El Arsenal vence al Liverpool, Kroenke se impone a Klopp
El peso de la rica plantilla del equipo de Arteta genera inercias imparables (3-1) para el l¨ªder de la Premier, exprimido al m¨¢ximo por la audacia de su t¨¦cnico
La mejor Liga del mundo, y probablemente la m¨¢s re?ida que se haya disputado jam¨¢s en suelo brit¨¢nico, midi¨® al primero contra el segundo clasificado en el Etihad. Gan¨® el Arsenal gracias al peso decisivo de su plantilla, libra por libra m¨¢s capacitada que la del Liverpool, exprimido hasta la ¨²ltima gota de competitividad por la magia de J¨¹rgen Klopp. El p¨²blico del norte de Londres asisti¨® entonces a un curioso fen¨®meno: la evidencia de que el Manchester City, tercero en la tabla con 46 puntos y dos partidos menos disputados, sigue siendo el favorito a ganar la Premier. El Liverpool permanece al frente con 51 puntos y el Arsenal se le pega con 49, y amenaza con sobrepasarlo a nada que Arteta aproveche mejor el cuerno de la abundancia que le brinda Stan Kroenke, su generoso empleador. Pero hoy por hoy, por solidez, sofisticaci¨®n y nivel de f¨²tbol, ambos conjuntos van bajo las alas del artilugio de Guardiola.
El Liverpool salt¨® al campo con Gravenberch, un jovencito inhibido, y el Arsenal le recibi¨® con Odegaard en trance de clarividencia e hiperactividad. Fuera t¨¢cticas. Si el partido se hubiera disputado en un atol¨®n del Pac¨ªfico, sin p¨²blico ni entrenadores, ¨²nicamente con esos 22 titulares, el resultado habr¨ªa sido parecido. Por m¨¢s evoluciones que haya producido Guardiola desde los pizarrones, no hay impacto como el de los futbolistas en el juego del bal¨®n. En la playa imaginaria, el empuje de Odegaard, poli¨¦drico en el mediocampo, abri¨® el horizonte a sus compa?eros, ofreci¨® soluciones a Rice y Jorginho, y puso en ¨®rbita a Saka, Havertz y Martinelli frente a un Liverpool que se vio desbordado. Los mejores futbolistas pueden m¨¢s que los mejores entrenadores. Desde 2021 el Arsenal ha invertido 600 millones de euros en acumular talento, y el Liverpool no ha pasado de los 400. La diferencia es notoria.
Klopp es insuperable en la explotaci¨®n de recursos limitados. Pero todo tiene un l¨ªmite. Sin Endo, sin Salah, sin Szoboszlai, su equipo se vio abocado a confiar su tim¨®n a Gravenberch y Jones, interiores novatos, escoltas de Mac Allister. Preocupado ante la posibilidad de cometer errores, el holand¨¦s opt¨® por deshacer l¨ªneas de pase, dificultando su localizaci¨®n, Jones se ofreci¨® con denuedo y Mac Allister trat¨® de darle sentido a los ataques. Pero sin el socio imprescindible en el cuadrante derecho el argentino se vio f¨¢cilmente contrarrestado por la presi¨®n del equipo de Arteta. Presi¨®n contra presi¨®n, el duelo gravit¨® hacia el mediocampo, y all¨ª ganaron los que m¨¢s saben: Rice, Jorginho y Odegaard. Un aluvi¨®n de posibilidades de improvisaci¨®n que dej¨® at¨®nitos a sus oponentes.
¡°Lo sigo desde que era un juvenil¡±, dijo Rice sobre su compa?ero brasile?o, tras el partido; ¡°siempre he intentado aprender cosas de Jorginho, de su calma cuando recibe el bal¨®n, de c¨®mo conecta todo dentro del campo. Es una referencia para m¨ª¡±.
Si los dos mediocentros asentaron al Arsenal en el campo, los fogonazos de genio correspondieron al tercer volante. Corr¨ªa el minuto 14 cuando Odegaard recibi¨® de Zinchenko y, al ver que Van Dijk sub¨ªa a marcarle en una acci¨®n desesperada, intuy¨® el desajuste y envi¨® el bal¨®n a un toque a la espalda del central. Ni Konat¨¦ ni Joe G¨®mez llegaron a tiempo. Havertz solo ten¨ªa que batir al portero. No lo hizo. Alisson le gan¨®, desvi¨® el tiro, y solo entonces Saka anot¨® el 1-0.
Si Havertz fuese un delantero m¨¢s agresivo, el Arsenal habr¨ªa trasladado su ventaja al marcador. Pero como quiera que el alem¨¢n es un so?ador de paisajes indefinidos con apenas cuatro goles en esta Premier, y que Van Dijk y Alisson no admiten ensue?os, el Arsenal se qued¨® a medias. Cuando el ¨¢rbitro se dispon¨ªa a se?alar el descanso, Luis D¨ªaz batall¨® por un bal¨®n largo de Alisson, lo descarg¨® en Gravenberch, y el desaparecido hizo acto de presencia para dejar su huella. Un pase bombeado a D¨ªaz, al bulto, fue transformado por el colombiano en un bal¨®n de oro. Lo control¨® de espaldas a Saliba, se gir¨® en un tirabuz¨®n de bailar¨ªn, insisti¨® en arremeter con el central persigui¨¦ndole, y provoc¨® tal tumulto que Gabriel acab¨® metiendo el bal¨®n con la mano en su propia porter¨ªa: 1-1.
Desgracia de Van Dijk y Alisson
Klopp cambi¨® el flanco derecho al completo, tras el descanso: fuera Alexander-Arnold, fuera Gravenberch, fuera Gakpo. ¡°El tri¨¢ngulo derecho tard¨® en entrar al partido¡±, juzg¨® Klopp; ¡°y eso nos complic¨® un poco las cosas¡±. Entraron Elliott, Robertson y el inefable Darwin N¨²?ez. M¨¢s coraz¨®n que precisi¨®n. Suficiente para recuperar la iniciativa ante un Arsenal intermitente en la medida en que Odegaard no pod¨ªa llegar a todas partes. El Arsenal buscaba una salida cuando Gabriel se redimi¨® con un pase largo en diagonal a Martinelli. El brasile?o fue un rayo, Van Dijk se descoordin¨® con Alisson, y la aventura acab¨® en 2-1.
El error de su futbolista m¨¢s fiable fue un mal presagio para el Liverpool. El Arsenal se repleg¨® con su doble pivote de rigor a guardar la ventaja y Klopp sustituy¨® a un defensa, Joe G¨®mez, por Thiago, que regres¨® tras una lesi¨®n. El dominio territorial del club norte?o se disolvi¨® en las correr¨ªas agotadoras pero est¨¦riles de Darwin N¨²?ez, y una falta de Konat¨¦ sobre Havertz, completamente innecesaria, dej¨® al Liverpool con diez, m¨¢s expuesto si cabe a la calidad superior de la plantilla del Arsenal. Para prueba, la entrada de Trossard, una maravilla de extremo, autor del 3-1 despu¨¦s de superar a Van Dijk y definir entra las piernas de Alisson, protagonistas de la desdicha de su equipo.
El Liverpool sigue siendo el l¨ªder de la liga m¨¢s emocionante de Europa. Pero desde ayer vive m¨¢s amenazado.
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