El Madrid atropella al Manchester City
El equipo de Ancelotti supera al de Guardiola con una gran funci¨®n coral en un campo donde nunca hab¨ªa ganado y toma ventaja en el ¡®playoff¡¯, aunque con un marcador corto tras adelantar Haaland dos veces a los ingleses
Fue como siempre, y tambi¨¦n como nunca. El Real Madrid remont¨® en el 92, algo que suena a viejo, un prodigio cotidiano, pero lo hizo en el Etihad, estadio que a¨²n no hab¨ªa conquistado en juego; el a?o pasado lo logr¨® en los penaltis. Pero lo que sobre todo fue distinto fue c¨®mo lo hizo, con una autoridad arrolladora que redujo a un City que siempre le hab¨ªa inquietado como un ogro. El Madrid dej¨® en M¨¢nchester una exhibici¨®n construida sobre una escasez extrema por las lesiones con una noche memorable de compromiso y talento de su artiller¨ªa abrochada por el tercer gol de Bellingham, cabecilla de la presi¨®n, en otro instante noventayJude. As¨ª viajan con ventaja a la vuelta del playoff el mi¨¦rcoles en el Bernab¨¦u.
De repente, el Etihad no era aquella trampa asfixiante de las ¨²ltimas visitas, aquel laberinto donde solo quedaba resistir. El a?o pasado lo consiguieron hasta los penaltis; el anterior salieron arrasados por un 4-0. Esta vez no era as¨ª, sino una especie de reverso de aquel infierno. El bal¨®n era suyo. Tambi¨¦n los golpes. O la fortaleza hab¨ªa ca¨ªdo, o el pelot¨®n de Ancelotti se hab¨ªa hecho con los planos del recinto. O un poco de ambas cosas.
El Madrid empez¨® la noche con una precisi¨®n fulgurante y hermosa, escurridiza. Los ingleses persegu¨ªan como casi siempre hab¨ªan hecho. Contemplaban desorientados c¨®mo Mbapp¨¦ quedaba mano a mano en el ¨¢rea con Ederson, aliviados cuando el tiro contra el brasile?o; c¨®mo Vinicius y Mendy tocaban casi en el ¨¢rea peque?a y Akanji despejaba el del franc¨¦s; c¨®mo el brasile?o casi se colaba entre el central suizo y Ak¨¦, de nuevo pisando el ¨¢rea.
Los cuatro de arriba se aplicaban en el esfuerzo defensivo y el equipo de Guardiola aparec¨ªa como un cuadro vulnerable arrollado por una fuerza incontenible. Pero resistieron hasta que surti¨® efecto uno de los artefactos del t¨¦cnico catal¨¢n. A Gvardiol, su lateral izquierdo, lo situaba como centrocampista por dentro al atacar, y eso desajustaba algo al Madrid. Fue una pieza indescifrable. Desde ese punto desat¨® la rebeld¨ªa. Encontr¨® a Haaland, que bajaba a descargar, y se fue al ¨¢rea. Grealish, que hab¨ªa estado a punto de retirarse tres minutos antes lesionado, envi¨® una vaselina al croata. La mat¨® con el pecho y Haaland le marc¨® por fin al Madrid despu¨¦s de intentarlo tanto.
El gol, tan a contrapelo del desarrollo, afloj¨® la entrega de los cuatro de arriba del Real y anim¨® al City, que se reencontr¨® con la pelota y diluy¨® la tormenta de las camisetas naranja. Volvieron a sufrir, pero no como las ¨²ltimas veces. Sobre todo, porque ten¨ªan en su mano salir de aquello. Con el bal¨®n segu¨ªan asustando, segu¨ªan encontrando v¨ªas, con una estupenda funci¨®n coral de Mbapp¨¦, Vinicius, Rodrygo y Bellingham. Ellos ten¨ªan el interruptor. Pod¨ªan accionarlo defendiendo, y terminaba alumbrando el ataque.
Vinicius desarmaba por la izquierda a Rico Lewis, que tuvo que salir por el lesionado Akanji, y conectaba con Bellingham para cabecear. Rodrygo, por el otro lado, daba con Mbapp¨¦, que se top¨® de nuevo con Ederson. El City no encontraba el modo de desactivar la segunda gran acometida, y al otro lado se topaba con un Asencio de autoridad superlativa. Pero cuando los ingleses se estiraban, abr¨ªan espacios para el galope, un riesgo extremo, sobresalto tras sobresalto.
Aunque el empate lleg¨® de lo que pareci¨® un error. Ceballos dej¨® un bal¨®n flotando sobre el punto de penalti y Mbapp¨¦ acert¨® con la espinilla cuando pens¨® que hab¨ªa fallado. El empate les provoc¨® una carcajada y, cabalgando a lomos de esa felicidad, el Madrid sigui¨® acumulando ocasiones incluso m¨¢s claras. El chaparr¨®n era formidable, pero el City volvi¨® a encontrar resguardo en un penalti de Ceballos a Foden que transform¨® Haaland.
Ni esa segunda decepci¨®n arrug¨® al Madrid, que embisti¨® al ritmo de la corneta de Bellingham y su entrega. Caz¨® un mal env¨ªo de Ederson, tir¨® Vinicius y empat¨® Brahim. Y siguieron, ya despu¨¦s del 90, esto s¨ª como siempre. Hasta que marc¨® Bellingham despu¨¦s de un mal tiro de Vini, y ganaron como nunca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
