Contin¨²a la crisis de la mayor¨ªa gubernamental francesa
El encuentro que sostuvieron el pasado fin de semana, en el fuerte de Bregan?on, Giscard d'Estaing y su primer ministro, Jacques Chirac, pero como representantes de sus respectivos partidos (republicano independiente y gaullista), no acab¨® con el ¨¦xito que se buscaba, y la crisis de la mayor¨ªa que gobierna la V Rep¨²blica, enfrentando a gaullistas y el resto de los partidos, tiende a romperse, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, como anuncia nuestro corresponsal.
Un silencio dram¨¢tico ha sido el resultado inmediato de la cumbre del fuerte de Bregan?on, en donde se han entrevistado sobre la crisis de la mayor¨ªa gubernamental francesa el presidente de la Rep¨²blica, Giscard d'Estaing, y el primer ministro, Chirac. Ning¨²n comunicado, ninguna declaraci¨®n, ni un solo gesto. Ayer noche, ambos personajes estaban de vuelta en Par¨ªs. Salvo iniciativa espectacular, repentina, este mismo martes, los comentaristas convienen en que la soluci¨®n o compromiso de Bregan?on habr¨¢ que buscarlo en la orientaci¨®n que tome, a partir de hoy mismo, la continuaci¨®n del debate parlamentario sobre las plusval¨ªas.Esta cuesti¨®n, el giro atl¨¢ntico de la defensa nacional y la lucha sorda de los centristas y de los republicanos independientes (las otras dos compenentes de la mayor¨ªa) contra los gaullistas, son las causas ¨²ltimas de la atm¨®sfera de crisis, cuyo desenlace, nadie lo duda, podr¨¢ retrasarse m¨¢s o menos, pero ser¨¢ mort¨ªfero entre gaullistas y giscardianos.
El fondo del problema no est¨¢ ni en la pol¨ªtica exterior, m¨¢s europea y atl¨¢ntica, ni en la interior, m¨¢s reformista, de intenci¨®n al menos, del se?or Giscard d'Estaing, quien goza de la aprobaci¨®n del gaullismo hist¨®rico. Est¨¢ en la Asamblea Nacional, donde el partido preponderante de la mayor¨ªa es el gaullista. De aqu¨ª la divergencia permanente, porque el Partido de los Republicanos Independientes, de Giscard, y los centristas, de los Lecanuet, Servan-Schreiber y Dourafour, son minoritarios.
Lo dicho explica la t¨¢ctica cotidiana, visible o no, del giscardismo, dirigido particularmente por los se?ores Poniatowski y Lecanuet: eliminar del Partido Gaullista el elemento dram¨¢tico que tiene el nombre de primer ministro. En efecto, el se?or Chirac, es el l¨ªder de los gaullistas, pero es tambi¨¦n su prisionero, al mismo tiempo que se debe al presidente de la Rep¨²blica.
Este tablero de ajedrez, t¨¢ctico-pol¨ªtico, es el que han estudiado el presidente y su jefe de Gobierno en Bregancon. A primera vista, teniendo en cuenta el odio insuperable entre centristas y gaullistas, la ¨²nica soluci¨®n consistir¨ªa en adelantar definitivamente las legislativas y, as¨ª, el presidente podr¨ªa conseguir una mayor¨ªa parlamentaria congruente con la mayor¨ªa presidencial que lo elegi¨®. El riesgo, en tal caso, consistir¨ªa en que las elecciones pod¨ªan ganarlas las izquierdas.
S¨®lo el electorado, creen los observadores, podr¨¢ solucionar el grave conflicto que divide a la mayor¨ªa. Pero, en espera de tal posibilidad, cercana en todo caso, un cambio de primer ministro o una crisis ministerial no se descartan.
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