En lo que va de a?o, un encierro cada cuatro d¨ªas

M¨¢s de cuatro mil personas protagonizaron reclusiones voluntarias en iglesias madrile?as, por motivos pol¨ªticos y laborales, durante el curso de los cuatro primeros meses de 1976. En veintiocho ocasiones y dentro del periodo contemplado, se realizaron encierros en el interior de templos situados en Madrid, como adopci¨®n de actos protestatarios encaminados a combatir decisiones y posturas empresariales o administrativas.En Madrid se ha producido una reclusi¨®n cada cuatro d¨ªas, siete encierros por mes- por las causas apuntadas, en lo que va de a?o.

Participaron en estas acciones trabajadores de diferentes ramos: metal, construcci¨®n, transportes, etc., y profesionales encuadrados en otras actividades: profesores de ense?anza primaria, taxistas, artistas, estudiantes, y chabolistas completaron el abanico humano de madrile?os que ser acogieron a esta decisi¨®n social.

Las principales causas que precipitaron la postura de los protagonistas de estos hechos fueron: solicitar la readmisi¨®n para trabajadores despedidos o represaliados, peticiones de puesta en libertad para detenidos, disconformidad sobre reivindicaciones y negociaciones laborales y protestas contra las condiciones en que viven determinados sectores de la ciudad.

Veintisiete de los encierros se llevaron a cabo en parroquias madrile?as y, tan s¨®lo en una ocasi¨®n, se produjo una reclusi¨®n en otro edificio p¨²blico: el Museo del Prado, lugar donde varias docenas de artistas realizaron un acto de protesta contra el arresto y ocupaci¨®n de material de trabajo, al pintor Juan Genov¨¦s y al escultor Rafael Mullor.

Las reclusiones, en su mayor parte, se sucedieron dentro del casco urbano madrile?o, aunque tambi¨¦n se protagonizaron otras acciones de este tipo en pueblos de la provincia: Alcal¨¢ de Henares,Torrej¨®n de Ardoz, San Fernando de Henares y Getaf¨¦.

Uno de los encierros -realizado en marzo- fue llevado a cabo por cinco trabajadores malague?os que viajaron hasta Madrid, para proceder a una huelga de hambre en el interior de un templo de la capital. Trataban con esta decisi¨®n de atraer con su postura la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica, sobre el problema del paro, que alcanza caracteres alarmantes en la capital andaluza. El resto de los encierros tuvieron representaci¨®n netamente madrile?a.

Los edificios eclesi¨¢sticos elegidos para desarrollar las reclusiones -en algunos casos se repitieron diferentes encierros en los mismos templos- fueron: Nuestra Se?ora de Luj¨¢n, San Federico, San Sebasti¨¢n, Dulce Nombre de Maria, San-Mart¨ªn de Porres, Los Sacramentinos, Jes¨²s Obrero, San Antonio, Nuestra Se?ora de la Monta?a, Virgen del Val, Santa Eulalia, San Sim¨®n y San Judas, parroquia de Villaverde Alto, Nuestra Se?ora de F¨¢tima, San Isidro, El Buen Pastor, Nuestra Se?ora de Aluche, San Ambrosio y Sagrado Coraz¨®n de Maria.