La odisea griega de Anna Tarr¨¦s

Evangelina Platanioti era ?caro, hijo de D¨¦dalo, provisto de alas postizas, las desplegaba y emerg¨ªa del Mediterr¨¢neo como un cormor¨¢n.

As¨ª comenzaba la coreograf¨ªa del ?caro, la rutina libre que permiti¨® al equipo de nataci¨®n art¨ªstica de Grecia eliminar a Francia y Estados Unidos, y clasificarse por primera vez en la historia para unos Juegos.

Presentada en el torneo preol¨ªmpico el pasado 10 de junio, la sucesi¨®n de figuras in¨¦ditas y acrobacias de las ocho nadadoras griegas interpretando la tragedia de la Creta minoica, dej¨® estupefactos a los jueces por la originalidad de la m¨²sica y la composici¨®n. ¡°Evangelina es el icono¡±, repet¨ªa la entrenadora y creadora de la obra, la espa?ola Anna Tarr¨¦s (Barcelona, 53 a?os). ¡°Ella es ?caro, la estrella, el arma m¨¢s potente que tengo. Las francesas y las americanas ni por casualidad se acercan a su nivel¡±.

Estados Unidos y Francia no pudieron con ?caro. La covid, s¨ª. Evangelina Platanioti y cuatro de sus nueve compa?eras dieron positivo por coronavirus en las pruebas de PCR que les realizaron diariamente hasta este mi¨¦rcoles en Tokio. Justo cuando comenzaba el torneo la cuenta de infectadas ascendi¨® a cuatro y la organizaci¨®n resolvi¨® retirar a Grecia, tanto de la categor¨ªa de d¨²os como de equipos. Las nadadoras deber¨¢n guardar cuarentena en un hotel de Tokio especialmente acondicionado.

La noticia puso fin a una odisea colectiva y personal. Desde su despido en 2012 de la federaci¨®n espa?ola de nataci¨®n ¡ªdespido declarado improcedente por el juez¡ª Anna Tarr¨¦s fue contratada como asesora o entrenadora, sucesivamente, por Francia, China, Ucrania e Israel. La clasificaci¨®n del equipo de Ucrania por primera vez para unos Juegos, en 2016, a?adi¨® a su historial de cuatro medallas ol¨ªmpicas con Espa?a una nueva dimensi¨®n de constructora de equipos competitivos sin necesidad de muchos recursos.

¡°El 5 de marzo 2020, justo antes de la pandemia, hubo una competici¨®n de la World Series y qued¨® en evidencia que Grecia estaba de bajada¡±, recuerda Tarr¨¦s. ¡°Me llamaron para que les echara una mano y me enamor¨¦ del equipo. Me obsesion¨¦¡±.

¡°Planteamos mitolog¨ªa antigua y empezamos a estudiar el mito de ?caro haciendo que todo el mundo participe de las posibles im¨¢genes que pod¨ªamos crear en el agua: ?caro, Minos, Creta, el Minotauro, Pas¨ªfae, el mar Egeo, nadar, volar, caerse¡­ Con esto consigo despertar el esp¨ªritu creativo de las nadadoras. Y nos salen figuras muy interesantes¡±.

Anna Tarr¨¦s vivi¨® el invierno de la pandemia yendo y viniendo, de Barcelona a Atenas, entre aviones y aeropuertos vac¨ªos, para intentar arrancar un equipo que carec¨ªa de medios. Grecia, pa¨ªs medio intervenido por el BCE, sal¨ªa de una profunda crisis econ¨®mica. En la vieja piscina de saltos de la playa se ve¨ªan las ratas pasar y en la piscina ol¨ªmpica de Oaka, atestada de gente durante el d¨ªa, era imposible trabajar de noche porque apagaban la luz. Las nadadoras no dispon¨ªan ni de m¨¦dico ni de fisioterapeuta, y varias de ellas eran menores de edad.

¡°Descubr¨ª un equipo que hab¨ªa sufrido mucho¡±, dice la entrenadora. ¡°Llevaban 10 a?os entrenando seg¨²n el m¨¦todo sovi¨¦tico, con mucha competencia entre ellas, durante horas interminables en las que se insist¨ªa en repeticiones para conseguir una automatizaci¨®n. Convertirse en robots era algo que iba contra el car¨¢cter griego¡±.

Es poco probable que Platanioti y sus compa?eras se volvieran aut¨®matas. Lo cierto es que sobrevivieron. Sin un centro de alto rendimiento, ni una residencia, como sucede en las grandes potencias, incluida Espa?a, a Tarr¨¦s le llamaron la atenci¨®n las suplentes. Cinco ni?as menores de edad, originarias de provincias, que se instalaron en un piso de Atenas para preparar el preol¨ªmpico. Pen¨¦lope, Kristalenia, Eleni, Adriana y Georgia, algunas sin las cualidades f¨ªsicas que demanda la ortodoxia, fueron seleccionadas por la entrenadora para plasmar su idea, porque descubri¨® en ellas un potencial expresivo, una flexibilidad, y una fuerza invisible. ¡°No eleg¨ª a las mejores, eleg¨ª a aquellas que pod¨ªan aportar algo diferente¡±, dijo. ¡°?Qu¨¦ importa si tiene las rodillas dobladas cuando puede hacer un Minotauro?¡±

Las cinco eran j¨²niors nacidas entre 2001 y 2004 y formar¨ªan el n¨²cleo del equipo titular. Pero no solo ignoraban los rudimentos de la m¨¢xima competici¨®n. Aprend¨ªan a vivir. Necesitaban una catarsis. Una ceremonia inici¨¢tica.

Madrugada en la piscina

¡°En mayo nos encerramos todas en el hotel Vitar de Lloret de Mar, que tiene piscina¡±, cont¨® Tarr¨¦s. ¡°Necesitaba trabajar con las personas antes que con las deportistas. Sacarlas de su entorno. Crear algo nuevo. Llev¨¦ a la pedagoga Marta Bad¨ªas. Hicimos los ejercicios de David Berceli de liberaci¨®n del trauma. Entrenamos de nueve de la noche a dos de la madrugada, para estar totalmente solas y concentradas¡±.

El resultado fue ?caro. ¡°Un milagro¡±, seg¨²n su creadora. Una obra maestra que no se representar¨¢ en la final ol¨ªmpica del s¨¢bado por razones sanitarias despu¨¦s de tres semanas de crisis que comenzaron cuando el martes 13 de julio la prensa griega inform¨® de que Platanioti hab¨ªa dado positivo. La estrella del equipo repiti¨® dos PCR entre el 22 y el 26. Dieron negativo. El 27 Platanioti se embarc¨® hacia Jap¨®n. El lunes compiti¨® en d¨²o. Al terminar se encontr¨® indispuesta. Junto con ella, cuatro nadadoras dieron positivo por covid antes de poner punto final a una aventura que acab¨® como acab¨® ?caro.

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