Los liberales alemanes rechazan la alianza con los democristianos

El Congreso del Partido liberal alem¨¢n de Friburgo termin¨® con el resuItado esperado. Hans-Dietrich Genscher, presidente del Partido Liberal, vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores cumpli¨® lo que hab¨ªa prometido antes de iniciarse el Congreso. Insisti¨® en que los liberales alemanes desean continuar la coalici¨®n con los socialdem¨®cratas m¨¢s all¨¢ de las elecciones generales del 3 de octubre si los electores alemanes otorgan a los actuales partidos gubernamentales la confianza para otro per¨ªodo legislativa. Los 400 diputados liberales reunidos en Friburgo, vieron a un Genschen visiblemente seguro en su papel de l¨ªder liberal, en parte a causa de algunas encuestas realizadas recientemente, seg¨²n las cuales sus compatriotas le consideran como el pol¨ªtico alem¨¢n con credibilidad (59 por 100). Genscher se encar¨® en su discurso con la oposici¨®n; cristianano dem¨®crata con t¨¦rminos de dureza nada habituales en ¨¦l. ?El fracaso en la oposici¨®n no constituye motivo suficiente para aspirar al Gobierno.?En esta lapidaria frase se condensa el ataque frontal de los liberales alemanes contra la aspiraciones e ilusiones de los cristianodem¨®cratas de constituir una coalici¨®n con ellos.

Genscher no dej¨® lugar a dudas de que su postura frente a los aliados en el Gobierno se centraba esencialmente en la figura del actual canciller, Helmut Schmidt, quien en muchos casos hab¨ªa adoptado una postura contraria a las concepciones imperantes en la base de su propio partido. El programa electoral de los liberales destaca por la voluntad de implantar reformas en los terrenos social, ense?anza y laboral. Los liberales propugnan una mayor difusi¨®n de la propiedad, la transformaci¨®n de las estructuras periclitadas en el campo de la formacion profesional y ense?anza universitaria, con la supresi¨®n del ?numerus clausus? y un reparto m¨¢s equitativo de la riqueza de la naci¨®n.

Puntos de fricci¨®n

No obstante, el programa de los liberales encierra bastantes puntos de fricci¨®n con Ios socialdem¨®cratas, especialmente en terreno de la cogesti¨®n paritaria, tema liquidado, aunque s¨®lo en parte, en el presente periodo legislativo, con la adopci¨®n de un modelo que no satisface los sindicatos, como tampoco a gran parte de los socialdem¨®cratas. Pese a tales descreridas ideol¨®gicas y prom¨¢ticas entre liberales y socialdem¨®crata existen hoy por hoy algunas posibilidades de consenso que entre cristiano-dem¨®cratas y liberales. Los Iiberales de Genscher saben jugar a la perfecci¨®n la baza de Gobierno social-liberal de cuatro ministros de considerable pularidad y considerados adem¨¢s, como tecn¨®cratas de dif¨ªcil sustituci¨®n, como son el ministro de econom¨ªa, Friderichis: el del lnterior, Maihofer; el de Agricultura, Ertl y el propio Genscher, ministro de Exteriores. Tambi¨¦n ha sacado provecho el Partido Liberal del hecho de haber aprobado su programa m¨¢s tarde que sus contrincantes pol¨ªticos. Sobre todo, la democracia cristiana de Helmut Kohl equivoc¨® su ?timing? al ofrecer su plataforma electoral antes que los otros dos. El lema de los conservadores, libertad en lugar de socialismo ha sido, en consecuencia, el blanco predilecto tambi¨¦n de los liberales en su Congreso de Edmburgo, que lo consideran como una afirmaci¨®n de arrogancia rayana en la de famaci¨®n. Los liberales rechazan por igual los experimentos socialistas y el inmovilismo pol¨ªtico.