De riesgo mortal a espect¨¢culo: la escalada llega a los Juegos
La disciplina se estrena en Tokio convertida en una actividad m¨¢s segura y de gran popularidad
Momento hist¨®rico para la escalada, que hoy (10.00) se estrena como disciplina ol¨ªmpica de acuerdo al enorme tir¨®n que merece entre el p¨²blico. Para su debut en los Juegos, la escalada ha alterado su formato cl¨¢sico de competici¨®n hacia una fusi¨®n de tres ejercicios (la velocidad, el b¨²lder y la dificultad) a la que se enfrentan 20 mujeres y 20 hombres, entre ellos Alberto Gin¨¦s, ¨²nico representante espa?ol. Hoy y ma?ana se disputan las clasificatorias para las finales de los d¨ªas 5 y 6, a las que solo acceder¨¢n ocho escaladoras y ocho escaladores.
La clave reside en la polivalencia: es preciso no fallar estrepitosamente en la prueba de velocidad (un experimento televisivo al que pocos escaladores tradicionales est¨¢n acostumbrados) y dar lo mejor en b¨²lder y dificultad. Se escala sobre estructuras artificiales y si la v¨ªa de velocidad (15 metros de altura) siempre es la misma en todos los cert¨¢menes, los trazados de b¨²lder (una pared muy corta que se escala sin cuerda y en la que se plantean diversos problemas de escalada de muy pocos movimientos) y dificultad (una pared que se escala protegido por la cuerda y en la que los participantes solo gozan de una oportunidad de completar) var¨ªan en cada competici¨®n. Los no iniciados se sorprender¨¢n ante el espect¨¢culo de una competici¨®n donde deber¨ªan brillar el checo Adam Ondra y la eslovena Janja Garnbret¡ si bien no de descartan sorpresas.
Los rom¨¢nticos, los grandes apellidos del pasado, se preguntar¨¢n c¨®mo ha mutado en algo as¨ª una actividad tan seria como la escalada, un juego en el que el perdedor sol¨ªa entregar la vida. Los roc¨®dromos crecen como setas, cada vez m¨¢s grandes y m¨¢s elevados y triunfan incluso en ciudades donde escalar en roca es una tarea accesible. As¨ª ha sido la historia de la escalada: una constante evoluci¨®n plagada de ramificaciones y estilos que act¨²an tanto como vasos comunicantes como compartimentos estancos: un alpinista puede escalar en hielo, deportiva, tradicional y bloque. Un bloquero puede ver el bloque como un fin en s¨ª mismo, llamarse escalador y jam¨¢s usar una cuerda en su vida. Resulta sencillo perderse.
Si originalmente el ser humano empez¨® a escalar para conquistar monta?as complejas, hoy cualquiera puede escalar sin pisar jam¨¢s una monta?a. Poco o casi nada tiene que ver lo que veremos en Tokio con lo que ofrece la roca.
La primera competici¨®n de escalada deportiva tuvo lugar pr¨¢cticamente ayer: fue en 1985 (Bardonecchia y Arco, Italia) sobre una pared genuina de roca. Hoy en d¨ªa, las competiciones de escalada se celebran sobre muros artificiales donde los equipadores inventan rutas de dificultad diversa. Diez a?os antes, en 1975, el alem¨¢n Kurt Albert, un hombre de pelo rizado, bigote y sonrisa p¨ªcara, con unos antebrazos del di¨¢metro de sus muslos empez¨® a pintar un punto rojo al pie de las v¨ªas de roca que lograba superar sin ca¨ªdas, sin reposos y sin tirar de los anclajes fijos para progresar: nac¨ªa as¨ª el concepto de encadenar, es decir, alcanzar la cadena con su descuelgue usando ¨²nicamente pies y manos para progresar. El uso generalizado del arn¨¦s y del ocho para asegurar, as¨ª como los primeros pies de gato con suela adherente, explican en parte tama?o salto. La escalada dejaba as¨ª de ser una manera de alcanzar un punto determinado de la forma que fuese para convertirse en un deporte con una ¨¦tica, en un fin en s¨ª mismo.
Hasta ese momento, y pese a que hubo puristas como Paul Preuss que ya en los a?os 20 del siglo XX exig¨ªa a sus iguales no hacer trampas (es decir, no usar cuerda ni pitones ni nada que no fuese la destreza para ascender y descender), escalar era una manera de prepararse para grandes empresas, monta?as remotas y paredes invencibles. De hecho, en los a?os 60, el concepto de escalar en libre perdi¨® pujanza: con la llegada de nuevos materiales result¨® posible escalar en artificial paredes infinitas: cuando las dificultades crec¨ªan, el escalador progresaba clavando pitones en la roca y aup¨¢ndose sobre ellos, empleando ganchos y piezas de aluminio que insertaban en las fisuras para conquistar rutas como las que surcan El Capit¨¢n (Yosemite, EEUU).
Lo que veremos en los Juegos viene de la mano de una profunda revoluci¨®n que se dio especialmente en Francia en los a?os 80 del pasado siglo: el taladro vino a desterrar los viejos y dudosos pitones de roca para colocar seguros de expansi¨®n. Si antes la ca¨ªda estaba prohibida, ahora uno pod¨ªa escalar y caerse, probar un paso, fallar, caerse cien veces y todo esto sin consecuencias f¨ªsicas. Enseguida los grados de dificultad se dispararon y llegaron las primeras formas sistem¨¢ticas de entrenamiento.
Patrick Edlinger, Patrick Berhault, Catherine Destivelle protagonizaron emisiones en la televisi¨®n francesa de audiencia millonaria. En Alemania, Wolfgang Gullich llevaba la m¨¢xima dificultad conocida m¨¢s all¨¢ de la estratosfera. La escalada de dificultad bull¨ªa y conquistaba el planeta.
Si esto era un deporte, el entrenamiento deb¨ªa ser obligatorio: una enorme novedad puesto que hasta la fecha, el gesto de escalar era contemplado como una forma de vida y comuni¨®n con la naturaleza.
Entre 1950 y 1960, un militar y matem¨¢tico norteamericano llamado John Gill desarrolla el concepto de escalada conocido como b¨²lder, que tiene por objeto escalar bloques de roca de altura modesta, pero sin cuerda, y buscando la m¨¢xima dificultad en el gesto. Para tal fin, comienza a usar magnesio para que no suden sus manos, como hacen los gimnastas, y copia el entrenamiento de ¨¦stos. As¨ª, en los a?os 60, est¨¢n plantadas todas las semillas de la escalada¡ salvo la deportiva, nacida a mediados de los a?os 80: se escalan monta?as, se escalan grandes paredes, peque?as paredes y bloques de roca y la evoluci¨®n de los materiales hacen que fluct¨²en y se mezclen diferentes t¨¦cnicas y ¨¦ticas.
Nada de esto hubiera podido ser ol¨ªmpico sin la invenci¨®n de la escalada deportiva, que engancha porque a?ade toda la seguridad de la que carece la escalada en monta?a y grandes paredes: seguros que aguantan 2.000 kilos, cuerdas din¨¢micas, calzado de goma cocida, ausencia de compromiso, comodidad, sesgo social, etc. Es el germen de la especializaci¨®n cuyo m¨¢ximo exponente veremos en los Juegos Ol¨ªmpicos.
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