Tariku Novales, ante un marat¨®n ol¨ªmpico que ser¨¢ un infierno
El plusmarquista espa?ol describe la tremenda dureza del recorrido parisino, ida y vuelta a Versalles, que acompa?ar¨¢ al ¨²ltimo tango de dos grandes, Eliud Kipchoge y Kenenisa Bekele
Desde abril, Tariku Novales ha pasado m¨¢s tiempo en altitud que en su casa, m¨¢s semanas en Addis Abeba, donde se entren¨® con el equipo et¨ªope de marat¨®n, que en Espa?a. Hace dos semanas baj¨® de las nubes al infierno caluroso de Madrid y el martes durmi¨® ya, y bien, en la cama de cart¨®n de la Villa Ol¨ªmpica de Par¨ªs, la primera experiencia ol¨ªmpica del plusmarquista nacional de los 42,195 kil¨®metros (2h 5m 48s) que el s¨¢bado, a las 8.00, se adentrar¨¢ en el infierno.
¡°Veo hasta complicado que se gane en 2h 10m. Si desde el principio quieren hacer una carrera dura puede que lleguen en ese tiempo, pero como pretendan hacer una carrera medianamente t¨¢ctica se puede ir perfectamente a 2h 12m, 2h 13m¡±, dice el maratoniano gallego, de 26 a?os, la v¨ªspera del quinto marat¨®n de su vida. Habla de los mejores del mundo, de su amigo Tamirat Tola, su favorito, de Kenenisa Bekele, de Eliud Kipchoge, de los mejores atletas de la historia, los que han hecho que en los ¨²ltimos ocho a?os parezca imposible correr un marat¨®n en m¨¢s de 2h 3m. Y les pronostica 10 minutos m¨¢s en Par¨ªs. ?La raz¨®n? Un desnivel positivo de casi 350 metros. Monta?as rusas. ¡°Tuve la oportunidad de ver el circuito, y la verdad es que no hab¨ªa visto nunca unos repechos de tal magnitud. Ya no se hablar¨¢ del muro simb¨®lico de los 32, cuando un marat¨®n se hace duro de verdad, sino de un muro real, f¨ªsico, a casi el 13% lo tenemos en el 28¡ El muro va a ser muy largo, porque no creo que sea un kil¨®metro o dos kil¨®metros, van a ser muchos kil¨®metros, creo que al final, despu¨¦s del 28, en el 29 y medio, 30, hay lo mismo, pero en bajada, con lo cual, la destrucci¨®n muscular va a ser masiva, y del 31 al 38, 39, 40, todo ese kilometraje va a ser muy complicado, porque al final entras de nuevo en Par¨ªs y tienes la sensaci¨®n de que es ya llano, y realmente es un falso llano, hay muchos tramos en los que hay una leve pendiente para arriba, o zonas en los que pasa cerca de puentes que por construcci¨®n siempre hay un sube y baja. Si tienes las piernas muscularmente afectadas, lo vas a sufrir, y el ritmo que t¨² pretendas llevar a lo mejor se ve disminuido a lo grande¡±.
El muro, que tiene una punta al 16% y es temido tambi¨¦n entre los ciclistas de Par¨ªs que salen los domingos hacia Versalles y vuelta, como el marat¨®n, se llama Pav¨¦ des Gardes, por la D181 Los entrenadores dicen que mejor no mirarlo, porque asusta su verticalidad, la visi¨®n de un esquiador en la base de un eslalon, pero antes, en el 20, para que vean Versalles en todo su esplendor, la subida a la colina del monumento Pershing, qu¨¦ vistas. Una subida del 8% supone una reducci¨®n de ritmo del 27%. Salen del ayuntamiento de la tarife?a Anne Hidalgo, y terminan en Inv¨¢lidos, una iron¨ªa que quiz¨¢s no aprecien quienes lleguen atacados por calambres, dolor de pies y fibras musculares al borde de la rotura.
¡°La preparaci¨®n no ha sido tan, tan perfecta como hubi¨¦ramos esperado. Hemos menguado mucho la carga kilom¨¦trica para poder llegar sanos. Tuve una torcedura de tobillo muy grande hace dos meses y la recuperaci¨®n fue complicada¡±, lamenta Novales, lo peor de sus seis semanas et¨ªopes en las que descubri¨® el secretismo que rodea la preparaci¨®n de Kenenisa Bekele, el viejo le¨®n que logr¨® clasificarse para los Juegos, el ¨²nico privilegiado con el derecho a entrenarse por su cuenta, y no en el grupo en el que con Tola tambi¨¦n estaba la plusmarquista mundial, Tigist Assefa. ¡°Tuve la inmensa suerte de que me permitieran compartir esos momentos, esos entrenamientos, y tambi¨¦n sufrirlos, porque, al final, es gente que va a un nivel mucho m¨¢s alto que yo. Con ellos mejoro y he tenido la oportunidad de seguir comprobando por qu¨¦ son los mejores atletas del mundo¡±.
Con ellos, en el altiplano del valle del Rift, Novales revivi¨® sus ra¨ªces ¡ªnaci¨® en Jijiga, a 600 kil¨®metros al este de la capital y fue adoptado de ni?o por una pareja gallega¡ª y convivi¨® con sus limitaciones. ¡°All¨ª se suele meter mucho desnivel en los rodajes largos, y yo una de las cosas que m¨¢s sufro en altitud son las cuestas. Si ya te cuesta que te entre el aire, pues, en un leve repecho m¨¢s, y ya si metemos cuestas m¨¢s largas y m¨¢s empinadas, se nota demasiado¡±, dice. ¡°Pero eso me vino muy bien para trabajar muscularmente las bajadas. Es lo que m¨¢s he entrenado, m¨¢s por accidente que por buscarlo. Al final, en las subidas me suelo descolgar del grupo, sea cual sea el grupo, porque generalmente yo entreno con el grupo B, porque el A no aguanto al ritmo. Y, bueno, pues una de las cosas que yo aprend¨ª a hacer es eso, pelear mucho en subida, donde voy con el gancho, y a lanzarme bien en bajada para poder reincorporarme con el grupo y tener la oportunidad de terminar con ellos. Bueno, suelen ser rodajes en progresi¨®n de 30 o 35 kil¨®metros. En las ¨²ltimas partes del entrenamiento a lo mejor est¨¢n subiendo un repecho del 9% a un ritmo de 1.10 o 3.15 el kil¨®metro¡ Para m¨ª es totalmente impensable, no solo por mi falta de adaptaci¨®n a la altura, sino tambi¨¦n por mi falta de nivel, de capacidad de entrenamiento, de capacidad de asimilar ese tipo de carga y ese tipo de intensidades¡±.
Yago Rojo, entrenado, como Novales, por Juan del Campo y Luismi Berlanas, e Ibrahim Chakir, que se entrena en Soria con Enrique Pascual, completan el equipo espa?ol, y asistir¨¢n a uno de los momentos m¨¢s intensos de los Juegos, el que puede ser el ¨²ltimo tango de Eliud Kipchoge y Kenenisa Bekele, dos de los dioses que habitan en el olimpo del fondo.
Bailar¨¢n en Par¨ªs, all¨ª donde, hace 21 a?os, pelearon por primera vez. Fue en la pista, entonces ocre, del Stade de France. Final de los 5.000m del Mundial de 2003. Bekele, intocable, llegaba de ganar los 10.000m. Su rival predise?ado era Hicham el Guerruj, campe¨®n de los 1.500m. Pero entre medias de ambos se infiltr¨® un insolente keniano de 17 a?os que a los dos derrot¨®. Era Kipchoge, quien, con el tiempo se pasar¨ªa al marat¨®n, dejar¨ªa el r¨¦cord del mundo acerc¨¢ndolo a las dos horas (2h 1m 9s) y ganar¨ªa dos oros ol¨ªmpicos (2016 y 2020), como solo antes Abebe Bikila (1960 y 1964) y Waldemar Cierpinski (1976 y 1980). La corona del r¨¦cord la perdi¨® en octubre pasado cuando su compatriota Kelvin Kiptum lo dej¨® en 2h 35s. Kiptum, que muri¨® en febrero en un accidente, no estar¨¢ junto al Sena, en las cuestas, para arrebatarle un tercer t¨ªtulo consecutivo, y quiz¨¢s Bekele, cumplidos ya los 42 a?os, tampoco est¨¦ para ello, pero no dejar¨¢n de pelear. Son sus genes de campeones los que mandan, su coraz¨®n obedece.
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