?Por qu¨¦ no los liberales?
Espa?a vive momentos apasionantes de su historia. Una nueva ¨¦poca empieza a dibujarse en el horizonte. El contexto europeo que nos rodea es rico tambi¨¦n en m¨²ltiples iniciativas y propuestas. Vivimos tiempos clar¨ªsimos de cambio, de confrontaci¨®n, de un feliz alumbramiento.El marxismo como ideolog¨ªa, el comunismo como sistema, por encima de los acomodos t¨¢cticos que en su seno puedan operarse, en raz¨®n de su designio marcadamente imperial, realizan en estos momentos un profundo examen de conciencia para tratar de adaptarse en Europa a las exigencias del tiempo actual. Demostrar¨ªamos una cierta simpleza, no exenta de miop¨ªa, si no advirti¨¦ramos en todo ello una profunda autorrevisi¨®n de posiciones. Creo que ser¨ªa err¨®neo, en este sentido, querer despachar todo este proceso de cambio al que nos estamos refiriendo acudiendo tan s¨®lo a los cl¨¢sicos clich¨¦s propagand¨ªsticos y a ciertas declaraciones burdamente unilaterales, a las que tan acostumbrada est¨¢ una buena parte de la derecha perezosa y reaccionaria.
Pero es tambi¨¦n necesario reconocer que la concepci¨®n tradicional cristiana de la vida y el mundo est¨¢, a su vez, siendo sometida a una profunda rectificaci¨®n. Y tampoco en este caso se puede pensar que se trata, pura y simplemente, de una maniobra oportunista para ganar adeptos o recuperar ciertos estratos de la sociedad, claramente marginados de la Iglesia Universal. Un movimiento de purificaci¨®n y de vuelta a las fuentes, de desnudismo, de abandono de acumuladas oxidaciones del pasado, est¨¢ provocando el que la Iglesia, el pueblo de Dios en marcha, est¨¦ empezando a presentar ya una nueva faz, menos jer¨¢rquica e institucional, m¨¢s fraternal y comprometida con las realidades temporales, de sufrimiento y opresi¨®n del mundo contempor¨¢neo.
Y, llegando a este punto, me pregunto yo, ?se nos podr¨¢ negar a los que postulamos una inspiraci¨®n liberal para nuestra acci¨®n pol¨ªtica, el derecho a la actualizaci¨®n y moderniz¨¢ci¨®n de nuestro pensamiento, para concurrir tambi¨¦n con nuestro esfuerzo a la modelaci¨®n de una nueva sociedad m¨¢s justa y solidaria, libre y rabiosamente humana?
Quien crea que una posici¨®n liberal de nuestro tiempo va a quedar anclada en la filosof¨ªa y en los presupuestos acu?ados en el siglo pasado, en la defensa de un capitalismo manchesteriano, y la pr¨¢ctica constitucional del XIX, est¨¢ muy equivocado o piensa claramente en una direcci¨®n sectaria e interesada.Nosotros tambi¨¦n, como liberales, tenemos un mensaje que ofrecer a nuestro pa¨ªs y un m¨¦todo y una praxis que se nos antoja positiva e incitante para contribuir, en la pluralidad y en la solidaridad, al dise?o de una Espa?a m¨¢s ¨ªntegra, m¨¢s libre y fraternal.
?Cu¨¢i es ese mensaje?, ?cu¨¢l es ese m¨¦todo?
?Nosotros pensamos que un pa¨ªs justo, moderno y complejo, en armon¨ªa con el modelo de sociedad avanzada que aspiramos construir, s¨®lo puede edificarse desde la libertad y para la libertad. Para nosotros, pues, la libertad tiene una doble funci¨®n, la de objetivo de la construcci¨®n pol¨ªtica- y la de instrumento de esa misma construcci¨®n. Si no es para la libertad, no tiene sentido el proyecto. Pero si no se hace desde la libertad es imposible realizarlo? (del manifiesto fundacional del Partido Dem¨®crata Popular).
Nuestra meta es, pues, la libertad, entendida ¨¦sta como liberaci¨®n, liberaci¨®n de todas las injusticias, opresiones y abusos de poder como los que hoy existen a lo largo y a lo ancho de nuestra geograf¨ªa nacional. Nuestro m¨¦todo para la construcci¨®n de una sociedad igualitaria de espa?oles que vivan de su trabajo es precisamente la libertad, la admisi¨®n y el reconocimiento de un sistema de libertades no simplemente individuales, sino colectivas -libertad sindical, derecho de huelga, derecho de negocliaci¨®n colectiva, derecho a la participaci¨®n en la gesti¨®n de las empresas, etc., etc-, en definitiva, la necesidad de operar dentro del marco de una sociedad pluralista. Dicho pluralismo lo entendemos, a su vez, en el sentido de propiciar un cuadro abierto a una pluralidad de opciones reales frente al uniformismo impuesto, as¨ª como plataforma de tolerancia pol¨ªtica de la sociedad real frente a las r¨ªgidas concepciones dogm¨¢ticas pretendidamente salvadoras. En fin, para nosotros una concepci¨®n plural supone un mecanismo de adaptaci¨®n permanente a una cambiante realidad social frente al inmovilismo de las ideolog¨ªas unitarias y excluyentes.
En este sentido, estamos convencidos de que la ausencia de unistema plural de libertades, termina pag¨¢ndose un d¨ªa u otro con la tiran¨ªa o con la ineficacia. Y aqu¨ª reside, en este punto, nuestra irre ductible oposici¨®n a los reg¨ªmenes totalitarios, ya sean de tinte fascista o de inspiraci¨®n comunista, por cuanto que si debe haber algo en la Espa?a del futuro que no debe ser objeto de transacci¨®n ni de discusi¨®n, es precisamente, esa libertad que postulamos. Frente a la acusaci¨®n que hist¨®ricamente, algunas veces, se ha hecho, no sin cierta justificaci¨®n, de que los liberales amamos la libertad, pero somos tibios en la b¨²squeda de la justicia y la m¨¢xima igualdad, me gustar¨ªa anunciar, para comprometerme, que la nue va alternativa liberal que hoy estamos fraguando va a ponerse a la cabeza de la lucha por la consecuci¨®n de una sociedad definitivamente libre e ilimitadamente solidaria, y que esta bandera la vamos a enarbolar con decisi¨®n, pero sin, demagogias, en concurrencia con otros sectores domocr¨¢ticos del pa¨ªs.
Nuestra creencia es que la desigualdad no es el fruto natural de la libertad, sino de las distintas situaciones de poder incontrolado existentes hoy en nuestra sociedad; poder incontrolado que es as¨ª precisamente lo contrario de la libertad plural que defendemos. Pero, con la misma seguridad con que afirmamos esto, estamos decididos a reconocer que la propiedad no es fuente, sin m¨¢s, de legitimaci¨®n del poder econ¨®mico, y dicha afirmaci¨®n nos lleva necesariamente a defender, no solamente.la instauraci¨®n de un sistema de democracia pol¨ªtica para Espa?a ,sino tambi¨¦n, con gran convicci¨®n, un sistema de democracia social, y econ¨®mica. -
Compartimos plenamente los anhelos socialistas de construcci¨®n de una sociedad justa e igualitaria, pero discrepamos con decisi¨®n de la metodolog¨ªa y los caminos que hasta ahora nos proponen. Yerra el socialismo,a nuestro juicio, en su af¨¢n de uniformizaci¨®n de la sociedad, en su pertinaz utilizaci¨®n de la v¨ªa de las nacionalizaciones econ¨®micas, en fin, en su dirigismo centralista. En la sociedad occidental avanzada que propugnamos, creemos que se va,a imponer una concepci¨®n de inspiraci¨®n liberal y de democracia social y econ¨®mica como la que nosotros defendemos.
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