Jap¨®n vuelve al lugar del crimen
La selecci¨®n nipona, que sufri¨® en Doha un trauma que todav¨ªa se recuerda en el pa¨ªs, cerrar¨¢ la fase de grupos contra Espa?a en su s¨¦ptimo Mundial seguido, con el reto pendiente de pasar de octavos
¡°Doha es un lugar de frustraci¨®n y tristeza para m¨ª, pero no estoy pensando en venganza¡±, comentaba hace unos d¨ªas el seleccionador de Jap¨®n, Hajime Moriyasu (Nagasaki, 54 a?os). Ni ¨¦l ni nadie vinculado en el pa¨ªs asi¨¢tico al f¨²tbol pueden escapar esta vez del pasado. De una de sus p¨¢ginas m¨¢s traum¨¢ticas, si no la que m¨¢s. Ocurri¨® en Qatar, y tambi¨¦n con motivo de otro Mundial, un 28 de octubre de 1993. Hasta ese momento, el equipo nip¨®n nunca se hab¨ªa clasificado para la gran cita y, para entrar en Estados Unidos 94, necesitaba derrotar a Irak en la ¨²ltima jornada de la fase final que cruz¨® en Doha a seis conjuntos (Ir¨¢n, Corea del Norte, Corea del Sur y Arabia Saud¨ª fueron los otros cuatro) bajo la direcci¨®n de ¨¢rbitros europeos, para evitar suspicacias en una zona del planeta con muchos conflictos geopol¨ªticos.
Jap¨®n lo ten¨ªa casi hecho en el minuto 90, venc¨ªa 2-1, hasta que el iraqu¨ª Jaffar Omran puso el empate de cabeza en un c¨®rner y dio lugar a lo que se ha conocido para los restos en ese rinc¨®n de Oriente como la ¡°Tragedia (o Agon¨ªa) de Doha¡±. Aquel tanto tampoco salv¨® a Irak, pero s¨ª rescat¨® de rebote a Corea del Sur, que se uni¨® a Arabia Saud¨ª en el primer Mundial en suelo norteamericano. El actual t¨¦cnico Moriyasu, aquella jornada centrocampista titular, fue uno de los pocos del vestuario que m¨¢s o menos sobrevivi¨® a la revoluci¨®n posterior a ese partido negro, cuyo recuerdo revive estos d¨ªas con motivo de la Copa del Mundo en Qatar. El drama fue tal que algunos no se resistieron a cambiar el desenlace en la ficci¨®n: en la famosa serie de televisi¨®n Oliver y Benji, Oliver Atom mete el 3-2 en el ¨²ltimo suspiro.
El pa¨ªs todav¨ªa tuvo que enfrentarse a otro momento cr¨ªtico para lograr el pase a su primer Mundial (Francia 98), aunque esa vez s¨ª cant¨® bingo con un gol en el minuto 118 ante Ir¨¢n. Desde entonces, nadie ha discutido su presencia en el gran evento, son siete clasificaciones consecutivas. Ahora su reto es otro, el mismo que un paquete de selecciones del segundo o tercer vag¨®n: disputar el quinto encuentro del campeonato, los cuartos de final, una ambici¨®n que expres¨® sin rodeos su entrenador, en el cargo tras Rusia 2018. De sus seis participaciones anteriores, solo tres veces accedieron a octavos. La ¨²ltima, hace cuatro a?os, lo consiguieron por un detalle tan nimio como recibir dos tarjetas amarillas menos que Senegal en la fase de grupos. Premio gordo al juego limpio.
La crecida de Kamada
M¨¢s all¨¢ de aspiraciones, la realidad dice que superar la primera estaci¨®n del torneo ya ser¨ªa todo un ¨¦xito al quedar incluida en el mismo grupo que Alemania y Espa?a, adem¨¢s de Costa Rica. Su enfrentamiento con la Roja, el 1 de diciembre, ser¨¢ el primero en la historia de los Mundiales. De los nipones se espera su habitual juego f¨ªsico e inc¨®modo, aunque le siguen faltando nombres de peso. Una veintena de los convocados son debutantes en la cita y entre los expedicionarios abunda, en el mejor de los casos, jugadores de clase media en Europa, el campamento base de la mayor¨ªa de ellos.
Uno de los m¨¢s finos en la pista de despegue hacia Doha ha sido Daichi Kamada, jugador ofensivo de 26 a?os, del Eintracht, que se presenta en la cita con su mejor marca anotadora desde que en 2019 lleg¨® a la Bundesliga: 12 tantos, tres de ellos en Champions, cuando en la campa?a anterior su cuenta se par¨® en nueve. Takumi Minamino (27 a?os) lo intenta ahora en el M¨®naco sin gran huella (una diana) tras una temporada y media en el Liverpool. Y quiz¨¢s Take Kubo (21) se gane un protagonismo mayor al que se presum¨ªa hace unos meses gracias a su buen arranque en la Real Sociedad, solo frenado por la luxaci¨®n en el hombro izquierdo que sufri¨® hace dos semanas. Los defensas Maya Yoshida (34, del Schalke, y 122 internacionalidades) y Yuto Nagatomo (36, del Tokyo, 137 encuentros) deber¨ªan aportar cuajo competitivo en un sector que perdi¨® a Yuta Nakayama (25, Huddersfield, de la segunda categor¨ªa inglesa), cuyo tend¨®n de Aquiles se rompi¨® a tres semanas del Mundial. Tampoco est¨¢n por descarte los atacantes Kyogo Furuhashi y Reo Hatate, ambos del Celtic, y Yuya Osako (Vissel Kobe).
Sobre el papel, los argumentos japoneses invitan a pensar m¨¢s en lo colectivo que en lo individual, dos apartados, en todo caso, en los que el pa¨ªs todav¨ªa no ha dejado gran huella en el primer nivel mundial. Su impacto en el f¨²tbol se sigue midiendo m¨¢s por lo econ¨®mico, por el inter¨¦s que despierta en casa la presencia de sus jugadores en las grandes ligas, que por lo deportivo.
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