Alicia ante el espejo
Es ya lugar com¨²n entre las actrices de estas ¨²ltimas d¨¦cadas su eterno lamentarse ante la falta de papeles femeninos principales en los films importantes que hoy se realizan. Tal circunstancia no reza para ¨¦ste, reci¨¦n llegado hasta nosotros, dedicado a narrar la historia de una mujer y un ni?o a trav¨¦s de pueblos y ciudades, a lo largo de carreteras y caminos. Esta Am¨¦rica que se nos muestra aqu¨ª no es la habitual de las grandes avenidas, de Nueva York, San Francisco o Las Vegas; tampoco se trata de descubrir a ning¨²n delincuente ni de mostrarnos problemas de cualquier ¨ªndole social. De lo que aqu¨ª se trata es de conocer a una mujer y su hijo, en lucha con el m¨¢s antiguo enemigo del hombre, contra su propia soledad. La conocemos primero ni?a en un sue?o de perdido para¨ªso, m¨¢s tarde casada y, finalmente, vac¨ªa, luchando por imponerse a un mundo ni del todo hostil, ni del todo indiferente, tal como es cuando la juventud queda ya lejos y el porvenir, m¨¢s all¨¢ de la mitad del camino, se nos antoja incierto, rumbo a un final definitivo. A un lado y otro de esas ¨¢ridas autopistas, que la pareja recorre est¨¢ esa Am¨¦rica distinta, una Am¨¦rica de hoy, entrevista al paso y sin embargo desde dentro, desde los diversos oficios que es preciso aceptar, desde el lecho de los hombres y tambi¨¦n desde moteles baratos donde dormir una noche o esconder la angustia, el miedo, los d¨ªas gastados o vencidos.Corre a lo largo de esta historia un h¨¢lito de angustia y a la vez de simpat¨ªa al que no es ajeno el di¨¢logo real, vivo, eficaz que no imita la vida en torno sino que la recrea, que todo lo dice sin alardes, como sin importancia, haci¨¦ndonos pasar de la tragedia al humor en un solo momento, al tiempo que la imagen. La Am¨¦rica violenta, indiferente y a la vez provinciana y honesta se adivina a lo largo de este viaje, sin tics dram¨¢ticos, sin sermones entre l¨ªneas, sin alegatos monocordes, s¨®lo a trav¨¦s del arte singular de Ellen Burstyn y la sabia realizaci¨®n de Martin Scorsese que, c¨¢mara en mano, y casi siempre en escenarios naturales, ha sabido dar a esa soledad antes aludida forma precisa entre la comedia de costumbres y el simple reportaje. Su facilidad para contarnos una historia dram¨¢tica apoy¨¢ndose casi constantemente en el humor evidencia no s¨®lo su saber con los actores, sino su dominio del contrapunto el montaje. Incluso ese final feliz con que termina la pel¨ªcula no invalida el resto de la historia, pues, en realidad se trata de un final en el que, como siempre en la vida, se nos remite otra vez al principio. Tal vez esta Alicia que confiesa no poderse pasar sin un hombre, lo encuentre al fin; tal vez su hijo consiga llegar a ese m¨ªtico Monterrey de sus sue?os. De todos modos -y es lo que m¨¢s importa-, cuando la historia acaba, el que la ha conocido as¨ª se lo desea, lo cual viene a decirnos que, una vez terminada, es v¨¢lida, puesto que queda en pie, puesto que, una vez concluida, todav¨ªa perdura.
Alicia ya no vive aqu¨ª
Gui¨®n, Robert Getchell. Direcci¨®n, Mart¨ªn Scorsese. Int¨¦rpretes, Ellen Burstyn, Kris Kristofferson, Alfred Lutier, Harvey Keitel. Dram¨¢tico. 1974. Local de estreno. Cine Avenida
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.