Las ni?as ya no quieren ser solo Alexia

Estamos en la final del Mundial. Se dice r¨¢pido y se escribe con 27 caracteres. No est¨¢ de m¨¢s repetirlo varias veces para asimilarlo. Estamos en la final del Mundial y esto lo he so?ado antes. He so?ado con hacer historia y la historia se escribe con equipos como este.

Hace unos meses era impensable llegar al ¨²ltimo d¨ªa de campeonato y estar en el partido m¨¢s importante con opciones muy reales de conseguir la primera estrella. Ahora, nos estamos acostumbrando a eso de ¡°Espa?a ha hecho historia¡±.

Pero s¨ª, la selecci¨®n espa?ola lo ha vuelto a hacer. En unos meses seremos mucho m¨¢s conscientes de lo que esto supone. Hacer historia significa que las ni?as y ni?os recuerden el gol de Salma Paralluelo ante Pa¨ªses Bajos, recuerden d¨®nde estaban aquel d¨ªa viendo el partido, s¨ª, pasadas las cinco de la ma?ana o al despertarse, y recuerden c¨®mo lo celebraron, como Salma, corriendo sin rumbo, euf¨®rica.

Hacer historia significa recordar cu¨¢nto escoci¨® la derrota ante Jap¨®n, y c¨®mo estas jugadoras se levantaron al d¨ªa siguiente, con mentalidad de campeonas. Historia es volver a ver disfrutar sobre el terreno de juego de la actual Bal¨®n de Oro. Incluso sin estar al 100%, siempre est¨¢. Es disfrutar del solfeo de Aitana, preservando el ritmo y marcando el comp¨¢s.

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El camino de la selecci¨®n espa?ola hacia la final del mundial

Son historia de este deporte las l¨¢grimas de Jenni y Alexia abraz¨¢ndose en el banquillo despu¨¦s del partido de cuartos. Qu¨¦ decir del torneo que se est¨¢ marcando Tere Abelleira, la mejor mediocentro del Mundial, o de la solidez de Irene Paredes en la retaguardia.

Hacer historia es sentirse y ser superiores en unas semifinales a una selecci¨®n a la que nunca hab¨ªamos ganado. Tambi¨¦n es someter a uno de los mejores combinados del mundo como Suecia, que ocupa el n¨²mero tres en el ranking FIFA.

Ya es hist¨®rica la entrada de Salma Paralluelo en el minuto 56 que cambi¨® el partido ante las suecas. Le toc¨® situarse de nueve, una posici¨®n poco habitual para ella y, no s¨®lo revolucion¨® el juego de Espa?a, sino que marc¨® con la pierna menos buena, la derecha. Segundo tanto enmarcado en nuestras retinas de la jugadora del Bar?a. El equipo de Peter Gerhardsson se postulaba como serio aspirante al cetro mundial despu¨¦s de una fase de grupos inmaculada y tras mandar para casa a dos campeonas del mundo: Estados Unidos, en octavos, y Jap¨®n, en cuartos. Tendr¨¢n muchas cosas, pero no tienen a Salma. 19 a?os y su primera temporada dedicada exclusivamente al f¨²tbol no puede ser mejor (o s¨ª, el domingo lo sabremos).

Tampoco tienen a Olga Carmona, que control¨®, golpe¨® y marc¨® con la zurda para volver a hacernos creer que s¨ª, que este es nuestro a?o y este Mundial es nuestro. Olga de mi vida. Ni tienen la seguridad de Cata Coll, que lleva tres partidos disputados en este torneo y parece que lleva toda la vida.

Hacer historia es que las ni?as ya no quieran ser s¨®lo Alexia. Tambi¨¦n quieren ser Aitana, Salma, Jenni, Olga, Cata, Alba¡­ Esta es la victoria de mucha gente, de toda una generaci¨®n. Es el triunfo de muchas ni?as que sue?an alg¨²n d¨ªa estar donde ahora est¨¢n ellas, y que nunca van a volver a pensar que no pueden llegar all¨¢ donde alguna vez han so?ado estar.

Porque esto ya no es un sue?o, es una realidad. Pase lo que pase el domingo, este equipo, esta selecci¨®n y estas jugadoras, las que est¨¢n y las que no, han hecho historia y la historia perdura para siempre. Falta lo mejor, porque la historia se sigue escribiendo. A por la estrella.