Tres etapas en el entendimiento de la informaci¨®n
Un veterano y prestigioso periodista me contaba en una ocasi¨®n que comenz¨® una clase, en la desaparecida Escuela Oficial de Periodismo preguntando a los alumnos qui¨¦nes de entre ellos ten¨ªan vocaci¨®n de mercenarios. Naturalmente, nadie confes¨® tal inclinaci¨®n vocacional, si es que alguno la sent¨ªa. El profesor dijo a los alumnos que ninguno de ellos serv¨ªa para la profesi¨®n period¨ªstica. Indudablemente, mi amigo y colega caricaturizaba la cuesti¨®n, pues ¨¦l mismo es testimonio, en su historia profesional, de todo lo contrario. Pero la caricatura no es m¨¢s que la exageraci¨®n de una realidad para hacerla m¨¢s penetrante. Y lo cierto es que, en la ¨¦poca en que ocurri¨® la an¨¦cdota, hab¨ªa mucho de verdad en la calificaci¨®n mercenaria del periodista. Al menos en Espa?a.En las relaciones de los hombres entre s¨ª, y con determinadas instituciones sociales se va operando un cambio social. Durante algunos per¨ªodos de la Historia, parece que el cambio adquiere una inusitada fluidez, en s¨ª mismo considerado;. y encuentra muy sensibilizad.), a la comunidad en su apreciaci¨®n. Cualquiera que observa la realidad del cambio social operado en el ¨²ltimo medio siglo, tendr¨¢ que admitir que fluidez y sensibilidad se han producido en relaci¨®n con los fen¨®menos de la comunicaci¨®n social. Una simple referencia descriptiva de las variadas causas y los m¨²ltiples efectos del cambio en la informaci¨®n, ocupar¨ªa muchas p¨¢ginas. No es ¨¦ste el prop¨®sito. Pero s¨ª es oportuno observar desde qu¨¦ ¨¢ngulos ha venido proyectado el cambio.
Nuevos medios
No se puede negar, que en gran parte, el cambio ha venido imperado por la aparici¨®n de nuevos medios de comunicaci¨®n. Los antiguos medios impresos, libro y prensa, hab¨ªan visto surgir a fines del siglo pasado el cine. La regulaci¨®n jur¨ªdica y el estudio del lenguaje cinematogr¨¢fico pusieron de relieve, por similitud y por contraste, la cualidad de medio atribuible al teatro, cuya mayor antiguedad en el conjunto de los medios nadie discute. La publicidad, al menos para los que la entienden como medio, se hab¨ªa ya tecnificado. Los a?os veinte de este siglo, observan la aparici¨®n eruptiva de la radiodifusi¨®n, que m¨¢s tarde incluy¨® en este nombre gen¨¦rico a la televisi¨®n. La producci¨®n masiva de discos, a partir del microsureo, lleva a englobarlo tambi¨¦n como medio al que se asimilan todo tipo de grabaciones, auditivas o visuales, capaces de ser reproducidas que se incluyen hoy en la denominaci¨®n global de medios de autoprogramaci¨®n. La aparici¨®n de medios sigue oper¨¢ndos¨¦ con mayor o menor fortuna inmediata, pero siempre con su espec¨ªfico porvenir a largo plazo. Baste citar, como ejemplos m¨¢s conocidos, la radiotelevisi¨®n por cable y los sat¨¦lites de comunicaci¨®n directa.
Pero no son solamente los medios los que han hecho y hacen que bulla la informaci¨®n. Tambi¨¦n los mensajes, desde dos puntos de vista. Por una parte, porque sin Regar a la exageraci¨®n de McLuhan cuando afirma que el medio es el mensaje, lo cierto es que la ampliaci¨®n de los medios ha abierto enormes. posibilidades comunicativas a los mensajes, y a sus contenidos. Por otra, porque los mi smos mensajes,sobre todo considerados como objeto del derecho a la informaci¨®n, han logrado, a trav¨¦s de su estudio cient¨ªfico, ampliar, profundizar y depurar su capacidad expresiva.
El cambio social m¨¢s trascendente se ha producido, empero, como es l¨®gico, por la proyecci¨®n desde los sujetos implicados en el fen¨®meno informativo. Si se me permite una clasificaci¨®n personal, puede decirse que en la Informaci¨®n, intervienen tres tipos de sujetos. En primer lugar -ya tendremos ocasi¨®n de ver el por qu¨¦ de esta primac¨ªa -lo gica- el que se puede llamar sujeto universal, ya olvidada aquella calificaci¨®n impropia de sujeto pasivo, que en rigor, abarca al p¨²blico y a todos los dem¨¢s sujetos. En segundo t¨¦rmino, el sujeto cualificado, que es el sujeto individual que tiene,por oficio informar, y que se encuentra en distinto grado de profesionalizaci¨®n. Comp¨¢rese la profesionalidad del redactor de un peri¨®dico, por ejemplo, con la cuas¨ª profesionalidad de un escritor de libros. En ¨²ltimo t¨¦rmino, el sujeto organizado o sujeto plural que para intervenir en el proceso informativo exige una organizaci¨®ri m¨¢s o menos compleja. La figura paradigm¨¢tica de estas organizaciones es la empresa informativa. Pero no es la ¨²nica. Las iglesias, los organismos internacionales, los estados, las administraciones centrales, locales o institucionales, las asociaciones, los partidos, etc¨¦tera, tambi¨¦n informan y est¨¢n organizados para informar.
Algunos de estos entes organizados intervienen en la informaci¨®n a otro t¨ªtulo distinto al de su finalidad de informar. El control o el fomento de la informaci¨®n, se ha atribuido, por ejemplo, a la Administraci¨®n, en el sentido m¨¢s amplio de la palabra. El cambio social operado en la informaci¨®n ha ida creando, precisamente, organismos administrativos nuevos de los que el ejemplo m¨¢s a mano lo constituyen los Ministerios de Informaci¨®n.
Tres etapas
En todo caso, los sujetos que intervienen en el proceso informativo han incoado unos cambios profundos en su fenomenolog¨ªa, en su teleolog¨ªa y en su misma comprensi¨®n. Hasta tal punto que el entendimiento de la informaci¨®n, puede considerarse dividido en tres grandes etapas, que pueden bautizarse con los nombres de los tres tipos de sujetos que acabo de definir. En orden cronol¨®gico de su aparici¨®n las tres etapas son la empresarista, la profesionalista y la universalista. La sucesiva aparici¨®n de cada una no ha supuesto la derogaci¨®n de las anteriores. Antes bien, conviven, en mayor o menor dosis, en el momento actual. El an¨¢lisis de cada una de ellas permitir¨¢ comprobarlo. El problema, sin embargo, es el de dosis. Cuando mi amigo, el veterano periodista, preguntaba por la vocaci¨®n mercenaria de sus alumnos, estaba inmerso de lleno en una ideologia empresarista. De la que, quiz¨¢, muchos de los que intervienen en la informaci¨®n todav¨ªa no han salido.
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