Un casting para tratar de volver
Encontrar al sustituto de Xavi Hern¨¢ndez no es poco problema para un club que cuenta entre sus hinchas al mayor ej¨¦rcito de morros torcidos y ce?os fruncidos del f¨²tbol mundial
En su disparatada huida hacia adelante, Xavi Hern¨¢ndez protagoniz¨® el pasado viernes otro episodio de esos que nos dejan a todos con muy mal sabor de boca. A unos por su condici¨®n de mito (la de Xavi, digo). Porque lo queremos, le respetamos y lo sentimos como nuestro, casi un familiar. Y a ¨¦l mismo porque es en su boca donde las palabras amplifican la forma y el significado que el propio entrenador del Bar?a les quiera dar. ¡°El Madrid adultera la competici¨®n, eso lo ve hasta un ciego¡±, dijo en la rueda de prensa previa al partido de Mendizorroza.
Y lo dijo sin pensar en su propia reputaci¨®n como ganador de la edici¨®n pasada. O en la de sus jugadores. Pero sobre todo lo dijo sin pensar en las personas ciegas, personas como mi compa?ero y amigo Toni L¨®pez, periodista inmenso de la CRTVG, que no son en absoluto culpables del grado de frustraci¨®n que pueda sentir Xavi Hern¨¢ndez y merecer¨ªan, como m¨ªnimo, una disculpa sincera por un chascarrillo m¨¢s propio de la nueva entrega de Torrente, el brazo tonto de la ley, que de una figura del deporte de ¨¦lite en pleno a?o 2024: la crueldad en el propio discurso adquiere connotaciones a¨²n m¨¢s negativas cuando uno se pasa el d¨ªa denunci¨¢ndola en boca ajena.
M¨¢s all¨¢ de este mal paso dial¨¦ctico, el adi¨®s prorrogado de Xavi Hern¨¢ndez ha provocado en Barcelona un enorme estallido medi¨¢tico por cuanto tienen las grandes superproducciones de oportunidades en ciernes. Y la b¨²squeda de un nuevo inquilino para el banquillo del Bar?a lo es, casi tanto o m¨¢s como la elecci¨®n de un nuevo delantero. O del sustituto de Sergio Busquets, si es que tal criatura existe. O de otra pel¨ªcula de Woody Allen con Pen¨¦lope Cruz, Scarlett Johansson y Javier Bardem como protagonistas. El casting para sustituir a Xavi acaba de abrir oficialmente sus puertas y los nombres de posibles candidatos empiezan a brotar en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos como las setas en los lugares c¨¢lidos, h¨²medos y sombr¨ªos.
Todo el mundo cree conocer al entrenador perfecto para comerse el sapo. Al hombre perfecto, se podr¨ªa decir, pues poner a una mujer al frente de un equipo masculino todav¨ªa no se contempla en los actuales est¨¢ndares mentales del f¨²tbol profesional: se intent¨® en el tenis y la prueba termin¨® extingui¨¦ndose en medio de un debate sexista, as¨ª que imaginen el resultado si la direcci¨®n deportiva del Bar?a se atreviera a dar un solo paso en esta direcci¨®n. Ser¨¢ un hombre, como dec¨ªa, y entre los muchos que suenan estos d¨ªas ninguno parece satisfacer, del todo, los apetitos megaloman¨ªacos del aficionado azulgrana.
Tan solo el regreso ¨Caltamente improbable- de Pep Guardiola parece generar un cierto consenso entre las distintas familias que componen el actual censo azulgrana. Todos los dem¨¢s, incluidos Frank Rijkaard y Luis Enrique, levantan alg¨²n tipo de recelo entre una afici¨®n que de tanto pelearse por las plumas se olvid¨® hace tiempo de c¨®mo se asa un pollo. Y no es poco problema este para un club que cuenta entre sus hinchas al mayor ej¨¦rcito de morros torcidos y ce?os fruncidos del f¨²tbol mundial, una bancada que pidi¨® perd¨®n a Bobby Robson mucho despu¨¦s de haberlo sacado por la ventana y despreci¨® a Van Gaal porque no le recordaba lo suficiente a Cruyff. A eso se enfrentar¨¢n los M¨ªchel, Motta, M¨¢rquez, Flick o Torrent de turno si resultan ser los elegidos para la gloria: a un pasado tan feliz que, como canta Sabina, no se debiera tratar de volver.
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