m¨¢s suena a petardo.
A la convocatoria del CTA ni se present¨® Rafa Ben¨ªtez, por cierto, el m¨¢s ultrajado de todos los entrenadores en lo que va de Liga. Tiene razones objetivas para hacerse el ofendido, pero tampoco demasiadas. Contra el Getafe, por ejemplo, los errores arbitrales cayeron abundantes y groseros a su favor, pero ni por esas fue capaz su equipo de ganar aquel partido. Eso nos demostrar¨ªa cu¨¢nto importa la comprensi¨®n arbitral si la pelota no entra, que es m¨¢s o menos lo que importa la nuestra: entre nada y nada de nada.
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