Djokovic avanza y se enzarza con la grada inglesa: ¡°Si alguien se pasa de la raya, respondo¡±

Ya ha anochecido en Londres y Novak Djokovic toca el viol¨ªn, clasificado para los cuartos de final (6-3, 6-4 y 6-2 a Holger Rune, en 2h 03m) y cabreado por la musiquilla que ha escuchado durante el partido, esos ¡°Ruuuuuuuune¡± de la grada de Londres a coro. ¡°A todos los que han elegido faltarme al respeto les deseo una buuuuuuuena noche. Buuuuuuena noche, bueeeeena noche¡±, repite tres veces. ¡°No, no, no. No lo acepto. S¨¦ que estaban anim¨¢ndole a ¨¦l, pero al mismo tiempo es una excusa para abuchearme. Llevo m¨¢s de 20 a?os en el circuito [desde 2003 exactamente] y, creedme, conozco todos los trucos y s¨¦ c¨®mo funcionan las cosas. Est¨¢ bien, ok, me centro en la gente respetuosa que ha pagado la entrada para venir aqu¨ª y que ama el tenis y a los jugadores. Creedme, he jugado en ambientes mucho m¨¢s hostiles que este. Esto no me afecta¡±, expresa en caliente el campe¨®n de 24 grandes.

El serbio, de 37 a?os, tiene motivos m¨¢s que de sobra para la alegr¨ªa. Ha batido a Rune en l¨ªnea recta, figura una vez m¨¢s entre los ocho mejores del torneo ¡ªchocar¨¢ en un par de d¨ªas con el australiano Alex de Mi?aur¡ª y sigue en disposici¨®n de alzar el octavo t¨ªtulo en Londres, con el que igualar¨ªa el r¨¦cord de Roger Federer y a?adir¨ªa un grande m¨¢s al expediente. La felicidad, sin embargo, es incompleta. Quiere Djokovic que le quieran, habiendo profesado una y otra vez su amor a los cuatro vientos por el torneo que le encandil¨® cuando era un ni?o ¡ªel embrujo de la hierba y Pete Sampras¡ª y habiendo hecho un esfuerzo m¨¢s que considerable para poder estar presente estos d¨ªas; hace un mes pasaba por el quir¨®fano y el proceso de rehabilitaci¨®n ha sido duro, de modo que no termina de entender esos gritos.

Operado el 5 de junio en Par¨ªs de un desgarro de menisco, Nole ya ha superado cuatro rondas y contin¨²a progresando, rodillera incluida, pero no comprende la actitud del p¨²blico ingl¨¦s, que respalda al n¨®rdico con el objetivo de darle vidilla a la noche. M¨¢s o menos, lo habitual en el tenis; posicionarse de parte del que va por detr¨¢s en el marcador. Tras anotarse el segundo set, el balc¨¢nico lanza un par de besos a la grada y luego, lanza un contundente reproche en la dedicatoria. M¨¢s tarde, ya en fr¨ªo, responde en la sala de conferencias sin profundizar demasiado en el tema. Se explica el serbio, molesto y dolido.

¡°No s¨¦ lo que Wimbledon puede hacer al respecto. Quiero decir, la gente paga la entrada y tiene derecho a estar all¨ª y a animar como quiera; ellos eligen c¨®mo se comportan. S¨ª, quiz¨¢ el juez de silla o quien sea puede intervenir en ciertos momentos y calmarlos, pero no hay mucho que puedas hacer. No vas a echarlos porque se est¨¢n portando mal o faltando al respeto. As¨ª son las cosas. Forma parte del deporte¡±, afirma Nole, quien mantiene una extra?a relaci¨®n con la grada inglesa. Heptacampe¨®n del torneo, no le queda m¨¢s remedio que aceptar la predilecci¨®n local por el suizo Roger Federer. ¡°Desesperado por ser amado¡±, describ¨ªa en su d¨ªa el diario The Telegraph.

¡°Los aficionados son una de las mayores razones por las que estamos aqu¨ª, por la que el torneo es tan importante hist¨®ricamente y por la qu¨¦ somos reconocidos mundialmente. Pagan las entradas y hacen cola para venir aqu¨ª, y yo respeto eso. Los verdaderos aficionados al tenis respetan a los jugadores y, por supuesto, van a apoyar a un jugador o al otro; es totalmente comprensible que tengan la libertad de elegir a qui¨¦n apoyan, pero si alguien se pasa de la raya, respondo. Eso es b¨¢sicamente. Despu¨¦s del partido dije lo que dije¡­¡±, zanja el asunto, pensando ya en reponer fuerzas de cara al pulso del mi¨¦rcoles con De Mi?aur y tambi¨¦n contrariado. La Centre Court suele buscarle las cosquillas y, una vez m¨¢s, le ha encontrado.

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