La m¨²sica de Vinicius desmelena al Madrid para rendir al Espanyol
La agitaci¨®n del brasile?o, con una asistencia y un gol, empuja al equipo a una victoria que se le resist¨ªa por la falta de acierto pese a la multitud de ocasiones
Va a ser que s¨ª, que el Real Madrid se enciende con el rock and roll, a guitarrazos, feliz en su registro salvaje. Contra el Espanyol, despacharon una primera parte de la funci¨®n algo m¨¢s acad¨¦mica, m¨¢s estructurada en la creaci¨®n, repleta de ocasiones, pero sin la iluminaci¨®n del acierto. Hasta que aparecieron juntos el caos y Vinicius, y el Madrid se desmelen¨® como en esas noches en las que juega a la desesperada. As¨ª se llev¨® por delante al Espanyol, que hab¨ªa aguantado apretando los dientes hasta el que el brasile?o subi¨® la m¨²sica en un Bernab¨¦u con mucho celo con el volumen por el conflicto con los vecinos.
Vinicius hab¨ªa empezado en el banquillo, su primer descanso al octavo partido del curso. Ancelotti le reserv¨®, como a R¨¹diger y Mendy, e introdujo a Fran Garc¨ªa, Tchouameni como central y a Arda G¨¹ler, que ocup¨® la banda derecha y dej¨® la izquierda para Rodrygo. El turco provoc¨® algo inusual: sin Vinicius en el campo, el Madrid redescubri¨® aquel otro costado. Por all¨ª se juntaba con Modric y hasta atra¨ªa a Mbapp¨¦. Y por all¨ª se aclar¨® de repente el juego borroso que ven¨ªa despachando el Madrid. Tocaba G¨¹ler y aparec¨ªa la claridad. De repente, el equipo de Ancelotti flu¨ªa en la elaboraci¨®n, donde se hab¨ªa movido a trompicones. Monopoliz¨® la pelota, con el Espanyol mirando en primera fila. Y achicando agua.
El Real llegaba y llegaba: diez tiros en la primera media hora de mon¨®logo. Mbapp¨¦ se vio varias veces con el bal¨®n y sin defensas en su camino al portero. Pero todos sus intentos acababan en las manos de Joan Garc¨ªa. El Madrid produc¨ªa por la banda derecha con G¨¹ler y Modric, y tambi¨¦n, cuando el turco hac¨ªa una pausa, por la izquierda, donde empezaban a hilar Rodrygo y Bellingham. Entonces Mbapp¨¦ se arrimaba a ellos y tambi¨¦n pescaba ocasiones por all¨ª. Al Madrid le funcionaba todo, salvo la punter¨ªa. Joan Garc¨ªa era un im¨¢n: sumaba paradas sin estirarse apenas.
El Espanyol, reci¨¦n regresado a Primera, aguantaba la sucesi¨®n de embestidas sin lograr coger aire con la pelota. Kral, Lozano y Tejero apenas enlazaban un par de pases. Los tramos m¨¢s largos de respiro se los proporcionaba Joan Garc¨ªa cuando le tocaba volver a poner el bal¨®n en juego. En el primer cuarto de hora ya se demoraba como si defendieran un resultado en el tiempo a?adido, ya muy cerca de la orilla.
Pero les quedaba un buen rato bajo el chaparr¨®n. Alcanzaron el descanso con la porter¨ªa a¨²n a cero pese a los 14 tiros del Madrid, un peque?o hito. Desde agosto de 2019 no lo intentaba tanto en el Bernab¨¦u sin marcar. Los jugadores recibieron algunos silbidos camino del vestuario. Se o¨ªa todo en un Bernab¨¦u con la megafon¨ªa contenida, sin apenas m¨²sica en los minutos previos ni durante el descanso, un crepitar de murmullos.
La monoton¨ªa la rompi¨® una bala perdida. Carvajal no lleg¨® a rematar un centro en el ¨¢rea peque?a, Joan Garc¨ªa sac¨® buscando el espacio liberado por el lateral, y Jofre se vio corriendo perseguido por G¨¹ler. Alcanz¨® la l¨ªnea de fondo e intent¨® un centro atr¨¢s. Pero la pelota roz¨® al turco y se col¨® entre las piernas de Courtois.
La respuesta, ya con Vinicius en el campo, pareci¨® salir de un espejo. Bellingham lleg¨® a la otra l¨ªnea de fondo y su tir¨® se escurri¨® bajo el costado del portero. Carvajal, otra vez en el ¨¢rea peque?a, revent¨® la pelota contra la red. Y casi sin celebrarlo, aparentemente lesionado, se fue a pedirle el cambio a Ancelotti.
Los goles agitaron al Madrid, y esa agitaci¨®n provoc¨® que se desordenara aquello que hasta entonces hab¨ªa fluido m¨¢s cartesiano. Los goles trajeron una urgencia a la que no obligaba el cron¨®metro, pero que da vida al Madrid, que sigui¨® llegando, ya desmelenado, m¨¢s rock and roll. Pero todav¨ªa sin foco en la mirilla. El Espanyol aguantaba. Hasta que aceler¨® Vinicius. Despeg¨® por la izquierda y se sac¨® uno de esos picotazos con el exterior a la zona del p¨¢nico, justo delante del portero, donde Rodrygo empuj¨® el gol.
En la siguiente carrera, le encontr¨® Mbapp¨¦ y Vinicius marc¨® el tercero. El cuarto naci¨® de otro arrebato salvaje. Endrick salv¨® un bal¨®n en el bander¨ªn de c¨®rner y empez¨® a avanzar con Romero colgado a la espalda. Hasta que alcanz¨® el ¨¢rea y, de donde no hab¨ªa nada, sac¨® un penalti, con el que s¨ª acert¨® Mbapp¨¦ para cerrar otra raci¨®n de rock and roll en un Bernab¨¦u que coquetea con el silencio.
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