Morata y oficio del Atl¨¦tico para derrotar al Granada
El equipo de Simeone corta su racha de cuatro derrotas consecutivas fuera de casa con un tanto del madrile?o y un ejercicio sobrio en defensa para templar al Granada
Enrachado como nunca, un buen testarazo de ?lvaro Morata le dio al Atl¨¦tico tres puntos en un partido trabado, de m¨¢s rompe y rasga que fino. El Granada tuvo m¨¢s bal¨®n que juego real. Tuvo un control que no le alcanz¨® para hacerle un rasgu?o al equipo madrile?o. Para los de Simeone el triunfo supone acabar con una racha de cuatro derrotas consecutivas fuera de casa. El lastre que le ha alejado de la pelea por el t¨ªtulo. Esta vez sali¨® ganador porque Morata est¨¢ firmando su mejor temporada y porque le dio resultado apelar a su oficio para convertirse en un equipo gremial para defender la renta. El oficio le dio para salvar el duelo. Sin grandes excesos. Todo muy quir¨²rgico. Templar al Granada y rematarlo aplic¨¢ndose con m¨¢s intensidad en el arranque del segundo tiempo. En el primero fue un equipo vulgar, con el freno puesto a la espera de un desliz de su rival.
Sin la rabia y la adrenalina de la Copa y con un equipo rebajado sin cuatro titulares, el Atl¨¦tico se despleg¨® moh¨ªno y timorato. Lino, De Paul, Koke y Gim¨¦nez fueron reservados para la cita copera del jueves ante el Sevilla. Los dos ¨²ltimos bajo el riesgo de romperse. Simeone le entreg¨® la sala de m¨¢quinas a Pablo Barrios y lo rode¨® con el cemento y los pulmones de Sa¨²l y Llorente. El resultado fue que el Atl¨¦tico tard¨® cinco minutos en ligar una posesi¨®n larga.
El Granada se qued¨® con la pelota en la primera media hora. Pretendi¨® afilarse por las alas con Bryan Zaragoza y Uzuni, pero ni uno ni otro tuvieron metros para explotar sus aguijonazos en velocidad. La otra alternativa local eran los balones largos a Lucas Boy¨¦. En sus tiempos del Elche, el argentino sol¨ªa generarle muchos problemas al Atl¨¦tico ejerciendo de peluquero peinando balones o por ese don que tiene para el juego de espaldas. Esta vez no. Se top¨® con Witsel, que con su lectura del juego para las anticipaciones se ha afianzado como un central fiable.
No sufr¨ªa el Atl¨¦tico porque tampoco se destapaba en exceso. Tampoco el Granada parec¨ªa dispuesto a arriesgar m¨¢s de la cuenta, por m¨¢s que doblara en la posesi¨®n del bal¨®n a su rival. Los dos equipos estaban m¨¢s pendientes de no desmontarse que de poner empe?o en el desequilibrio. As¨ª que entre ambos parieron un primer acto contenido. Uno de esos duelos en los que prima la posici¨®n sobre la creaci¨®n. Si acaso, se desperez¨® un poco m¨¢s el Atl¨¦tico en el ¨²ltimo cuarto de hora cuando Molina y Llorente, por la derecha, y Riquelme, por la izquierda, atacaron algo m¨¢s la profundidad. Se lo permiti¨® porque Morata y Griezmann, independientemente del juego, sostienen la llama de su equipo con sus movimientos. Con todo, el Atl¨¦tico, como el Granada, se marcharon a la caseta sin un remate entre los tres palos.
La urgencia de los puntos pes¨® antes en Simeone que en Medina. El Cholo dej¨® en la ducha a Riquelme y a Llorente para dar paso a Lino y a De Paul. El impacto fue inmediato. El Atl¨¦tico es otro con el argentino, convertido desde hace varios partidos en el centrocampista que le marca el paso. Sobre todo en ritmo y din¨¢mica. Lino tambi¨¦n aport¨® su aguij¨®n. Y pudo marcar la primera vez que pis¨® ¨¢rea. Su remate, duro, pero centrado, lo repeli¨® Batalla. Era otro ya el Atl¨¦tico. M¨¢s dominador y m¨¢s plantado en campo contrario.
Empez¨® a carburarle ese tri¨¢ngulo que a veces a la derecha forman Molina, Griezmann y De Paul. Y por ah¨ª encontr¨® el camino del gol. Fue el franc¨¦s el que sac¨® una rosca templada al coraz¨®n del ¨¢rea. All¨ª estaba Morata que gir¨® el cuello para clavar un remate preciso en la cepa del poste. El VAR, con una espera que se hizo larga, determin¨® que por medio dedo Ignasi Miquel romp¨ªa el fuera de juego.
La secuencia se repiti¨® poco despu¨¦s. Esta vez fue Molina el que tens¨® un buen centro para llegada de Sa¨²l. El cabezazo del volante fue certero. Sin embargo, esta vez el VAR dict¨® que, tambi¨¦n por una u?a, el centrocampista del Atl¨¦tico estaba adelantado.
No pudo cerrar el partido el equipo de Simeone, que tuvo que adoptar su versi¨®n m¨¢s gremial para controlar los envites del Granada. El conjunto de Medina inici¨® una carga primaria. Se hinch¨® a colgar centros al ¨¢rea que no apuraron en exceso ni a Oblak ni a sus defensas. Solo en un barullo, Witsel tuvo que sacar con la cabeza sobre la l¨ªnea de gol un remate de M¨¦ndez.Simeone entendi¨® que conven¨ªa cerrar el duelo y dio paso a Correa a Gim¨¦nez y a Koke. La se?al ya fue inequ¨ªvoca. El Atl¨¦tico mat¨® el duelo en su ¨¢rea. Sin m¨¢s agobio que el racimo de centros laterales que solvent¨® bien.
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