Enmanuel Reyes lleva al boxeo ol¨ªmpico espa?ol a las nubes en Par¨ªs

El boxeo ol¨ªmpico espa?ol en los Juegos ha sido de pocos y peque?os. Ning¨²n campe¨®n ol¨ªmpico e hist¨®ricos pesos bajos, Rodr¨ªguez Cal, en M¨²nich 72, o Rafa Lozano Balita, podio en Atlanta 96 y S¨ªdney 2000. Pero llega Par¨ªs, con el mismo Balita, como director t¨¦cnico de la federaci¨®n, y su plan de trabajo lleva, lo nunca visto, a cuatro espa?oles a cuartos en los Juegos, entre ellos su hijo, Rafa Lozano jr. Y liderando el equipo, la personalidad arrolladora de Enmanuel Reyes Pla, El Profeta, quien mientras gana ni cambia los calcetines ni lava los calzones para que no pierdan la esencia que le transforma, y gan¨® su pelea de cuartos por unanimidad (5-0) al belga Victor Schelstraete. Pase lo que pase en semifinales (domingo 4) ante Loren Berto Alfonso (29), cubano, de La Habana tambi¨¦n, que representa a Azerbaiy¨¢n, Reyes ya ha asegurado una medalla. Pesa 92 kilos, peso pesado, una novedad hist¨®rica para un boxeo de pesos mosca.

¡°Y tambi¨¦n tenemos a uno de peso libre (+92 kg), Ayoub Ghadfa, que boxea el viernes en cuartos¡±, dice Lozano, entrenador de pocas palabras y mucha calma, uno que ni se exalta ni monta dramas. ¡°Me emociono, claro, pero me cuesta mucho expresar mis sentimientos¡±. Y nunca soltar¨¢ el t¨®pico de estamos haciendo historia. Prefiere analizar el combate del Profeta en cuartos. ¡°Muy intenso, muy bien llevado. El primer asalto 5-0. Dominio completo. El otro, m¨¢s golpes, pero menos efectivo. El segundo, 3-2, nervioso. El tercero, 5-0. Le esperaba a la contra, que es lo que m¨¢s duele. Con golpes rectos, o ganchos, le cazaba. Mucha intensidad. Pero ¨¦l siempre dominaba¡±, explica el t¨¦cnico y doble medallista. ¡°Tiene m¨¢s confianza, experiencia, veteran¨ªa¡±.

La victoria en cuartos fue el combate de la redenci¨®n del Profeta, nacido en La Habana hace 31 a?os, quien en sus primeros Juegos como espa?ol, en Tokio 2020, fue derrotado en la misma fase por su excompatriota Julio C¨¦sar la Cruz, La Sombra, tras un veredicto que nunca acept¨® por considerarlo injusto. Fue algo m¨¢s que tres asaltos de tres minutos. El combate llegaba cargado pol¨ªticamente.

Considerando que el sistema ofrec¨ªa el primer puesto en su peso a Erislandy Sav¨®n, un sobrino del m¨ªtico F¨¦lix Sav¨®n, la intocable leyenda ol¨ªmpica del boxeo cubano, el espa?ol se escap¨® de Cuba a Mosc¨², el ¨²nico pa¨ªs al que pod¨ªa volar sin visado de salida con su pasaporte. Atraves¨® tras mil peripecias Bielorrusia, Alemania, Austria, donde fue detenido y estuvo cuatro meses en un centro de refugiados, hasta que finalmente lleg¨® a Barcelona sin papeles. ¡°Salir de Cuba fue dif¨ªcil porque dej¨¦ a muchos seres queridos y no sab¨ªa c¨®mo llegar¨ªa a Espa?a. Fueron meses dif¨ªciles, saltando fronteras, siempre con miedo a que me detuvieran, sin papeles¡±, explica. ¡°Pero al final de todo, pude llegar con mi familia¡±.

Su padre viv¨ªa ya en A Coru?a y cuando logr¨® reunirse con su hijo llam¨® a Lozano para decirle que le probara, que era muy bueno. ¡°Y yo le respond¨ª que siendo cubano ten¨ªa que ser bueno por narices¡±, explica el t¨¦cnico espa?ol, cordob¨¦s de Cerro Muriano.

Con este pasado duro, a nadie le extra?¨® que en v¨ªsperas de su pelea con La Sombra, julio de 21, Tokio, un gimnasio sin p¨²blico, hiciera declaraciones criticando el r¨¦gimen del que hab¨ªa huido. La Sombra respondi¨® con sus pu?os y, gracias a la influencia arbitral, en opini¨®n mayoritaria, pudo gritar tras su victoria la consigna de ¡°?Patria o Muerte!¡±.

Como Muhammad Al¨ª, campe¨®n en Roma 60, mito ol¨ªmpico sobre todos los mitos, El Profeta, abandon¨® la fe cristiana y abraz¨® la musulmana. Comparte con su amigo y compa?ero m¨¢s joven, Ayoub, cuyo ¨ªdolo es, claro, Al¨ª, de 24 a?os, las razones para ser boxeador. ¡°Me pegaban en la escuela y mi padre me dijo que aprendiera a defenderme¡±, explica El Profeta, y Ayoub cuenta en la biograf¨ªa preparada por la web ol¨ªmpica que por eso justamente fue de ni?o a un gimnasio de kickboxing en Marbella, donde naci¨® y viv¨ªa. ¡°Se met¨ªan mucho conmigo en el colegio por puro racismo y porque estaba gordo¡±, recuerda Ayoub. ¡°Llegaba a casa llorando todos los d¨ªas¡±.

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