La generaci¨®n de 1976
Los D¨ªas de M¨²sica Contempor¨¢nea, organizados por Radio Nacional, han tenido a mi modo de ver, eficacia. Desde el homenaje a Moderna y Dallapiccola, que era urgente rendir hasta la aparici¨®n de la denominada ¨²ltima promoci¨®n, todo se ha sucedido con normalidad, inter¨¦s y ausencia de ¨¦nfasis. Volvieron pent¨¢gramas de Gombau, Homs, Hidalgo, Prieto y Olavide en versiones del Grupo Sonda, dirigido por Prieto con hondo conocimiento de la materia; tuvimos la visita del grupo barcelon¨¦s de Guinjoan para a?adir a los t¨ªtulos espa?oles (Benguerel, Guinjoan, Coria, Cano y Encinar) el del franc¨¦s Antoine Tisn¨¦, m¨²sico ya maduro y escasamente conocido en estos pagos. Despleg¨® Pedro Espinosa su m¨¢gica teor¨ªa de espa?oles contempor¨¢neos que pensaron en el piano o, por mejor decir, en el del propio Espinosa: Acilu, Barce, Bernaola, Guinjoan, Hidalgo, Marco, Cruz de Castro, Coria y Cano; una nueva salida de LIM (no es un partido pol¨ªtico sino el Laboratorio de Interpretaci¨®n Musical) toc¨® obras de Villa, Rojo, Riviere, Senosia¨ªn y Marco al lado de otra de Jean Pipineau-Couture y, en fin, el Grupo Glosa present¨® a las Ultimas Promociones. En suma: estrenos, reestrenos y, en los auto res y los int¨¦rpretes, un aire fresco de m¨²sica viva. Pero no se trata de resumir sino de algo m¨¢s importante: en uno y otro programa, mezclados con compa?eros mayores o presentados a modo de equipo, han aparecido en estos D¨ªas quienes componen la nueva generaci¨®n. Hace alg¨²n tiempo que Juli¨¢n Mar¨ªas, despu¨¦s de su sistematizaci¨®n del m¨¦todo hist¨®rico de las generaciones, nos avisa sobre la salida a los medios, precisamente en este a?o de 1976, de una generaci¨®n nueva. Ah¨ª la tenemos, en lo musical. Conviene aprender los nombres de sus componentes y resultar¨¢ apasionante seguir la evoluci¨®n de su obra. Como sucede en todo caso generacional, muchos de sus compositores a que nos referimos no inician, precisamente ahora, su carrera. Algunos, incluso, cuentan ya con triunfos internacionales. Estoy con Mar¨ªas, sin embargo, en cuanto a la cifra que nos servir¨¢ para aludir a esta generaci¨®n. Es m¨¢s, se me antoja necesario revisar las fechas s¨ªmbolo de las generaciones musicales espa?olas, operaci¨®n primera para un buen orden a la hora de historiar.M¨¢s o menos, los compositores de la generaci¨®n de 1976, han nacido entre 1948 y 1954. En los D¨ªas fueron programados, los madrile?os Pablo Riviere, Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, Mar¨ªa Escribano y Alfredo Aracil; los valencianos, Jos¨¦ Luis Berenguer y Lorenzo Barber; el navarro, Fernando Palacios; los andaluces, Francisco Guerrero, Jos¨¦ Ram¨®n Ripoll y Rafael Senosia¨ªn. Sin ¨¢nimo exhaustivo ha escrito Jos¨¦ Ram¨®n Encinar recintemente sobre los citados y otros que no estuvieron presentes, esta vez, en la programaci¨®n: Miguel Angel. Mart¨ªn Llad¨®, Fern¨¢ndez Alvez, Antonio Ag¨²ndez, Ro¨ªg-Francol¨ª, Jos¨¦ Manuel Berea, Francisco Javier Ruiz, Luis Gasser.
DiferenciasPor la procedencia y la, est¨¦tica, dentro del amplio grupo pueden detectarse las l¨®gicas diferencias de pensamiento y es pronto, todav¨ªa, para llegar a precisiones generacionales. M¨¢sa¨²n cuando si algo,unifica a todos es un concepto del arte en libertad desde el que se niega, por principio, cualquier acomodaci¨®n de lenguaje que de generar¨ªa, con el uso, en manierismo. Si los antecesores inmediatos de la nueva generaci¨®n tuvieron que hacer tabla rasa de muchos problemas que, anteriormente, preocuparon a los compositores europeos -la eterna huida o aproximaci¨®n a esta o aquella escuela, tendencia o centro de presi¨®n- los m¨¢s j¨®venes nacen al mundo de la creaci¨®n sonora descargados de ,cualquier fardo semejante.
Ha tenido la ¨²ltima generaci¨®n algo que les falt¨® a las precedentes: asideros. La dobl¨¦ causa de la guerra civil y la crisis del nacionalismo oblig¨® a los Halffter y De Pablo -en algo todav¨ªa a Tom¨¢s Marco- a buscar enlace y hasta informaci¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras. Desde hace algunos a?os, la actividad y la ense?anza, siquiera sea a modo de clases especiales, de los citados y Carmelo Bernaola constituye no un magisterio en el sentido que tuvo anta?o tal concepto pero s¨ª, una posibilidad de informaci¨®n primera y de di¨¢logo. Encinar, en el trabajo aludido
-...escribir de amigos? (Rese?a, Marzo 1970- se tefiere con-brevedad a otro importante factor: la existenci4 de grupos especializados e individualidades capaces de da? vida a las obPas nuevas, grupos en los que -habitualmente- intervienen comositores- instrumetalistas o directores-compositores. Un concepto de taller se impone como medio seguro para entrar en contacto, con la realidad musical, para ?vivir las obras? apenas terminadas.
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