Un ¡®trap¡¯ de oro, un santo y un mal rollo
A la mayor¨ªa de atletas que acuden a unos Juegos en modalidades no medi¨¢ticas les gustar¨ªa que su presencia provocase un mayor conocimiento de su deporte
Una de las cosas buenas que tienen los Juegos es que te dan la oportunidad de aprender de otros deportes menos presentes en los medios. Hoy, por ejemplo, me he despertado escuchando esta noticia: primera medalla de oro de Espa?a, lograda por F¨¢tima G¨¢lvez y Alberto Fern¨¢ndez en trap mixto. Igual era porque todav¨ªa ten¨ªa las neuronas algo adormecidas, pero me ha costado un poco descubrir a qu¨¦ deporte se refer¨ªa. Reconozc¨¢moslo, eso del trap mixto podr¨ªa ser una prueba de pirag¨¹ismo. O de vela. Pero no iba por ah¨ª la cosa. Y lo he descubierto gracias a un titular estupendo que leo en el As. ?Un oro a tiros! Original lo justo, algo agresivo quiz¨¢s, pero resolutivo a la hora de ubicarte.
La cosa podr¨ªa haber terminado ah¨ª, pensando que lo m¨¢s importante, la medalla, ya estaba computado. Pero sigo tirando del hilo porque estoy convencido de que a la mayor¨ªa de deportistas que acuden a unos Juegos en modalidades no medi¨¢ticas, adem¨¢s de aplausos y una posible medalla con la que presumir, les gustar¨ªa que su presencia provocase un mayor conocimiento de su deporte. En homenaje a ellos me lanzo a profundizar en la materia. Y descubro, adem¨¢s de lo obvio (al ser mixto participan una mujer y un hombre) que tiran tres series de 50 platos, m¨¢s una final de otros 50. Que la fosa est¨¢ a 15 metros del tirador. Que dos platos son lanzados simultanea a 60 kil¨®metros por hora y con un ¨¢ngulo de 10 grados, y que desde que dices plato hasta que lo lanzan pasan entre cero y un segundo. Para que te den bueno el tiro, se tiene que romper un pedazo que sea visible para el juez. De miras de aumento, nada de nada. Ah, y tiran con una escopeta de calibre 12, que vete t¨² a saber c¨®mo es. Hala, ya queda explicado.
Adem¨¢s del trap mixto, fue el d¨ªa de Pablo Carre?o, un gran tenista con pinta de chico bueno, hijo ideal y mejor amigo. Su ejercicio de paciencia mientras la perd¨ªamos los espectadores ha sido digna del Santo Job. Ha tenido el partido ganado en el segundo set y lo ha perdido, y en el tercero ha necesitado 245 pelotas de partido para doblegar a Djokovic. La tortura mental ha debido de ser de a¨²pa y a todo se ha sobrepuesto Carrero. Seguramente habr¨¢ utilizado la t¨¢ctica de Nadal, la de tener memoria de pez. Olvidarse del pasado y centrarse en el presente. Todo lo contrario que el hasta hace 24 horas intratable Djokovic. Cuando menos se esperaba, se ha derrumbado, malhumorado e incapaz de superar lo ocurrido en la semifinal. Lo repito, en el deporte no hay superh¨¦roes.
Tambi¨¦n se ha ganado m¨¢s de un titular Rafa Mir, que ha llegado al rescate como el S¨¦ptimo de caballer¨ªa, en el ¨²ltimo momento y cuando se mascaba la tragedia. Me sigue pareciendo el f¨²tbol ol¨ªmpico una presencia extra?a, m¨¢s una pasarela de j¨®venes promesas que una competici¨®n entre los mejores como lo es en el resto de especialidades. Pero ya que estamos, si pillamos metal, pues perfecto.
Fuera de nuestro universo patri¨®tico, hemos recordado algo. Que en cuesti¨®n de velocidad pura, o eres jamaicana o te olvidas. No han dejado ni un metal que rascar en el 100, comandadas por (gacela) Thompson-Herah. Eso s¨ª, viendo como se han relacionado entre las tres compatriotas una vez terminada la carrera, me ha venido a la cabeza una frase habitual del humorista Fernando Romay. ¡°Qu¨¦ buen ambiente pero qu¨¦ mal rollo¡±. Pero seguro que han sido imaginaciones m¨ªas.
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