Mbapp¨¦ contra los bichos raros
Se palpan las ganas de ver al franc¨¦s vestido de blanco. Y qu¨¦ mejor aperitivo que ver al chico de tus sue?os aferrado a los pies de la cama del rival como una pesadilla
Ya falta menos para que en el Congreso de los Diputados se debata sobre Kylian Mbapp¨¦. Podr¨ªa ocurrir ma?ana mismo, si es que al delantero franc¨¦s se le ocurre exhibirse esta noche ante el equipo de Xavi, aunque la tensi¨®n preelectoral que se vive ahora mismo en Catalu?a podr¨ªa aconsejar prudencia incluso entre quienes acostumbran a celebrar los goles contra el Bar?a en la intimidad. Se palpan las ganas de ver al franc¨¦s vestido, por fin, de blanco. Y qu¨¦ mejor aperitivo, ahora s¨ª a las puertas del verano definitivo, que ver al chico de tus sue?os aferrado a los pies de la cama del rival como una pesadilla, anticipo inocuo de todo lo bueno que est¨¢ por venir. ?Y caro? ?Ser¨¢ caro? Hay adjetivos que, en el Madrid de los man¨¢s, se conjugan como verbos y nada m¨¢s: hala Madrid.
Que un futbolista sea caro o barato determina, en este momento, su verdadera capacidad para liderar el nuevo proyecto de un Bar?a que necesita renovar sus ilusiones al menos una vez por temporada. El club ya no puede acometer fichajes como los del delantero franc¨¦s. Ni tampoco se puede equivocar, otra vez, de delantero franc¨¦s, lo que en s¨ª mismo supone un gran avance pues cualquiera podr¨ªa temerse que con pasta gansa en el bolsillo empezase alguien a decir aquello de ¡°hay que proteger a Lamine Yamal¡±, y entonces llegar¨ªa otro futbolista m¨¢s experimentado, m¨¢s caro, m¨¢s deprimente, para compartir minutos con el de Rocafonda y llenar el coraz¨®n cul¨¦ de falsas esperanzas. El Bar?a del futuro pasa por ¨¦l, por Gavi y por Pau Cubars¨ª, entre otras muchas razones porque no hay un triste euro en la caja y eso siempre impulsa la virtud de centrar los proyectos deportivos en lo tangible, no tanto en lo codiciable.
Pero el Bar?a del futuro tambi¨¦n pasa por partidos como el de hoy, que puede ser muchas puertas distintas a la vez. De entrada, y si nadie se vuelve loco, ser¨¢ una primera toma de contacto de las futuras estrellas con el verdadero universo Marvel, pues qu¨¦ si no es el PSG de Qatar y Luis Enrique. Y tambi¨¦n podr¨ªa ser la confirmaci¨®n de que el Bar?a est¨¢ en presencia de lo que otros clubes estar¨ªan dispuestos a comprar al precio que fuese cuando germine: el talento desatado de dos chavales que todav¨ªa no pueden conducir un utilitario, pero tratar¨¢n de llevar al Bar?a a semifinales de la Liga de Campeones, algo as¨ª como sacarse el permiso de conducir aparcando el Titanic. Lo que nunca deber¨ªa ser para ellos es una tumba. O un hoyo en el que la desconfianza provocada por las derrotas hunda las expectativas y, por tanto, la esperanza. De eso sabe mucho Xavi, que fue Lamine y Cubars¨ª cuando ninguno de los dos hab¨ªa siquiera nacido.
En una entidad que no padeciese del trastorno de ansiedad que suele marcar la vida blaugrana, el partido de hoy ser¨ªa visto como una fiesta en la que exhibir ante el mundo la verdadera naturaleza del ADN Bar?a, un club donde el juego est¨¢ por encima de los resultados y el camino importa m¨¢s que la meta. Un equipo que llegar¨ªa a Par¨ªs con bajas importantes, pero con fe. Y con orgullo. Porque, ?c¨®mo no va a sentirse orgulloso un aficionado del Bar?a viendo a Mbapp¨¦ acosado por los nuevos bichos raros La Masia? De eso se hablar¨¢ ma?ana en todas partes si el Bar?a juega a lo que debe y el PSG se enreda, de nuevo, en lo que no sabe.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.