Correa y Memphis al rescate
El Atl¨¦tico se impone al Sevilla y se mete en semifinales de la Copa tras un partido feo en el que Simeone se la jug¨® al sentar a Griezmann y Morata a la hora de juego
Hay veces que los entrenadores juegan a la ruleta rusa con decisiones que son una apuesta a todo o nada. Este jueves Simeone se jug¨® el pase a las semifinales de la Copa mandando al banquillo a Griezmann y a Morata con m¨¢s de media hora por delante. El salto mortal le sali¨® redondo porque entre los dos que entraron, Correa y Memphis, fabricaron el tanto que dio al Atl¨¦tico el billete para la semifinal ante un Sevilla fiable y guerrillero en defensa, pero inane en ataque. De haber ca¨ªdo eliminado, Simeone se hubiera subido ¨¦l solo en la picota. Asumi¨® ese riesgo y fue valiente. No es f¨¢cil tomar la decisi¨®n que tom¨®, pero tambi¨¦n es cierto que ni a Morata ni a Griezmann se les vio frescos y l¨²cidos. El partido, farragoso y pizarrero requer¨ªa de inventiva y Correa sac¨® su arte de jugador de potrero para inventarse una jugada imposible de las suyas en el pico del ¨¢rea. All¨ª se deshizo de dos defensas y le entreg¨® el gol a Memphis para que empujara la pelota a puerta vac¨ªa. Si finalmente se marcha a Arabia Saud¨ª, Correa se ir¨¢ con su impronta latente de jugador distinto. De futbolista que donde pocos se atreven a hacer un regate de m¨¢s, ¨¦l siempre lo intenta. As¨ª le ha sacado muchas veces las casta?as del fuego a sus compa?eros y a Simeone. Este jueves, una vez m¨¢s. Su val¨ªa en estos a?os ha sido monumental.
El duelo fue espeso desde el inicio. Con dos equipos frenados por la responsabilidad. Los dos bien tapaditos con sus defensas de tres centrales. Los dos con una irritante falta de atrevimiento. Al Atl¨¦tico le atenazaba su condici¨®n de favorito. Al Sevilla, que la Copa era su ¨²ltima bala para dignificar una temporada en la que tendr¨¢ que convivir hasta el final con la sombra del descenso.
Ese f¨²tbol sin riesgos dibuj¨® un p¨¢ramo prolongado. El Atl¨¦tico no encontraba los pasillos interiores por mucho que Griezmann y De Paul jugaran a ganarle la espalda a los pivotes del Sevilla. Tampoco se prodigaban mucho Nahuel Molina y Lino en los costados. A este se preocup¨® mucho Quique S¨¢nchez Flores de que pudiera explayarse en los unos contra uno. Navas siempre encontraba con la ayuda de un central y un centrocampista. Ceg¨® bien ese flanco el Sevilla. Al otro lado, Nahuel Molina tard¨® en arrancarse. Tampoco se prodigaron mucho el propio Navas y Pedrosa. Dos equipos con carrileros profundos y veloces contenidos. Y tanta contenci¨®n rebaj¨® a Oblak y a Nyland a la condici¨®n de meros espectadores de un partido que qued¨® muy alejado del frenes¨ª que se vivi¨® en los otros tres encuentros de octavos. No quisieron rock and roll ni Simeone ni Quique. Y lo pagaron los delanteros. Ni el enrachado Morata ni el emergente canterano sevillista Isaac Romero pudieron lucir gatillo. Los dos t¨¦cnicos apostaron por un partido largo y m¨¢s t¨¢ctico que vivo.
El ¨²nico brote de un deporte llamado f¨²tbol fue la pared que ligaron entre Griezmann y Molina que interrumpi¨® Marc?o con una zancadilla de juvenil sobre el argentino dentro del ¨¢rea. Morata agarr¨® la pelota para ejecutar el lanzamiento, pero pes¨® el estrellato de Griezmann. El lanzamiento del franc¨¦s fue acorde con la baja calidad del duelo. Se resbal¨® el galo y la pelota se fue a la tribuna. Ni de penalti hubo manera que uno de los porteros tuviera que intervenir en los primeros 45 minutos.
De ese primer tiempo anodino sali¨® ganador el Sevilla, porque le conven¨ªa m¨¢s que al Atl¨¦tico que no pasara nada en las ¨¢reas. Se vio la intenci¨®n de Quique de jugar con los nervios de su rival cuando dio entrada a Rakitic por ?liver Torres. Busc¨® temple y oficio para tratar de dormir la salida m¨¢s decidida del Atl¨¦tico. Griezmann en una semitijera precedida de un saque de banda roz¨® el gol. Despu¨¦s volvi¨® a nublarse el Atl¨¦tico. Simeone tuvo que empezar a agitar el ¨¢rbol. Primero dando entrada a Barrios y a Llorente por Sa¨²l y Nahuel Molina. Piernas y dinamismo para romper con un equipo mon¨®tono y previsible que necesitaba cambiar el paso. Despu¨¦s vino esa apuesta tan arriesgada. La incredulidad se instal¨® en el Metropolitano cuando en la banda aparecieron los dorsales de Morata y Griezmann por Correa y Memphis. Un ¨®rdago a todo o nada. Por dejar al equipo sin sus dos grandes referentes en ataque y porque el argentino y el neerland¨¦s tampoco hab¨ªan dado grandes se?ales en los ¨²ltimos partidos de andar finos.
Ambos asumieron la responsabilidad de acabar con la resistencia del Sevilla, que hab¨ªa ense?ado el colmillo competitivo que le ha colmado las vitrinas con la Liga Europa. Entre los dos firmaron esa jugada definitiva. Correa encontrando una rendija callejera donde no la hab¨ªa y Memphis empujando la pelota colocado donde el instinto que a¨²n conserva le dijo que ten¨ªa que aparecer para meter al Atl¨¦tico en semifinales por primera vez desde 2016. Aunque una acci¨®n temeraria de Barrios, intentando regatear en la frontal del ¨¢rea pudo llevarle a la pr¨®rroga. El canterano rojiblanco se rehizo y le limpi¨® la pelota al argentino dentro del ¨¢rea. Gil Manzano decret¨® penalti; pero, tras la revisi¨®n en el VAR, lo anul¨®.
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