No hay atenci¨®n administrativa a un barrio construido con protecci¨®n oficial
El urbanismo es tema central en la tabla reivindicativa de dos zonas, Progreso y Puerto Chico, con un deterioro galopante en las estructuras de las viviendas. Las empresas quebraron y se fueron; el Ministerio de la Vivienda se encuentra con un problema para el que, al parecer, no tiene bolsillo suficiente.
Angel Luna, vicepresidente de la Asociaci¨®n de Cabezas de Familia de Progreso y Luis S¨¢nchez, vocal social de la misma asociaci¨®n, expusieron en dos partes el problema de la colonia San Jos¨¦ Obrero de la Obra Sindical del Hogar.?La colonia fue construida por los mismos vecinos que habitan las casas con materiales muy deficientes por falta de dinero. Las cubiertas comenzaron muy pronto a hacer agua, a resquebrajarse y a caerse. La Obra Sindical del Hogar destin¨® entonces 24 millones de pesetas para la reparaci¨®n de la colonia. Este dinero deber¨ªa invertirse poco a poco.?
Comenz¨® la primer¨¢ fase de reparaciones, pero el problema se agrav¨® al encontrar que los cielos delas viviendas eran de caflizo, muy fr¨¢gil, y que por ¨¦l pasaban las conducciones el¨¦ctricas de las casas y por miedo a un cortocircuito se dejaron las obras condenadas. Surgi¨® una pol¨¦mica entre los alba?iles, representantes de los vecinos y los miembros de la empresa constructora. Finalmente se lleg¨® al acuerdo de que hab¨ªa que reparar los tejados y los techos. Una vez decidido y cuando los vecinos esperaban que continuasen las obras, las empresas dijeron que no hab¨ªa dinero. Consecuencia, que s¨®lo se han arreglado tres bloques y los otros tres tendr¨¢n que esperar hasta que el presupuesto llegue.
Los vecinos tomaron entonces contacto con el colegio de Arquitectos y propusieron que alguno de sus miembros visitara las obras. Ha ce algo m¨¢s de un mes que se realiz¨® el estudio de la zona y el dictamen verbal fue contundente: hab¨ªa peligro de ruina por el estado de los techos.
?Cuando env¨ªen el informe por escrito y sepamos los t¨¦rminos del mismo, derrunciaremos a la Obra Sindical del Hogar.?
Los vecinos se preguntan todav¨ªa d¨®nde est¨¢n esas 200.000 pesetas anuales que, en conjunto, pagan para la conservaci¨®n del barrio.
Una multa de 10.000 pesetas
La colonia Zoyme surgi¨® apresuradamente, al calor de los problemas de vivienda quecientos de emigrantes venidos del sur de Espa?a ten¨ªan. En los a?os 60 comenz¨® a construirse.
?La gente estaba loca por meterse en un sitio con techo. Las casas se construyeron por las buenas y la urbanizadora prometi¨® urbanizar las calles. No lo hizo y los vecinos pusieron varias denuncias a las que nunca se dio contestaci¨®n. Mantuvimos una entrevista con el entonces delegado de obras del Ayuntamiento, se?or Pell¨®n, quien prometi¨® hacerse cargo del asunto. Oblig¨® a la emprela a urbanizar y asfaltar las calles. La empresa se neg¨® y nos enteramos que le hab¨ªa impuesto una multa de 10.000 pesetas por incumplimiento de sus obligaciones.?
El alumbrado de que dispone el barrio es viejo e insuficiente, a pesar de que muchas calles se han arreglado, el sistema de iluminaci¨®n es el mismo, en muchos casos, que el que se coloc¨® en el a?o 1936.
Las escuelas existentes en el barrio son pocas, privadas y caras. Un solo colegio municipal no puede albergar a la poblaci¨®n estudiantil, hijos en la mayor¨ªa de los casos de obreros. ?Muchos de nosotros trabajamos en la construcci¨®n. El paro es ahora grande y no podemos permitirnos el lujo de mandar nuestros hijos a un colegio privado.? El barrio carece de clubs juveniles y de guarder¨ªas municipales o estatales.
Rosario P¨¦rez, presidenta de la Asociaci¨®n de Amas de Casa de Carabanchel Bajo, habl¨® sobre el tema. ?En una zona compuesta en su mayor¨ªa por poblaci¨®n joven existen muchos ni?os peque?os, pero no hay ninguna guarder¨ªa estatal gratuita. Tres guarderias son de C¨¢ritas, con precios m¨®dicos, pero con plazas insuficientes, el resto son privadas, con tarifas m¨ªnimas de 4.000 pesetas al mes y malas condiciones. El sitio es muy reducido y el n¨²mero de ni?os muy grande. Hay otras guarder¨ªas de la Secci¨®n Femenina del Movimiento con precios que oscilan entre las 2.000 y 2.300 pesetas al mes. ?
Centralismo dentro de Madrid
Existen en el barrio de Progreso dos servicios de autobuses cubiertos por camionetas perif¨¦ricas. Una de ellas da billete de ida y Vuelta, pero la otra no ha implantado el sistema. ?Hemos ido a la direcci¨®n de Transportes Mar¨ªtimos y Terrestres para aclarar el motivo por el -que esa l¨ªnea no. da billete de ida y vuelta?, dijo Luis S¨¢nchez: ?Los barrios,estamos un poco desmadrados, todo nuestro sistema de comunicaciones est¨¢ dirigido al centro de Madrid?.
Para que un vecino vaya desde un barrio a otro, (trayecto que a pie recorrer¨ªa en veinte minutos), tiene que tomar necesariamente varios autobuses, pasar por el centro de Madrid, gastarse m¨¢s dinero y perder m¨¢s tiempo. Ser¨ªa muy conveniente estudiar un sistema completo de comunicaciones entre barrios para agilizar el tr¨¢fico por el centro y ahorrar tiempo y dinero a los vecinos de las zonas perif¨¦ricas.
Fernando Cerezal, vicepresidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Puerto Chico, uno de los barrios de Aluche, consider¨® en su intervenci¨®n durante la mesa re donda que el problema esencial de la zona tiene car¨¢cter urban¨ªstico. ?El barrio se construy¨® en 1965 y tiene 4.180 viviendas, todas ellas de protecci¨®n oficial. El problema fundamental estriba en las defi ciencias que tienen las casas a nivel de muros, vigas, cimientos y habi taciones. Otra serie de deficiencias tiene car¨¢cter general -propio de infraestructura, como la falta de bocas de riego, alcantarillas o jar dines. Los corrimientos de tierra son frecuentes y esto ocasiona baches gigantescos en las calles. Se mantienen los mismos problemas que hab¨ªa en 1967.
Desde un primer momento, los vecinos organizaron el sistema de mejorar las condiciones del barrio. Surgi¨® la Asociaci¨®n que consiggi¨® ciertos ¨¦xitos al principio frente a las empresas constructoras y se plantearon ciertas denuncias ante el Ministerio de la Vivienda. El propio Ministerio se olvid¨® de ellas y permiti¨® la disoluci¨®n de las empresas que hab¨ªan construido y urbanizado el barrio, cuando deber¨ªa haberla impedido y abierto expediente en el a?o 1968 por la actuaci¨®n de las constructoras.
Los vecinos hemos present¨¢do recurso administrativo ante el ministerio, por una parte, y nos hemos acogido a la v¨ªa penal contra los individuos que forman los consejos de administraci¨®n de estas empresas, en cuanto personas f¨ªsicas, porque no se puede llevar la lucha contra unas personas jur¨ªdicas que se han disuelto. Esta v¨ªa se cort¨® porque las diligencias condujeron al sobreseimiento del caso sin juicio. El recurso administrativo, frente al ministerio, trata de hacerle responsable de nuestra situaci¨®n y exigir que sea el propio ministerio quien se haga cargo de las obras necesarias. Para ello contratamos un grupo de arquitectos que presupuestaron las obras indispensables en 65 millones de pesetas. Sin embargo, el Ministerio no quiere aceptar su responsabilidad, aunque acepta las deficiencias existentes.
En vista del punto muerto en que nos encontr¨¢bamos, se organiz¨® una serie de manifestaciones, con marcha al Ministerio de la Vivienda incluida, que ha hecho que el tema vuelva a replantearse.?
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