Oblak defiende la victoria sufrida del Atl¨¦tico ante el Betis y evita que los de Simeone entren en barrena
El meta esloveno, con un par de paradas prodigiosas, salva los tres puntos despu¨¦s de que su equipo se pusiera con dos goles de ventaja en el primer tiempo y se cayera en el segundo
Oblak, que no est¨¢ firmando su mejor temporada, evit¨® que el Atl¨¦tico de Madrid entrara en barrena. Los pitos reaparecieron en el Metropolitano despu¨¦s de un primer tiempo aseado que le concedi¨® a los rojiblancos dos goles de ventaja y un segundo en el que el Betis despert¨® e hizo sufrir mucho al Atl¨¦tico hasta el final. Tuvo que poblar el equipo de centrocampistas y defensas Simeone para guardar un triunfo reparador, pero que no escondi¨® el bache de juego por el que atraviesan los colchoneros. Pudo empatar el Betis si Oblak no llega a emerger entre un bosque de piernas para evitar que un zambombazo de Guido Rodr¨ªguez estableciera el empate a dos. No acaba de encontrar regularidad y equilibrio el Atl¨¦tico en las ¨²ltimas semanas. El Cholo mueve piezas, pero no acaba de dar con la tecla. Cambia la defensa, el medio del campo o la delantera y el conjunto no se endereza.
Tocado por la eliminaci¨®n de la Copa y la imagen que dio en San Mam¨¦s, el Atl¨¦tico, al menos, se concedi¨® una victoria necesaria. La necesitaban Simeone y sus futbolistas, agobiados ahora por la necesidad de consolidar al menos la cuarta plaza. El juego fue otra cosa, poco fluido y a tirones ante un rival que le apur¨® en el segundo tiempo a nada que dio un paso adelante.
No est¨¢ bien el Atl¨¦tico por m¨¢s vueltas que Simeone le da a la alineaci¨®n buscando m¨¢s contundencia en las dos ¨¢reas. Sin Griezmann, a¨²n convaleciente de su lesi¨®n de tobillo, este domingo toco de inicio la pareja Morata-Memphis en ataque. Sucedi¨® que en el medio tampoco acaba de consolidarse un tr¨ªo de centrocampistas de fiables. El baj¨®n de forma que atraviesan Koke y De Paul convirti¨® a los rojiblancos en un equipo discontinuo, incapaz de sostener el arranque potable que protagoniz¨®. Arrincon¨® al Betis con una fuerte presi¨®n que encajon¨® a los verdiblancos. El conjunto de Pellegrini se present¨® en el Metropolitano sin los lesionados Fekir e Isco. Esa falta de alma ofensiva pareci¨® describir a un equipo destinado a aceptar el sometimiento de su rival. De Paul avis¨® r¨¢pido con una incursi¨®n que resolvi¨® con poca precisi¨®n. Animoso, el Atl¨¦tico se encontr¨® con una ventaja madrugadora. Una mala salida de bal¨®n del Betis la aprovech¨® Koke para poner un centro al ¨¢rea que introdujeron en su propia puerta entre Beller¨ªn, Pezzella y Rui Silva.
El golpe achant¨® a¨²n m¨¢s al Betis, que tuvo que entregarse a su portero. Memphis se top¨® con el guardameta portugu¨¦s por dos veces consecutivas. Despu¨¦s cay¨® el Atl¨¦tico en ese f¨²tbol a tirones que a¨²n le dio para generar un penalti a la media hora de juego. Rui Silva trab¨® a Morata, que cort¨® bien por el medio del ¨¢rea para recibir un pase filtrado de Memphis. El VAR tuvo que comprobar que Morata no estaba en fuera de juego por una u?a antes de que el atacante madrile?o ejecutara un lanzamiento manso y poco esquinado que Rui Silva rechaz¨®. Los posteriores intentos de Morata tambi¨¦n fueron repelidos por el meta verdiblanco. Rodri amenaz¨® a Oblak con el empate antes de que Morata pudiera resarcirse reba?ando de cabeza un despeje de Rui Silva. Con veinte tantos entre todas las competiciones, los mismos que Bellingham, Morata ya puede presumir de su mejor marca desde que es profesional
Con m¨¢s gol que juego el Atl¨¦tico se fue al descanso con dos tantos que hac¨ªan presagiar un partido c¨®modo por la ventaja y por la poca resistencia que hab¨ªa ofrecido el Betis. Sin embargo, la entrada de William Carvalho le dio un vuelco al partido. El mediocentro luso tuvo un impacto imperial. Comenz¨® a quitar y a distribuir balones con una autoridad que dej¨® en muy mal lugar a los centrocampistas del Atl¨¦tico. El propio Carvalho se encarg¨® de dejar claro que hab¨ªa partido. Vio a Oblak adelantado y descerraj¨® un derechazo desde fuera del ¨¢rea que super¨® al meta esloveno. Simeone intuy¨® que deb¨ªa orientar a su equipo m¨¢s para guardar el resultado que para ampliarlo. Sent¨® a Koke a la hora de juego, porque sus datos f¨ªsicos recomiendan que no est¨¢ par¨¢ m¨¢s tiempo, y tambi¨¦n a De Paul. Este porque despu¨¦s de haberse erigido en uno de los cabecillas del equipo y del vestuario ha entrado en un bache preocupante.
Sigui¨® el Betis con su gobierno y oblig¨® a Oblak a convertirse en el h¨¦roe de su equipo. Primero tapando a Ayoze en un mano a mano que el delantero canario se fabric¨® con un giro en el ¨¢rea que puso en evidencia la fragilidad defensiva que asola al Atl¨¦tico este curso. Oblak termin¨® por convertirse en el jugador del partido con una estirada prodigiosa. Guido Rodr¨ªguez enganch¨® una volea en el ¨¢rea en medio de una marabunta de jugadores. La visibilidad era escasa, pero el vuelo rasante y la manopla de Oblak lograron palmear la pelota contra la base del poste. Estall¨® entonces la grada del Metropolitano contra el juego de su equipo. Los pitos arreciaron y fueron la antesala de un final ag¨®nico, con un Atl¨¦tico blindado para guardar el resultado. A falta de tres minutos, Simeone sent¨® a Morata para dar entrada a Savic. El mensaje era claro. La delantera con la que acab¨® el Atl¨¦tico, Riqulme y Llorente, fue tan delatora de los miedos y la necesidad de la victoria como los saltos de j¨²bilo con los que Simeone alcanz¨® la bocana del vestuario.
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