La familia, aliento y apoyo de la selecci¨®n en Nueva Zelanda
La federaci¨®n entreg¨® 15.000 euros a cada jugadora de Espa?a para que pudieran traer al Mundial a sus seres queridos
¡°?Espa?a, Espa?a!¡±, se escucha cuando un neozeland¨¦s de turno, curioso y un tanto piripi, se?ala la enorme bandera rojigualda que adorna la mochila de la madre de Misa, Fefi. Los gritos, animados e incansables, pasan desapercibidos en el estruendoso pub irland¨¦s Rosie O¡¯Grady¡¯s, donde el f¨²tbol ha dado ineludiblemente paso al encuentro de rugby por antonomasia en la ciudad de Palmerston North, duelo entre Australia y Nueva Zelanda. Mala noticia para la quincena de espa?oles que durante d¨ªas se han reunido en el local para seguir los encuentros del Mundial, decepcionados porque no podr¨¢n ver el Brasil-Francia. Pero pronto volver¨¢n a reunirse y a compartir experiencias, ahora en Wellington porque la selecci¨®n ha cambiado de base para, entre otras cosas, combatir al tedio en los momentos de asueto. Un traslado, como todo el viaje, posible gracias a la federaci¨®n. Este lunes, Espa?a juega ante Jap¨®n (9.00, La 1 y RTVE Play).
Durante tiempo las capitanas del equipo solicitaron que, en pro de la igualdad con la selecci¨®n masculina, articularan el desplazamiento de los familiares directos durante el Mundial. La federaci¨®n, como tambi¨¦n hizo por ejemplo para la Copa del Mundo de Qatar, atendi¨® la solicitud y bast¨® con una reuni¨®n ¡ªel 16 de mayo¡ª para alcanzar la entente, una conciliaci¨®n familiar que sentar¨ªa precedente en el f¨²tbol femenino. As¨ª, se repartieron 15.000 euros a cada jugadora para que gestionaran los billetes y el alojamiento de sus seres queridos. ¡°Ha sido una ayuda muy buena para que pudi¨¦ramos venir a animarlas a la otra punta del mundo¡±, resuelve ?lvaro, hermano de Eva Navarro, que vino con la pareja y madre de la jugadora. ¡°Yo me enter¨¦ por las redes, pero luego mi hija me confirm¨® que era verdad¡±, apunta Amparo, madre de Enith Sal¨®n, que por primera vez sal¨ªa de Espa?a y cog¨ªa un vuelo, acompa?ada, eso s¨ª, por su hijo. ¡°Cuando confirmaron la noticia¡±, interviene Pedro, padre de Athenea que viaj¨® con el novio de la futbolista, Isra ¡ªjugador del Berganti?os¡ª; ¡°tuve que cambiarme el turno de las vacaciones con un compa?ero de la empresa¡±. Contratiempo que la multinacional en la que trabaja, de hierro fundido, no convirti¨® en problema. ¡°Hab¨ªa que estar. He viajado por toda Europa con dinero de mi bolsillo y esta oportunidad no se pod¨ªa perder. La federaci¨®n se ha portado de lujo¡±, ampl¨ªa.
Son muchos los que han venido, todos conectados con el grupo de WhatsApp que crearon, Free Tours; todos animados en hacer excursiones. Al museo de rugby, al parque The Square, a una cascada del r¨ªo Manawatu... Y hasta al norte de la isla para ver la nieve y unas pistas de esqu¨ª. Otra cosa es que tambi¨¦n se lleven an¨¦cdotas que contar, pues les par¨® la polic¨ªa por ir 10 km/h m¨¢s r¨¢pido de lo permitido, entuerto solucionado con risas porque no se entend¨ªan con el ingl¨¦s, susto resuelto con un ¡°Ok, friend, come on¡±. Las alegr¨ªas, claro, tampoco faltan en el Rosie O¡¯Grady¡¯s, donde compiten a los dardos ¡ªJoan, hermano de Ona Batlle, no gana una¡ª y al juego del Uno, al tiempo que siguen los duelos de la Copa del Mundo.
Tambi¨¦n acuden siempre a los entrenamientos de la selecci¨®n cuando les anuncian que es abierto, y pasan todo el tiempo posible con ellas, por m¨¢s que no puedan entrar al hotel del equipo. Un aliento y un apoyo que seguir¨¢ en Wellington. M¨¢s que nada porque los familiares, que ten¨ªan pagados los hoteles hasta el d¨ªa 12 en Palmerston North, solicitaron a la federaci¨®n que les ayudaran a trasladarse, toda vez que el cambio de campamento base no estaba previsto. Deseo concedido, pues ayer se subieron todos a un autob¨²s ¡ªguagua que dice Fefi¡ª, ilusionados por seguir el devenir de Espa?a en el Mundial. Lo har¨¢n, claro, desde el estadio, normalmente con entradas situadas detr¨¢s de los banquillos, habituales im¨¢genes en las pantallas del estadio. Como frente a Zambia, que enfocaron a Pedro y, nervioso por el protagonismo, casi hizo un corte de mangas que corrigi¨® a tiempo para levantar los dos brazos y gritar: ¡°?Viva Espa?a!¡±. Grito, por supuesto, que hizo eco entre todos.
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