Jakob Ingebrigtsen retoma para Europa la corona del 1.500m
Victoria y r¨¦cord ol¨ªmpico (3m 28, 32s) del joven prodigio noruego en la final de la prueba reina del medio fondo, en la que Mechaal (3m 30,77s) fue quinto
Jakob Ingebrigtsen, quien 29 a?os despu¨¦s de Ferm¨ªn Cacho, retoma para Europa la corona de los 1.500m, la prueba reina del medio fondo, naci¨® para ser campe¨®n ol¨ªmpico. Y ni en un solo d¨ªa de sus 20 a?os y 321 d¨ªas de vida se ha desviado ni un cent¨ªmetro de su misi¨®n, como su mirada no se desv¨ªa ni un segundo de los pasos del campe¨®n del mundo, el keniano Tim Cheruiyot, de su zancada el¨¢stica, de sus zapatillas de muelles que le hacen rebotar con fuerza r¨ªtmica en la alfombra m¨¢gica de la Mondo de Tokio. Pum, pum, pum. Un metr¨®nomo. Cada vuelta en 56s. 400m, 800m, 1.200m. Quiere cansar al iluso noruego. Quiere demostrar el atleta del valle del Rift, que el destino del noruego no sabe con qui¨¦n se juega su existencia.
No. Se equivoca Cheruiyot, como ya supo don ?lvaro, con el destino no se juega, con su fuerza no se puede. Cheruiyot y su soberbia marcha, musical, descubre, antes justo de llegar a los 1.400m, que el cansado es ¨¦l. Que no bromea Jakob Ingebrigtsen, el ni?o de Sandness que se divierte corriendo sobre la nieve y contra el viento fr¨ªo del ?rtico que agita el lago feo de Stavanger, en la costa sur de Noruega, donde el equipo de f¨²tbol se llama Viking, y al fondo, la sombra de plataformas petrol¨ªferas.
Y as¨ª gana el oro que se hab¨ªa prometido: primeros 800m en 1m 52s; segundos 800m, 1m 50s; una ¨²ltima vuelta en 54s, unos ¨²ltimos 100m, cuando adelanta a Cheruiyot, cuando se come la recta, incontenible, los ¨²ltimos 100m en menos de 14s, y el coraz¨®n le bota de alegr¨ªa en la noche de Tokio, tan calurosa como siempre (28 grados), y m¨¢s h¨²meda que ning¨²n d¨ªa (81%). Total: 3 28,32s. R¨¦cord ol¨ªmpico que borra la anomal¨ªa transitoria (48 horas) de que en los libros de registros se escribiera que la mejor marca en la historia de los Juegos de los 1.500m, aristocracia del atletismo, la hubiera conseguido en una semifinal loca un atleta, el keniano Abel Kipsang, que termina cuarto en la final que supuso la primera victoria del ni?o prodigio predestinado Jakob Ingebrigtsen. Cheruiyot termina en 3m 29,01s, y tercero es un brit¨¢nico jovencito, Josh Kerr, un escoc¨¦s de Edimburgo que se entrena en el Albuquerque de Breaking Bad, que tambi¨¦n baja de los 3m 30s, el umbral de los magn¨ªficos (3m 29,05s).
En el podio, representadas tres de los grandes r¨ªos que alimentan la distancia en los Juegos, el que nace junto al B¨¢ltico, rozando el c¨ªrculo polar, el mar de Paavo Nurmi, de Pekka Vasala; el manantial de las islas Brit¨¢nicas de Sebasti¨¢n Coe; el Nilo fecundo y el valle del Rift de Kip Keino, de Peter Rono. Falta la Ocean¨ªa de los m¨¢s grandes, de Peter Snell, de Herb Elliott, y faltan el Atlas de Nurred¨ªn Morceli e Hicham El Guerruj, el Mediterr¨¢neo de Ferm¨ªn Cacho, y ambos universos se unen en Adel Mechaal, que est¨¢ all¨ª, en la final, y corre con grandeza, a la altura de la circunstancia hist¨®rica, y su significado, y con un gui?o a los enamorados de la distancia, que se saben de memoria, minutos, segundos y d¨¦cimas, y resuelven sin pesta?ear cualquier duda. S¨ª, son r¨¢pidos en destacarlo, Mechaal, para terminar quinto, ha corrido en 3m 30,77s, la mejor marca de su vida, y cuarta espa?ola de la historia, tras Mo Katir, Ferm¨ªn Cacho y Reyes Est¨¦vez, y, sobre todo, recalcan, el tiempo, minutos, segundos, d¨¦cimas y cent¨¦simas, que coincide con la mejor marca lograda por Steve Ovett, el brit¨¢nico que peleaba con Coe en los a?os dorados del idilio de los 1.500 y Europa, y al que tanto ama Jorge Gonz¨¢lez Amo.
El heredero de todos ellos, donde confluye su energ¨ªa, sus m¨¦todos de entrenamiento, su sabidur¨ªa de la vida es un ni?o que a los cinco a?os ya corr¨ªa m¨¢s que andaba. Cuando ten¨ªa ocho Jakob Ingebrigtsen, su padre, Gjert, decidi¨® dejar de ser su padre para ser solo su entrenador, como ya lo era con sus hermanos Filip y Henrik. ¡°Nunca he tenido con mi padre la relaci¨®n que se supone un hijo debe tener con su padre¡±, reconoce Jakob, quien tambi¨¦n acept¨® hace a?os que su vida, y al de su familia, el padre dictador, los hijos obsesionados con correr, se convirtiera en un reality show del prime time de la televisi¨®n noruega, y las c¨¢maras en su casa todos los d¨ªas. A los 16, Jakob Ingebrigtsen, nacido en Sandnes, doble campe¨®n de Europa de 1.500m y 5.000m a los 17 a?os, en los Europeos de Berl¨ªn, donde se revel¨® tambi¨¦n otro genio ni?o y campe¨®n ol¨ªmpico y plusmarquista mundial Mondo Duplantis, de la Suecia vecina, ya hizo p¨²blico lo que el destino le hab¨ªa susurrado al o¨ªdo y nadie dud¨® de su verdad: en 2020 ser¨¦ campe¨®n ol¨ªmpico. Solo se equivoc¨® por un a?o.
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