La obligada distancia de Simeone con su hijo Giuliano
El entrenador del Atl¨¦tico evita la complicidad en p¨²blico con el atacante rojiblanco para no generar suspicacias con el resto de la plantilla
La presencia en un vestuario del hijo de un entrenador mal gestionada puede ser una bomba de relojer¨ªa. Las sospechas de nepotismo son inevitables. Lo sab¨ªa Diego Pablo Simeone cuando durante la gira asi¨¢tica de este verano tom¨® la decisi¨®n de incluir en el plantel del primer equipo a Giuliano. Desde entonces, se ha preocupado muy mucho de marcar las distancias con su hijo en p¨²blico y en el d¨ªa a d¨ªa del equipo. En Salzburgo, Giuliano abri¨® el marcador de un partido trascendental en el que el Atl¨¦tico se jugaba acabar entre los ocho primeros de la liguilla de la Champions League. La reacci¨®n de su progenitor fue no mostrar la efusividad de hincha que suele exhibir con los goles de su equipo. El orgullo le corri¨® por dentro. Tampoco suele saludar a los jugadores que cambia durante los partidos y con Giuliano no hizo ninguna excepci¨®n cuando le reemplaz¨®. Nadie en el Atl¨¦tico niega que incluso el Cholo, para evitar suspicacias, pudo retraerse de concederle m¨¢s minutos en el inicio del curso o de mantenerle m¨¢s tiempo en el campo en partidos en los que lo estaba haciendo bien y lo sustitu¨ªa.
Simeone no se siente c¨®modo cuando le preguntan por su v¨¢stago. Tambi¨¦n evita cualquier tipo de situaci¨®n o imagen que muestre indicios de complicidad. Llegan por separado a los entrenamientos y se marchan sin ning¨²n tipo de expresi¨®n del tipo ¡°te espero¡± o ¡°nos vemos en casa¡± aunque tengan comida familiar. No se juntan ni en las gradas del Cerro del Espino cuando van a ver los partidos del Rayo Majadahonda, club en el que juega Gianluca, el hijo mediano del Cholo. Se sientan por separado para no propiciar una estampa familiar en p¨²blico. El fin de semana pasado fue la vez que m¨¢s cerca se acomodaron porque Giuliano ya genera revuelo entre los aficionados cuando hace acto de presencia. Se sent¨® en la parte baja de la tribuna, pero unos cuantos grader¨ªos m¨¢s arriba. La escrupulosidad con la que Simeone trata de manejar la relaci¨®n profesional padre-hijo la vivi¨® recientemente Pablo Motos, que trat¨® juntar a ambos. El presentador de El Hormiguero recibi¨® un no de los asesores de comunicaci¨®n del preparador argentino.
Giuliano, que fich¨® por el Atl¨¦tico con 16 a?os procedente del River Plate, se independiz¨® de su padre desde que regres¨® de la cesi¨®n al Alav¨¦s. Antes hab¨ªa convivido con su progenitor en el domicilio de este en la lujosa urbanizaci¨®n de La Finca. Ahora reside en un adosado en Pozuelo junto a su novia. Lo que s¨ª ser¨ªa dif¨ªcil de creer es que en las reuniones familiares en las que coincide con sus hermanos y su padre no comenten nada porque ellos mismos admiten que hablan mucho de f¨²tbol.
Hacia afuera, Simeone trata de ser siempre lo m¨¢s as¨¦ptico posible, aunque el mi¨¦rcoles, en la sala de prensa del Salzburgo Arena, no pudo evitar ensalzar lo que considera que es la gran virtud del chico. ¡°Est¨¢ en un momento muy lindo, muy bueno, lo que destaco m¨¢s de ¨¦l es su energ¨ªa, es diferencial. Transmite algo que es muy dif¨ªcil de ir a comprar, lo tienes o no lo tienes¡±. Esta ha sido la mayor loa p¨²blica que Simeone ha tenido con su hijo desde que lo tiene como pupilo. ¡°Luego tiene cosas para mejorar y crecer, pero esa energ¨ªa ojal¨¢ la pueda sostener y mantener porque va a ser importante para su vida¡±, abund¨® el Cholo.
Entre las exigencias que Simeone padre le ha impuesto a Giuliano est¨¢ marcar goles pese a jugar en la banda. Giuliano se form¨® como nueve de ¨¢rea cl¨¢sico, pero su punta de velocidad es la virtud que lo ha convertido en jugador de Primera Divisi¨®n. Sin esa capacidad de aceleraci¨®n con la que ya ha registrado picos de velocidad de 35 km/hora en algunos esprines no se habr¨ªa instalado en la ¨¦lite y en el once titular del Atl¨¦tico. La temporada pasada sus ahora compa?eros la sufrieron cuando el Atl¨¦tico visit¨® al Alav¨¦s, equipo en el que Giuliano jug¨® cedido. Ese d¨ªa, desempe?¨¢ndose en la banda izquierda, hizo estragos en la defensa rojiblanca y fue clave en el triunfo del conjunto vitoriano. Ese mismo d¨ªa, tambi¨¦n comenz¨® a ganarse el respeto de los futbolistas con los que ahora comparte vestuario.
En el ¨²ltimo amistoso del Alav¨¦s antes de iniciarse el curso, Giuliano se rompi¨® la tibia y el peron¨¦. Ah¨ª Simeone, no dud¨® en ejercer como padre. Se enter¨® del grave percance cuando conect¨® el m¨®vil despu¨¦s de aterrizar de la gira veraniega del Atl¨¦tico. Despu¨¦s de m¨¢s de diez horas de vuelo, cogi¨® el coche y se fue hasta Vitoria para explicarle a Giuliano que eran gajes del oficio y que lo aprovechara para regresar con m¨¢s fuerza. La fortaleza f¨ªsica y mental del chico le permiti¨® acortar en m¨¢s de un mes los plazos de recuperaci¨®n. Su final de temporada le vali¨® para representar a Argentina en los Juegos de Par¨ªs y abrirse un hueco en el plantel rojiblanco. En agosto, Scaloni le convoc¨® para la absoluta.
¡°Desde que llegu¨¦ al Atl¨¦tico de Madrid solo pens¨¦ en trabajar. Es el club de mi vida. Ya lo dije siempre. Estoy muy contento de estar ac¨¢ cada d¨ªa que me levanto. Para m¨ª entrenar con jugadores que son campeones del mundo, leyendas del Atl¨¦tico de Madrid, con tanta experiencia, es una oportunidad muy grande¡±, valor¨® Giuliano en Movistar al t¨¦rmino del partido con el Salzburgo. ¡°Y lo quiero aprovechar al m¨¢ximo, aprender mucho de ellos y seguir mejorando en cada detalle que pueda¡±, prosigui¨® Giuliano. La humildad tambi¨¦n es un requisito que le ha impuesto el padre a la hora de hacer declaraciones en p¨²blico. Es inevitable ver en el hijo el mismo entusiasmo identitario que empleaba el padre como jugador. La hinchada del Atl¨¦tico tambi¨¦n se lo ha reconocido ya con varias ovaciones en el Metropolitano. La afici¨®n jalea cuando Giuliano, como el Cholo, hace aspavientos para que animen. La frialdad que preside la relaci¨®n profesional se funde en un caso excepcional. El Atl¨¦tico es el ¨²nico equipo que cuenta con dos core¨®grafos emocionales en los partidos. Uno en el banquillo y el otro en el campo.
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