Montiel, de la periferia de La Matanza a lograr la tercera estrella para Argentina
Apodado ¡®El Alem¨¢n¡¯ por su tenacidad y constancia, el lateral del Sevilla marc¨® el penalti definitivo en la final del Mundial
El f¨²tbol argentino, tricampe¨®n desde este domingo, se nutre de tres geograf¨ªas principales, ninguna como la posiblemente mayor f¨¢brica mundial de futbolistas, Rosario y su zona de influencia en la provincia de Santa Fe: a la ciudad de Lionel Messi y ?ngel Di Mar¨ªa, autores de los ...
El f¨²tbol argentino, tricampe¨®n desde este domingo, se nutre de tres geograf¨ªas principales, ninguna como la posiblemente mayor f¨¢brica mundial de futbolistas, Rosario y su zona de influencia en la provincia de Santa Fe: a la ciudad de Lionel Messi y ?ngel Di Mar¨ªa, autores de los tres goles de Argentina en la final ante Francia ¨Cy tambi¨¦n de C¨¦sar Menotti, Marcelo Bielsa y el Trinche Carlovich¨C, se le suma un radio de 100 kil¨®metros en el que nacieron, entre tantos, Jorge Valdano y Lionel Scaloni. En un continuado hacia el centro del pa¨ªs, los pueblos internos de la provincia lindera, C¨®rdoba, concentran ahora el orgullo local de Juli¨¢n ?lvarez como antes de Mario Kempes, Pablo Aimar u Oscar Ruggeri. El tercer aporte central, ya lejos de los campos y las planicies interminables, es pura urbanidad: el conurbano bonaerense, el enorme conglomerado que rodea a Buenos Aires y en el que nacieron Diego Maradona y varios de los campeones de Qatar 2022, entre ellos Enzo Fern¨¢ndez ¨Celegido mejor jugador juvenil del Mundial¨C y Gonzalo Montiel, otro de los futbolistas que lleg¨® a Doha como actor de reparto y se fue en una estela de eternidad, como el hombre que, en nombre de Messi, convirti¨® el penal de la tercera estrella. El jugador del Sevilla lo hizo a su modo: como el m¨¢s insospechado especialista desde los 11 metros.
Si los chicos y chicas de las provincias de Santa Fe y C¨®rdoba se forman en canchas de c¨¦sped o tierra, en el gran Buenos Aires la pelota empieza a rodar sobre baldosas o cemento, la superficie del baby f¨²tbol, una especie de futsal formativo para ni?os que, ya cerca de los 10 a?os, pasan a los campos de juego para adultos. El principal municipio de la periferia bonaerense es La Matanza, mitad calles de tierra y mitad de asfalto, casi una Argentina dentro de la Argentina con 2.200.000 habitantes, el distrito con mayor densidad poblacional del pa¨ªs. Referencia de la clase obrera, en el sacrificio y orgullo de La Matanza germin¨® el penal que le dio el Mundial a Argentina y a Messi.
¡°Hay chicos que vienen a jugar al f¨²tbol para pasarla bien, pero Gonzalo siempre vino para ser futbolista¡±, reconstruye Bruno Quinteros, el entrenador que m¨¢s sigui¨® la carrera de Montiel, primero en Brisas al Sud, un peque?o club de futsal, y luego ya en dos etapas formativas en River. ¡°Yo trabajaba con el Tano Nan¨ªa, un buscador de talentos en La Matanza, que tambi¨¦n descubri¨® a Leandro Paredes ¨Cotro flamante campe¨®n del mundo¨C cuando ten¨ªa 4 a?os. Una de las primeras im¨¢genes que recuerdo de Gonzalo es cuando entren¨¢bamos cabezazos con una pelota atada a una soga: es un ejercicio que a los chicos no les gusta, pero Gonzalo ya era un animal, hac¨ªa dar vuelta a la pelota por arriba del p¨¦ndulo. Ten¨ªa 6 a?os, pelo largo, vinchita (cinta), una fiera. No era un virtuoso, hab¨ªa jugadores m¨¢s t¨¦cnicos, pero sab¨ªas que ¨¦l iba a llegar¡±, agrega Quinteros.
De segundo nombre Ariel por el fanatismo de su abuelo Jer¨®nimo por Ariel Ortega, ¨ªdolo de River, Montiel lleg¨® a ese club en 2009. Ten¨ªa 12 a?os y pocas palabras y sonrisas, como si concentrara toda su energ¨ªa en el f¨²tbol para ganarle al futuro. De familia trabajadora, padre alba?il y madre personal de limpieza (¡°no pod¨ªamos ir a la cancha porque no ten¨ªamos plata para la entrada¡±, dijo), cada viaje en transporte p¨²blico para entrenar desde Virrey del Pino, al final de La Matanza, duraba dos horas y media. Montiel tambi¨¦n se hizo fuerte desde el dolor: a su abuelo Jer¨®nimo lo mat¨® una vecina a balazos que no soportaba los ladridos de sus perros.
¡°Volv¨ª a dirigirlo en River, en prenovena, y siete a?os coincidimos en una pretemporada. ?l ya hab¨ªa debutado en Primera y yo estaba en el cuerpo t¨¦cnico de la Reserva. A comienzos de cada a?o se hace el Yoyo Test, una evaluaci¨®n f¨ªsica de recorridos cortos pero intensos, de 20 metros. Gonzalo era el ¨²nico que romp¨ªa la m¨¢quina, iba y ven¨ªa, una bestia¡±, recuerda Quinteros sobre un pibe que, con su primer sueldo, le compr¨® la casa a sus padres.
Aunque su apodo es Cachete, en el cuerpo t¨¦cnico de Marcelo Gallardo hubo quien lo defini¨®, por su tenacidad y constancia, ¡°el alem¨¢n¡±. Ese alem¨¢n de La Matanza, que de defensor central pas¨® a lateral por falta de altura, nunca se hab¨ªa encargado de tiros libres ni de penales. Pero River entr¨® en crisis desde los 11 metros: erraban todos los especialistas, los talentosos y los delanteros como Rafael Borr¨¦, Juan Fernando Quintero, Ignacio Fern¨¢ndez y Mat¨ªas Su¨¢rez. Montiel sorprendi¨® al sumarse a una definici¨®n por penales contra el Cruzeiro de Brasil, por los octavos de final de la Copa Libertadores 2019, y lo que parec¨ªa una excepci¨®n se convirti¨® en un nuevo cl¨¢sico: desde entonces no dej¨® de patear y de convertir, siempre con distintos estilos, siempre enga?ando al arquero, a veces dedic¨¢ndoselos al cielo a su abuelo con las iniciales de sus mascotas, L e I, Lucas e Indio. En River anot¨® los ocho que ejecut¨® hasta sumarse al Sevilla.
A la espera de ganarse la titularidad en Espa?a, su dedicaci¨®n es tan grande que la semana pasada se mostr¨® a disposici¨®n del partido que el equipo de Jorge Sampaoli jugar¨¢ este mi¨¦rcoles ante Juventud Torremolinos por la Copa del Rey, sin tener noci¨®n del rol que le esperaba en la ¨²ltima jugada del Mundial ni del delirio que lo recibir¨ªa en su pa¨ªs.
Suplente de Nahuel Molina en el Mundial, Montiel totaliz¨® 107 minutos en tres partidos: fue titular ante M¨¦xico e ingres¨® en los tiempos suplementarios ante Pa¨ªses Bajos y Francia, partidos en los que acert¨® en ambas definiciones por penales. Impecable, lleva diez de diez. Scaloni cont¨® que, despu¨¦s de los 120 minutos de la final, Montiel estaba llorando porque hab¨ªa cometido el penal que Kylian Mbapp¨¦ transform¨® en el 3-3 final. ¡°Igual pate¨¢s el cuarto¡±, le dijo el t¨¦cnico, confiado. Montiel enga?¨® a Hugo Lloris con un no look ¨Cmirar hacia un costado para distraer al arquero rival¨C y, aunque no le dio tiempo para dedic¨¢rselo en el estadio Lusail a su abuelo, La Matanza tambi¨¦n es campeona del mundo.
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