Titmus gana el Federer-Nadal de la piscina
Llegado el momento ol¨ªmpico, la americana funcion¨® como en sus mejores d¨ªas, pero la respuesta de la australiana fue perfecta
Dos nadadoras reprodujeron en Tokio la clase de rivalidad que ha marcado los enfrentamientos Federer-Nadal. Que el lector elija a qui¨¦nes de los dos tenistas remiten la estadounidense Katie Ledecky y la australiana Ariarne Titmus, protagonistas de la final de 400 metros libre, momento ol¨ªmpico marcado en rojo desde hace dos a?os. No defraud¨®. Gan¨® Titmus (3m 56,69s), de 20 a?os, y acab¨® con la impresionante secuencia de victorias de la norteamericana (3m 57,36s).
Desde 2012, Ledecky no hab¨ªa perdido ninguna final o...
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Dos nadadoras reprodujeron en Tokio la clase de rivalidad que ha marcado los enfrentamientos Federer-Nadal. Que el lector elija a qui¨¦nes de los dos tenistas remiten la estadounidense Katie Ledecky y la australiana Ariarne Titmus, protagonistas de la final de 400 metros libre, momento ol¨ªmpico marcado en rojo desde hace dos a?os. No defraud¨®. Gan¨® Titmus (3m 56,69s), de 20 a?os, y acab¨® con la impresionante secuencia de victorias de la norteamericana (3m 57,36s).
Desde 2012, Ledecky no hab¨ªa perdido ninguna final ol¨ªmpica. En Londres 2012 derrot¨® a Mireia Belmonte en los 800 metros. Lleg¨® sin ruido, una adolescente de 15 a?os que hab¨ªa surgido de la fabulosa factor¨ªa estadounidense, donde la precocidad de sus campeones no es infrecuente. En Sidney 2000, un chaval de 15 a?os disput¨® la final de 200 metros mariposa. Fue quinto. Se llamaba Michael Phelps.
En Londres, Ledecky fue Nadal con ba?ador, un martillo r¨ªtmico, implacable. Era su primera gran aparici¨®n internacional, la ocasi¨®n perfecta para estampar su firma. La joven Ledecky no dejaba migajas a nadie. Sacaba a sus rivales de rueda desde los primeros metros y no miraba atr¨¢s. Seguirla supon¨ªa un tormento. No han faltado rivales dispuestas a desafiar su hegemon¨ªa. La danesa Lotte Friis, la estadounidense Leah Smith o la brit¨¢nica Jazmin Carlin sufrieron un dominio lacerante. La calidad de sus marcas no resist¨ªa la prueba del algod¨®n. Katie Ledecky trituraba sus registros con una facilidad pasmosa. En R¨ªo 2016 limpi¨® de oro las finales de 200, 400 y 800 metros, con unas marcas siderales. Su registro ¡ª8m 04,29s¡ª en los 800 metros es envidiable en la categor¨ªa masculina.
Hasta 2019 fue invulnerable. En escena apareci¨® Ariarne Titmus, una nadadora de 18 a?os, nacida en Tasmania, situada a 150 kil¨®metros de la costa sur australiana. Con 14 a?os, abandon¨® Tasmania, donde corr¨ªa el riesgo de empantanarse por falta de rivales y de competici¨®n, y se instal¨® con sus padres en Brisbane. En un pa¨ªs donde la nataci¨®n es mucho m¨¢s que un deporte, la soleada capital de Queensland es el destino de la mayor¨ªa de los mejores campeones juveniles.
Titmus se revel¨® pronto como una creciente amenaza para la hegemon¨ªa de Ledecky, obligada a un salto de dif¨ªcil ejecuci¨®n. De la chiquilla que estudiaba en el colegio de los Sagrados Corazones de Bethesda, en Washington DC, a la estudiante en la Universidad de Stanford (California). Otra vida, un cuerpo diferente, nuevos estudios (graduada en Psicolog¨ªa), pero la misma pasi¨®n competitiva.
En 2019, despu¨¦s de marcar los 10 mejores registros de todos los tiempos en los 400 metros libre ¡ªtodos por debajo de cuatro minutos¡ª, Ledecky claudic¨® ante Ariarne Titmus. La derrota caus¨® impacto. Se fij¨® escenario y fecha para la gran revancha: Tokio 2020. La pandemia ha estado a punto de cancelarla. Durante el confinamiento, Ledecky se entrenaba en la peque?a piscina de 20 metros, propiedad de unos vecinos en su barrio de Stanford. El resto de los ejercicios los completaba en el balc¨®n de su apartamento.
Llegado el momento ol¨ªmpico, Ledecky funcion¨® como en sus mejores d¨ªas ¡ªlogr¨® la segunda mejor marca de su vida en 400m¡ª pero la respuesta de Titmus fue perfecta. Nunca sali¨® centrifugada por la batidora estadounidense. Esper¨® su momento, los ¨²ltimos 100m. Lo resolvi¨® con precisi¨®n quir¨²rgica, a pesar de la emocionante defensa de la campeona norteamericana. Si el resultado se?ala el cambio de testigo, nadie lo sabe. Los Federer-Nadal han dado mucho juego y muchas vueltas. Falta el Djokovic de turno. Probablemente ya est¨¢ aqu¨ª. Se llama Summer McIntosh, canadiense, tiene 14 a?os y fue cuarta en la final con un tiempo (4m 02,42s) que Ledecky no so?aba con 15 a?os.
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