Xavi y los monos del Big Data
El entrenador del Bar?a se siente condenado por algo tan complicado de gestionar como el azar. Pero, ?c¨®mo le juzgar¨ªamos si finalmente lograse ganar la Champions League?
El otro d¨ªa un amigo me dijo que su pareja y ¨¦l se hab¨ªan separado. Hac¨ªa a?os que buscaban un hijo mediante farragosos procesos de fertilidad, pero no lleg¨®. ?l cree que ese dato no tiene nada que ver con la ruptura, el problema ven¨ªa de lejos, me prometi¨®. A?os de discusiones, fricciones y dolorosa distancia. Al mismo tiempo que apuntalaba su argumento, no tuvo m¨¢s remedio que aceptar que si su mujer se hubiera quedado embarazada, todav¨ªa seguir¨ªan juntos. La vida es as¨ª de imprecisa y se escribe desde la perspectiva de los resultados, me dijo. Si la bola roza la red, pero pasa al otro lado de la pista, el partido contin¨²a. Mientras me lo contaba, pens¨¦ en el Bar?a de Xavi y en lo que suceder¨ªa si ahora que el equipo ha encadenado una gran racha ganase la Liga y la Champions. ?C¨®mo deber¨ªamos juzgarlo? ?Qu¨¦ har¨ªamos con ¨¦l? ?Qu¨¦ peso tendr¨ªan entonces los robustos argumentos escritos estos d¨ªas para condenarlo y los memes con los que nos re¨ªmos? Ese pensamiento, claro, no se lo cont¨¦ entonces a mi amigo.
El director general de Manchester City, Ferran Soriano, que tambi¨¦n lo fue del Bar?a en su etapa de esplendor, public¨® un libro que se llamaba La pelota no entra por azar. Obviamente, se trataba de un manual de gesti¨®n deportiva que ven¨ªa a decir que los ¨¦xitos en esta materia siempre tienen que ver con lo que sucede primero en los despachos. El triunfo en el campo exige que no haya cabos sueltos cuando suena el silbido inicial. Solo faltar¨ªa que un CEO dijera otra cosa, claro. Y es cierto que repetir el ¨¦xito al frente del City despu¨¦s de lograrlo en el Bar?a le avalan completamente. Pero la teor¨ªa me record¨® aquella otra seg¨²n la cual si uno o varios primates aporreasen las teclas de una m¨¢quina de escribir de forma infinita, podr¨ªan llegar a escribir las obras completas de William Shakespeare.
El teorema del mono infinito ¡ªas¨ª se llama¡ª inspir¨® tambi¨¦n un cap¨ªtulo de la cuarta temporada de los Simpsons. Homer visitaba al viejo y desp¨®tico Sr. Burns en su mansi¨®n y descubr¨ªa que una de las habitaciones ten¨ªa a mil simios encadenados que hab¨ªan logrado ya combinar las palabras exactas para el arranque de Historia de dos ciudades, de Dickens. Aquel episodio sirvi¨® en 2011 a un programador inform¨¢tico de Montana para dise?ar un sistema capaz de generar segmentos de texto aleatorios hasta completar las obras del dramaturgo brit¨¢nico. Monos, aunque fuesen virtuales, tecleando al son del algoritmo. Y esa podr¨ªa ser la clave, porque Xavi dijo el otro d¨ªa que el Big Data que maneja le dijo que el Bar?a podr¨ªa ser l¨ªder. Claro, ?pero con cu¨¢ntas combinaciones? ?Cu¨¢ntas horas aporreando un teclado?
El Big Data es un poco eso. Puede decir lo que uno quiere que diga. Pero la clasificaci¨®n es muy tozuda, especialmente en un deporte que se juega con los pies, una parte del cuerpo propicia a las imprecisiones. Por suerte para Xavi, las estad¨ªsticas no valen para nada en todo esto. Y puede que la bola no entre por azar, como dir¨ªa Soriano. Pero s¨ª pega contra el poste, sale desviada o se queda corta por ese motivo. De hecho, aproximadamente el 40% de los goles que se marcan tienen que ver con situaciones no planificadas ni fruto de preparaci¨®n atl¨¦tica o t¨¦cnica. O sea, de chiripa. Como cuando Lukaku fall¨® el gol delante de Ederson en la final de Champions contra el City el a?o pasado que habr¨ªa podido cambiar el resultado final. O imaginemos que Messi no hubiera mandado al travesa?o el penalti contra el Chelsea en la semifinal de 2012, quiz¨¢ todav¨ªa seguir¨ªamos juntos. Como mi amigo y su pareja.
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