Colectivizar Ia econom¨ªa, objetivo preferente
Congesti¨®n y colectivizaci¨®n. Estos son los t¨¦rminos de moda en Suecia. En los partidos pol¨ªticos, en los sindicatos y en las empresas se habla con frecuencia de estas dos f¨®rmulas que dar¨¢n un nuevo giro a la estructura econ¨®mica del pa¨ªs.Ambos temas deber¨¢n ser tratados. en el Riksdag y en la central obrera, antes de las elecciones de septiembre.
El Partido Socialdem¨®crata, cauto, permanece a la expectativa y no quiere hacer campa?a electoral de estos temas, hasta ver c¨®mo se desarrollan los acontecimientos. Los partidos burgueses, por su parte, ponen especial ¨¦nfasis en criticar la colectivizaci¨®n, acus¨¢ndola de ser una nueva forma de concentraci¨®n del poder en unas pocas manos.
De un lado, se trata de reformar el art¨ªculo 32 de la reglamentaci¨®n patronal, que dispone que es el patr¨®n el encargado de ordenar el trabajo, dirigir la producci¨®n y emplear y desemplear a los trabajadores. La poderosa central sindical, L. O., ha venido presionando durante los ¨²ltimos a?os para que desaparezcan estas atribuciones patronales y sean los trabajadores los encargados, a trav¨¦s de sus representantes, de controlar la producci¨®n.
El proyecto, cuyo estudio se encarg¨® a una comisi¨®n mixta del Parlamento y que se encuentra actualmente siendo examinado por el Tribunal Supremo, prev¨¦ que el propietario de la empresa no podr¨¢ tomar ning¨²n tipo de decisi¨®n que afecte a aqu¨¦lla si no negocia antes con el sindicato. Los trabajadores, por otra parte, tendr¨¢n acceso a cualquier tipo de documentos o informaciones de la empresa.
Pese a la oposici¨®n de la organizaci¨®n patronal y de los partidos burgueses, la reforma del art¨ªculo 32 parece inminente. O, al menos, la promulgaci¨®n por parte del Riksdag de leyes que hagan imposible el funcionamiento del art¨ªculo 32 y que permitan la intervenci¨®n de los trabajadores en las decisiones empresariales.
Un proyecto de colectivizaci¨®n, a m¨¢s largo plazo, completa esta reforma sustancial del socialismo sueco. Las propuestas del economista de la central obra Rudolf Meidner (ver recuadro adjunto) suponen lo que podr¨ªa denominarse la ?colectivizaci¨®n sin traumas?, es decir una f¨®rmula de traspaso de la propiedad de los medios de producci¨®n de los empresarios a los trabajadores, que se realizar¨ªa en iun plazo de veinte a?os, a partir de 1980.
El ?caso Bergrnan?
El segundo pilar del modelo sueco, el impuesto directo progresivo, tambi¨¦n se encuentra sometido a una fuerte cr¨ªtica. Recientemente, la expatriaci¨®n voluntaria del realizador cinematogr¨¢fico y director teatral Ingmar Bergman, ha puesto de actualidad el tema de los impuestos en Suecia.
A finales del pasado mes de enero, Bergman fue detenido por la polic¨ªa fiscal mientras dirig¨ªa unos ensayos en el Teatro Dram¨¢tico Real de Estocolmo. Acusado de fraude, por no haber declarado los beneficios obtenidos por una productora cinematogr¨¢fica que posee en Suiza, Bergman sufri¨® una crisis nerviosa que, seg¨²n sus palabras, estuvo a punto de llevarle al suicidio y tuvo que ser hospitalizado durante dos meses.
Una vez recuperado, Bergman decidi¨® autoexiliarse, no sin antes de escribir una carta abierta al diario liberal Expressen, en la que denunciaba esa burocracia que crece ?como un c¨¢ncer galopante? y anunciaba que ?para que el honesto contribuyente sueco no crea que soy un vulgar defraudador, dejo toda mi fortuna en Suecia, a disposici¨®n de la administraci¨®n de ir¨¢ puestos., En caso de que pierda el proceso en curso, me comprometo a pagar hasta el ¨²ltimo c¨¦ntuirio. No quiero estar en deuda con mi patria?.
El director cinematogr¨¢fica que se declara ?social-dem¨®crata convencido?, critica esencialmente las humillaciones de que le hizo objeto la polic¨ªa fiscal y denuncia la existencia de un ?aparato burocr¨¢tico insensible?.
Comentando el escaso Bergman?, el semanario Newsweek se refer¨ªa recientemente a la existencia en Suecia de ?un ej¨¦rcito de inspectores de impuestos, armados con poderes especiales que derivan, en parte, de una ley contra el terrorismo, y recordaba que hace dos a?os, con ocasi¨®n de un a inspecci¨®n de impuestos a la clase m¨¦dica, dos doctores se suicidaron. Incluso se refiere el semanario a la aparici¨®n de una nueva ?econom¨ªa de trueque?, en la que los profesionales se intercambian servicios mutuamente, sin utilizar el dinero y, por tanto, sin pagar impuestos.
El caso de la autora de cuentos infantiles Astris Lindgren, tambi¨¦n alcanz¨® relieve internacional, cuando protest¨® porque el porcentaje a pagar de impuestos sobre sus ingresos era del 102 por 100.
PR?XIMO CAP?TULO
Las fuerzas en presencia.
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