Mbapp¨¦ no puede con el Dortmund de F¨¹llkrug
El gol del delantero alem¨¢n (1-0) pone en aprietos al PSG, muy espeso en la circulaci¨®n del bal¨®n en un partido sin tregua
La versi¨®n m¨¢s atolondrada y neblinosa del Paris Saint-Germain se bloque¨® en el viejo Westfalenstadion ante la evidencia de que el Dortmund es un hueso. Resuelto a dominar sin miramientos pero sin dar con la tecla, el equipo de Luis Enrique movi¨® la pelota con tanta dificultad que se qued¨® por el camino. El partido tard¨® una hora en llegar a Mbapp¨¦ y eso responsabiliza tanto a sus compa?eros como a ¨¦l mismo, superado por el entusiasta Niclas F¨¹llkrug, un tanque de toda la vida, denostado desde infantil, triunfador en la madurez, sin nada que perder. Su gol convierte la vuelta de la semifinal en Par¨ªs en un desaf¨ªo para Mbapp¨¦.
¡°?Ahora no tenemos nada que perder!¡±, dijo Luis Enrique, sonriente tras el encuentro, como para quitar presi¨®n a sus jugadores. Con el objetivo de remontar el 1-0, el PSG redoblar¨¢ su natural inclinaci¨®n ofensiva contra un rival que solo parece disfrutar en el intercambio de golpes. El partido de la semana que viene promete un tiroteo de campeonato.
Dicen en Madrid que Bellingham es el mejor jugador del mundo. Los juicios sumarios est¨¢n de moda y cada regi¨®n esgrime los suyos. Los hinchas del Dortmund no lo echan de menos. Con Bellingham el a?o pasado el Borussia qued¨® eliminado en octavos y sin ¨¦l, y con el laborioso Sabitzer en su lugar y F¨¹lkrug en la punta, ahora rozan la final de la Champions al cabo de una campa?a trepidante. Primeros de grupo por encima de Newcastle, Milan y PSG; arrolladores contra el PSV en octavos; terminantes contra Atl¨¦tico en cuartos e incontrolables para el PSG este mi¨¦rcoles.
Al calor de los 80.000 ocupantes del cuadril¨¢tero m¨¢s fragoroso de Europa continental, los dos equipos saltaron al campo a presionarse. Sin c¨¢lculos. Sin ahorro de energ¨ªa. En el zafarrancho de los aprietos se revel¨® la verdad. Del lado parisino, Vithinha confirm¨® que es el hombre m¨¢s l¨²cido y responsable, pero estuvo solo, pues ni Fabi¨¢n ni Za?re supieron mostrarse a tiempo para darle apoyos en el noble intento de atacar por dentro. Del lado local prevaleci¨® el esp¨ªritu solidario, inflamado, persistente aunque no demasiado fino, del f¨²tbol por la v¨ªa directa. Bajo la atenta mirada de Nasser al-Khelaifi y Nicolas Sarkozy, sentados en el palco con cara de analistas, se hizo patente que la combatividad de los once jugadores del Dortmund pudo m¨¢s que la circulaci¨®n entrecortada de los visitantes, precedida siempre por el aroma de vanidad que despiden Mbapp¨¦ y Dembel¨¦. Cuando las conducciones err¨¢ticas de Dembel¨¦ ¡ªformidable habilidad, penosa toma de decisiones¡ª acaban en atolladeros, su contribuci¨®n equivale al boicot.
Los jugadores del PSG no tardaron en advertir dos cosas. Primero, que no ten¨ªan su d¨ªa. Segundo, que les tocar¨ªa sufrir ante las oleadas impetuosas de camisetas amarillas, con el inagotable Adeyemi y el atolondrado Sancho a la cabeza de la agitaci¨®n. A falta de lucidez y precisi¨®n en los pases, se impusieron con la energ¨ªa del astuto F¨¹llkrug, el oficio de los tres volantes, y dos centrales que han completado una temporada de renacimiento. Con la ayuda del joven Schlotterberg, el r¨ªgido Hummels ha recobrado elasticidad. En esta red se qued¨® agarrado Mbapp¨¦, notoriamente aislado, v¨ªctima de la circulaci¨®n espesa de su equipo, lento para mover la pelota y m¨¢s lento para ubicar jugadores libres en zonas cr¨ªticas.
La jugada m¨¢s antigua del f¨²tbol
El partido no ten¨ªa propietario cuando se produjo una jugada que pesar¨¢ un quintal en la eliminatoria. Mbapp¨¦ tard¨® en estirar la presi¨®n sobre Schlotterberg y el central lanz¨® en largo hacia el nueve. La jugada m¨¢s antigua del f¨²tbol dio fruto porque la zaga del PSG dud¨® al tirar el fuera de juego. La pelota cay¨® en la bota derecha de F¨¹llkrug, que tras el desmarque y el control se la orient¨® para el remate con la izquierda, al primer palo. Lucas intent¨® cerrar de urgencia y el temor de cometer penalti le indujo a vacilar y a lesionarse. Su portero, Donnarumma, se comi¨® el tiro.
La retirada de Lucas con dolores en el ligamento de su rodilla izquierda y el 1-0 luciendo en el marcador, reflej¨® el nivel de la crisis en el PSG. El descanso removi¨® a los visitantes pero no conmovi¨® a la grada ni a los jugadores del Dortmund, psicol¨®gicamente m¨¢s liberados que sus adversarios, m¨¢s atenazados a cada minuto que transcurr¨ªan sin marcar un gol. Mbapp¨¦ lo tuvo con un tiro al palo largo, que peg¨® en la madera. Hakimi, en la acci¨®n sucesiva, revent¨® el otro palo. Fabi¨¢n se qued¨® a una pulgada de conectar un centro. ¡°Hemos tenido suerte¡±, admiti¨® Hummels, camino de la ducha.
El marcador pudo abultarse. El Dortmund y el PSG no dejaron de atacarse. Sin especular. El curso de la noche sirve de advertencia a Kylian Mbapp¨¦: si quiere llegar a Wembley deber¨¢ dar un poco m¨¢s.
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