Marruecos, sin escudo en el desierto de Jor
El portero Bono, que solo hab¨ªa recibido seis remates en cinco partidos, encaja el 1-0 en el primer tiro franc¨¦s y el 2-0 en otro error atr¨¢s
![Lorenzo Calonge](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fd7928953-69cd-42d5-a45d-e3e6dd3bcdfb.png?auth=ab778fb040412ea1a23f3531befb9e26721247ae070bb77e7e264bbd6bbc7c7e&width=100&height=100&smart=true)
![El Yamiq remata de chilena al borde del descanso.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZVEHJVDA5AMSJS5C2HE62A4T7E.jpg?auth=e5a3aa76f75b3d8914b8aa6e684fa7eb5ba738b34ebaa54c94bf32a9eab515de&width=414)
Jawal El Yamiq, el marroqu¨ª pucelano, acab¨® el partido de los cuartos de final contra Portugal besando la cabeza de Pepe. El excentral del Madrid tuvo la ¨²ltima ocasi¨®n en un bal¨®n a¨¦reo muy franco y la mand¨® fuera para m¨¢s inri de Cristiano Ronaldo y ¨¦xtasis del defensa del Valladolid, que cerr¨® el duelo como el jugador con m¨¢s robos (10). El parte m¨¦dico hab¨ªa obligado al seleccionador, Walid Regragui, a tirar del banquillo y El Yamiq (en su primer partido como titular en el torneo) ech¨® m¨¢s fuego en la hoguera marroqu¨ª. Contra Francia, fue de nuevo de la partida; sin embargo, no tard¨® en aparecer en la foto del 1-0 de Theo Hern¨¢ndez. Midi¨® mal en un intento de corte y ese fue el inicio de un desmontaje en cadena de la ¨²ltima l¨ªnea marroqu¨ª. El lateral del Milan, en escorzo, con m¨¦rito tambi¨¦n, no tuvo piedad de Yassine Bono.
?D¨®nde estaba hasta entonces el libro de instrucciones de Marruecos? Croacia, B¨¦lgica, Espa?a, Portugal y la ¨ªnclita Canad¨¢ se hab¨ªan perdido en Qatar busc¨¢ndolo. Los norteafricanos solo hab¨ªan encajado un gol, y hab¨ªa sido en propia puerta (Aguerd) contra los norteamericanos. Francia tard¨® cinco minutos en encontrar el libreto. Un poco se lo dieron tambi¨¦n los marroqu¨ªes, un poco por una quiebra muy temprana de su escudo de protecci¨®n. A Bono, en cinco partidos, solo le hab¨ªan rematado a puerta seis veces. Esta vez, la primera lleg¨® a los cinco minutos y dentro. Y en el tramo final, el segundo remate entre los tres palos (adem¨¢s de un palo), tambi¨¦n acab¨® en la cazuela.
El Yamiq, de 30 a?os y uno de los ocho convocados que naci¨® en ese lado del Estrecho, no estaba de paso en el desierto de Jor. Tampoco en el ¨¢rea contraria. ?De d¨®nde se sac¨® esa chilena? Su equipo hab¨ªa botado un c¨®rner al borde del descanso y, en la segunda acci¨®n, se elev¨® como un equilibrista de circo o un contorsionista para agarrarla arriba y estamparla en el palo de Lloris.
Marruecos lleg¨® hasta las semifinales defendiendo mucho y bien, pero, sobre todo, despleg¨¢ndose con un ardor guerrero sin igual que iba mucho m¨¢s all¨¢ de una cuesti¨®n futbol¨ªstica. De nuevo con una masa en las gradas que solo admite comparaci¨®n en el anfiteatro argentino, los muchachos de Regragui sudan como maratonianos y van a todas. No hay v¨ªa para la negociaci¨®n. Si Mbapp¨¦ gana la l¨ªnea de fondo, Amrabat se tira con las dos piernas en una decisi¨®n que solo ten¨ªa dos soluciones: blanca o negra. Marruecos no negocia y Amrabat, el pivote al que en Italia le apodaron El Monstruo, menos.
El golpe inicial les oblig¨® a salir de la cueva y amasar lo que no quisieron durante casi todo el campeonato: la pelota. Francia, que funciona a otra velocidad que el resto del mundo, les llev¨® al filo en varias contras. A cambio, los norteafricanos replicaban con Ziyech o Ounahi, ese del que Luis Enrique se sorprendi¨® tras el duelo de octavos. El atacante del Chelsea, mientras, cogi¨® el partido por la pechera tras el descanso. Un gran pelotero al que, tres meses antes del Mundial, le pasaron la mano por el lomo para surfear todos juntos la ola de la bah¨ªa de Doha, muy cerca de su hotel blindado de West Bay.
?l simboliz¨® los nuevos aires que corrieron en la selecci¨®n con la llegada al cargo de Regragui. En gran parte, fue una operaci¨®n de salvar al soldado Ziyech, en las mazmorras del bosnio Vahid Halilhodzic. Y ¨¦l asumi¨® el liderazgo en la carga a la puerta gala en la segunda mitad. Casi todo pasaba por ¨¦l, inclinado en el costado izquierdo. No les sobraron las ocasiones a Marruecos y Francia, sin importarle ese guion, bien abrigada, viv¨ªa con la espada afilada. No se sent¨ªa inc¨®moda.
As¨ª discurr¨ªa la trama en el ¨²ltimo cuarto del choque, con la intriga de las ventajas m¨ªnimas, hasta que regres¨® a escena el actor secundario El Yamiq, de nuevo en la foto del 2-0. El defensa pucelano fall¨® en una salida de bal¨®n y Mbapp¨¦ se lo hizo pagar con sangre. Le lleg¨® la pelota dentro del ¨¢rea y escap¨® de la c¨¢rcel de defensores marroqu¨ªes que le acosaron para que Kolo Muani fulminara la noche.
Los jugadores de Marruecos acabaron derrengados sobre el c¨¦sped, exhaustos, mientras su grada rompi¨® en aplausos. A la espera del duelo por el tercer puesto del s¨¢bado, en el imponente Al Bayt, en el desierto de Jor, acab¨® la historia m¨¢s emotiva de Qatar. Aqu¨ª hincaron la rodilla los Leones del Atlas.
¡°Jugamos un f¨²tbol honesto y de trabajo¡±
Marruecos progres¨® en el Mundial y asombr¨® a todos con su enorme despliegue f¨ªsico, y fue precisamente el f¨ªsico lo primero que le fall¨®. Ya sufri¨® por el parte m¨¦dico en cuartos contra Portugal y ayer, ante Francia, perdi¨® a Aguerd en el calentamiento, a Saiss en el minuto 21 y a Mazraoui en el descanso. Tres de los cinco defensas que Walid Regragui hab¨ªa dispuesto. Con la salida de Saiss, se resitu¨® en l¨ªnea de cuatro. Muchos imprevistos en un equipo que, l¨®gicamente, no iba sobrado y que se vio castigado en la zona en la que m¨¢s seguro deb¨ªa sentirse.
¡°Hemos tenido varios lesionados y eso no ha ayudado. Hab¨ªa demasiados jugadores al 60% o 70%. Con todos en forma, les habr¨ªamos creado m¨¢s problemas. Queremos digerir esta derrota, pero sentimos que pod¨ªamos haber ido m¨¢s lejos. Los peque?os detalles deciden los campeones¡±, expres¨® el seleccionador, que lament¨® tambi¨¦n que el 1-0 para el minuto cinco les sac¨® de rueda. ¡°Didier [Deschamps] es muy listo. Hoy tuvimos mucha posesi¨®n y nos castigaron cuando la perdimos. Ante una selecci¨®n como la francesa, el m¨¢s m¨ªnimo error se paga¡±, admiti¨® Regragui, que se present¨® como un tipo ¡°ambicioso¡±. ¡°Si no lleg¨¢bamos a semifinales, ser¨ªa un fracaso y me ir¨ªa¡±, asegur¨®. Llegaron y todos dan por descontado que continuar¨¢. ¡°Ahora queremos terminar terceros¡±, a?adi¨®.
Lamidas las heridas y lamentados los imprevistos, fue el momento de la reivindicaci¨®n por el hist¨®rico Mundial (primera selecci¨®n africana y ¨¢rabe en alcanzar las semifinales) y de mirar atr¨¢s en paz. ¡°Hemos demostrado que el f¨²tbol marroqu¨ª existe. Dimos lo mejor de nosotros¡±, proclam¨®. ¡°Nos damos cuenta de que hemos conseguido algo grande ya. Vimos las fotos y lo felices que est¨¢n en nuestro pa¨ªs. Quer¨ªamos mantener vivo el sue?o. Les dije [a los jugadores] que estaba orgulloso de ellos, el rey tambi¨¦n, igual que el pueblo marroqu¨ª. Jugamos un f¨²tbol honesto y de trabajo. Ha sido una buena imagen de Marruecos y de ?frica. Represent¨¢bamos a nuestro pa¨ªs y a nuestro continente. Hemos mostrado a los africanos que podemos tutear a los grandes. Ahora debemos mostrarlo de manera regular¡±, desarroll¨® Regragui.
Francia no fue Espa?a ni Portugal, sino una selecci¨®n mucho m¨¢s directa y cl¨ªnica ante Yassine Bono. ¡°Los dos goles fueron jugadas muy extra?as. Los jugadores de Francia, con lo buenos que son, aprovechan todo¡±, lament¨® el portero del Sevilla, que reconoci¨® que el primer tanto tan tempranero les oblig¨® a salirse del guion. ¡°Francia estuvo muy replegada y debimos tener protagonismo. Hoy [POR AYER]nos encontramos con un partido distinto. El primer gol nos hunde, pero seguimos insistiendo y tuvimos varias ocasiones. Luego lleg¨® el segundo gol y ah¨ª se acab¨®¡±, analiz¨® el meta.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter especial sobre el Mundial de Qatar
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.