Otra ocurrencia del f¨²tbol: expulsiones temporales
Es aberrante c¨®mo el f¨²tbol, que coloniz¨® el mundo con unas reglas y unos usos de extrema sencillez, anda de un tiempo ac¨¢ copiando a deportes que no han llegado tan lejos
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La IFAB (la Asociaci¨®n Internacional de F¨²tbol) anuncia nuevas emociones para su sesi¨®n de marzo, que volver¨¢ a justificar aquello de ¡°reuni¨®n de pastores, oveja muerta¡±. En la agenda est¨¢ el regreso a algo que fue y no debi¨® dejar de ser: que solo el capit¨¢n pueda dirigirse al ¨¢rbitro, pr¨¢ctica que los ¨¢rbitros dejaron correr por no amonestar a los que infring¨ªan, y eso que a partir de 1969, se crearon las tarjetas para estimularles a ello. Ahora se pretende combatir con expulsiones de diez minutos para los que incumplan.
Expulsiones temporales, ¨²ltima novedad. Hace tiempo que las tiene el balonmano. Hace tiempo tambi¨¦n que el auxilio tecnol¨®gico al arbitraje lleg¨® a la NFL. Hace tiempo que llegaron al baloncesto muchas cosas que el f¨²tbol fue incorporando: n¨²meros personales y no por funci¨®n, cambios, volatilidad de las plantillas, parones en cada ca¨ªda, proliferaci¨®n de ¨¢rbitros, pronto el reloj parado¡ Y el sobeteo de las reglas.
Es aberrante c¨®mo el f¨²tbol, que coloniz¨® el mundo con unas reglas y unos usos de extrema sencillez, anda de un tiempo ac¨¢ copiando a deportes que no han llegado tan lejos. Un can de raza y pedigr¨ª nos lo est¨¢n convirtiendo en un perro de mil leches. El fuerte del f¨²tbol es su esencia: renuncia al uso de las manos, toda una broma fundacional; el segundo, su permanencia, la simplicidad de sus reglas, plasmaci¨®n de la ley natural. Todos nos aten¨ªamos a ellas cuando jug¨¢bamos en el parque.
Pero de un tiempo ac¨¢ vive a merced de ocurrencias. De repente, el saque de centro para atr¨¢s; de repente, si el bal¨®n rebota en el ¨¢rbitro se para el juego y se da un bote ya no neutral; de repente, en cada c¨®rner hay que advertir a todos de que no se pueden agarrar, cosa que saben desde peque?itos; de repente, los liniers no levantan el bander¨ªn hasta que el jugador adelantado no toca la pelota; de repente, los partidos se alargan mucho o no se alargan; de repente, hemos dejado de saber qu¨¦ es mano y qu¨¦ no, y cu¨¢l es el criterio exacto del fuera de juego. Por supuesto, no sabemos cu¨¢ndo tiene que intervenir el VAR, qu¨¦ es ¡°claro y manifiesto¡±. Ni siquiera sabemos si manda el ¨¢rbitro que vemos o el emboscado en un cuartito brumoso, qui¨¦n sabe a qu¨¦ llamadas expuesto.
La reuni¨®n de marzo no se limitar¨¢ a lo de las expulsiones temporales. Tratar¨¢ de fijar mejor el criterio de qu¨¦ es mano y qu¨¦ no, o sea que saben que la han liado. Me temo que de esto saldr¨¢ una hoja Excel m¨¢s abstrusa para decir lo que s¨ª y lo que no. Desde que a David Elleray, un aprendiz de brujo con enso?aciones adanistas, se le escucha m¨¢s de la cuenta, la IFAB ha perdido el rumbo.
Tambi¨¦n les preocupa el exceso tiempo perdido. ?Qu¨¦ sarcasmo! Lo han provocado ellos con los cambios (ya cinco, seis si hay pr¨®rroga), el VAR, los cortes para beber agua, las advertencias antes de cada c¨®rner, las carreritas del ¨¢rbitro a amenazar al entrenador acusado por el cuarto ¨¢rbitro, t¨¢bano incordiante, la tolerancia con el retraso del que gana en los saques, el abuso tolerado de ca¨ªdas fingidas¡
Desde que conozco el f¨²tbol han mejorado el bal¨®n, el terreno de juego, los futbolistas, su alimentaci¨®n y cuidado m¨¦dico, los estadios y sus accesos, la oferta medi¨¢tica, empezando por la tele, que lleva y trae todos los partidos¡ Lo ¨²nico que empeora es un Reglamento que se elabor¨® tras 40 a?os de prueba y error, entre el 1863, su primera redacci¨®n, hasta la bien ordenada y aire definitivo de Stanley Rous en 1938. Qued¨® perfecto. Ahora toda prueba es error que aun si se corrige al poco tiempo deja una estela de confusi¨®n. Y en la mayor¨ªa casos impera el sostenella y no enmendalla.
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