El rey del f¨²tbol se llama Leo
Messi cierra en Qatar un c¨ªrculo victorioso que le sit¨²a por encima de todas las celebridades del mundo
Leo Messi eligi¨® la final de las finales para ganar la Copa del Mundo, la mejor manera para acabar con el debate sobre qui¨¦n es el mejor jugador de la historia, porque el rosarino a ratos fue una bestia como Pel¨¦, en ocasiones tuvo la determinaci¨®n de Di St¨¦fano, no hubo dudas de su parentesco con Maradona y en alguna jugada se advirti¨® incluso el cambio de ritmo de Cruyff. Hubo tiempo para repasar su carrera y tambi¨¦n la de las celebridades mundiales, as¨ª como los momentos m¨¢s brillantes del torneo en un partido memorable, compendio del Mundial. Alcanzar¨¢ con ver la emocionante final de Qatar para explicar y comprender el reinado del irreductible Messi.
Argentina sali¨® campeona desde que el torneo se convirti¨® en la Copa de Messi. A partir de la Copa Am¨¦rica 2021 nadie dud¨® sobre la identificaci¨®n del exazulgrana con la Albiceleste. Maracan¨¢ se pleg¨® entonces al 10 y ahora claudic¨® Qatar. Alcanz¨® con soplar para que cayera un penalti para el inventario de Messi. Ya con el viento a favor, apareci¨® la versi¨®n art¨ªstica del 10 en el 2-0. Mbapp¨¦ no perdon¨® cuando Messi descans¨® hasta el 2-2. El argentino reapareci¨® entonces para gobernar la pr¨®rroga y no perdon¨® en la rueda de los penaltis despu¨¦s de ser requerido por tercera vez por Mbapp¨¦. En la bonanza y en la adversidad, en los distintos estados de ¨¢nimo, mand¨® el 10.
El fen¨®meno Messi se impuso a la condici¨®n de favorito de Francia. Ya no est¨¢ Maradona, ni Cruyff, tampoco Di St¨¦fano y preocupa la salud de Pel¨¦. El silencio siempre favoreci¨® a Messi, seguramente porque solo ha querido ser un futbolista y no un or¨¢culo, inc¨®modo con cualquier comparaci¨®n, incluso cuando ya posa con la corona de rey despu¨¦s de cerrar el c¨ªrculo con la conquista del Mundial. Al capit¨¢n argentino ya no le queda reto por cumplir a sus 35 a?os, campe¨®n de Liga, de Europa, del Mundo, Pichichi y siete veces Bal¨®n de Oro, despu¨¦s de quedar fuera de la ¨²ltima lista de 30 nominados por France Football.
Aseguraba Guardiola, el entrenador que m¨¢s le ha marcado, que nada motivaba m¨¢s a Messi que el de poner en evidencia a quien le advert¨ªa de un reto por cumplir, como fue por ejemplo el de marcar un gol de cabeza, antes de dejar con la boca abierta a Van der Sar en la final de la Champions de 2009 ante el Manchester United. Nada se resiste ya al 10, ni siquiera la Copa que acaba de conquistar con su juego y tambi¨¦n con su deseo, el factor diferencial para entender su triunfo en Qatar. ¡°El tango es deseo y el deseo es lo que nos salva¡±, asegura la cantante Adriana Varela.
A Messi no parece que le guste bailar y, sin embargo, su f¨²tbol remite al tango por su capacidad para acelerar y frenar ¡ª¡±enga?o, tiempo y distancia¡±, palabras de Menotti¡ª, para seducir y gobernar, para disfrutar en lugar de sufrir y tambi¨¦n por la motivaci¨®n con la que ha afrontado la Copa. Ni Cristiano ni Mbapp¨¦ han resistido a Messi. El argentino ha acabado con los rivales, rebatido a los cr¨ªticos, desautorizado a los difamadores y ninguneado a los esc¨¦pticos y a cuantos han levantado sospechas sobre sus ¨¦xitos, porque siempre se remiti¨® a la cancha y al bal¨®n, en Barcelona, Par¨ªs, Buenos Aires, R¨ªo o Lusail.
No se venci¨® de ni?o cuando algunos entrenadores dudaban de si sabr¨ªa procesar el solfeo de la Mas¨ªa. Tampoco cuando escuch¨® que le llamaban ¡°enano hormonado¡± por la medicaci¨®n que tomaba para su crecimiento y que le oblig¨® a dejar Rosario por Barcelona. Y menos en los momentos en que se dudaba de su liderazgo en Argentina por considerar que ganaba porque era un producto del mejor Bar?a. Messi aguant¨® y devolvi¨® con v¨®mitos en la cancha la bilis generada por las lesiones y las frustraciones, la verg¨¹enza por ser pillado por Hacienda, hasta alcanzar el ¨¦xito cada temporada y la gloria definitiva en el Mundial 2022.
Nadie ha llevado la contraria al Messi m¨¢s argentinizado y maradoniano porque jug¨® cada partido con la fe de que no fuera el ¨²ltimo, hasta the last dance. La vida en un partido (el 171) y en dos goles (el 98) de la Albiceleste. Messi agarr¨® la pelota, agarr¨® el partido, agarr¨® la responsabilidad, agarr¨® la victoria y agarr¨® aquella Copa que solo pudo mirar con el rabillo del ojo en Brasil 2014. Messi ya no observaba, como en Maracan¨¢, Alemania 2006 ¡ªdolido por su suplencia¡ª, Sud¨¢frica 2010 ¡ªacomplejado por Maradona¡ª o Rusia 2018 ¡ªcon el himno¡ª sino que se sinti¨® admirado en Qatar.
¡±?Qu¨¦ mir¨¢s, bobo! ?Anda p¡¯all¨¢ bobo, anda p¡¯all¨¢!¡±, exclam¨® el 10 el d¨ªa que se le acerc¨® el goleador Weghorst para pedir su camiseta despu¨¦s de calentar la tanda de los penaltis del partido de cuartos contra Pa¨ªses Bajos. Y ya se sabe que es mejor ser malo que bobo en Argentina. El rosarino ha mandado en su equipo, en la cancha y en el torneo y su figura crepuscular se ha impuesto al f¨²tbol moderno asociado al f¨ªsico y al big data, y tambi¨¦n al estilo, a la t¨¢ctica o al m¨¦todo, o si se quiere a la intensidad. Las mil variantes, individuales o colectivas quedaron supeditadas al talento del 10. Ni atletas ni gal¨¢cticos, sino que todos han confluido en Messi.
Messi y la Albiceleste acabaron por absorber a un exuberante Mbapp¨¦, autor de tres goles, y a la imperial Francia. Los franceses agrandaron la fiesta de Messi a partir de la pegada de un imponente Kylian. El capit¨¢n, que se forj¨® en la contrariedad de los cuatro campeonatos anteriores, estuvo muy sabio en el quinto y definitivo, influyente en el juego, decisivo en los goles, muy concentrado en los penaltis y divertido en la fiesta, sonriente desde que pudo besar la Copa mientras recib¨ªa el trofeo al mejor jugador de la final. No solo domin¨® la estad¨ªstica, sino tambi¨¦n las sensaciones por su frescura y liberaci¨®n, muy selectivo en su triunfal invierno en el desierto de Qatar.
Ya no hay reproches que valgan para Messi. Si a los 23 a?os se le descontaban los trofeos que perd¨ªa, conquistar el Mundial a los 35 supone una heroicidad despu¨¦s de haber sido ya campe¨®n sub-20, campe¨®n ol¨ªmpico en Pek¨ªn 2008 y campe¨®n de Am¨¦rica en 2021. Los a?os han pasado para muchos futbolistas, menos para Messi. El rey del f¨²tbol eligi¨® la final por excelencia para pasar a la eternidad. Ya no es aquel jugador callado, humilde y frustrado que lloraba, sino que habla, se r¨ªe y disfruta como campe¨®n, el mundo a sus pies. Nunca dud¨® de que un d¨ªa todos acabar¨ªan por aceptar que es el n¨²mero uno.
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