Una nueva alternativa: el cambio autom¨¢tico
Nueva... relativamente, porque en Am¨¦rica hace ya m¨¢s de veinte a?os que es un refinamiento supergeneralizado en el autom¨ª¨®vil. Pero en Espa?a, es incluso en el resto de Europa, lo cierto el que no ha comenzado, a populaizarse hasta hace muy pocos anos. El caso es que ahora, casi de golpe, en nuestro mercado nacional aparecen tres coches autom¨¢ticos: el Dodge 3700, que fue el primero; el Chrysler 2 litros y, ¨²ltimamente, el 132-180 Autom¨¢tico de Seat. Tres coches que recogen la herencia, m¨¢s un gran c¨²mulo de perfeccionamientos, de aquellas primeras cajas autom¨¢ticas Hidramatic, Turbomatic, Dinnaflow yotra, desarrolladas en Estados Unidos durante la d¨¦cada de los a?os cincuenta.En esencia, esta transmisi¨®n comprende un convertidor de hace las veces de embrague hidr¨¢ulico, un cambio engranajes planetarios y un ?cerebro? o central de mando que selecciona las velocidades en funci¨®n de la velocidad de desplazamiento del veh¨ªculo y de la depresi¨®n existente en el colector de admisi¨®n.
Conducir un coche autom¨¢tico es realmente la cosa m¨¢s sencilla del mundo. Los ¨²nicos mandos que hay que accionar, adem¨¢s del volante, son el acelerador y el freno, puesto que el pedal del embrague no existe, al ser ¨¦ste de fencionamuento hidr¨¢uluco. Esas maniobras que tan cuesta arribva se les hace a los conductores noveles, como son las del arrenque -con el t¨ªpico ?calado? del motor cuando no se tiene mucha pr¨¢ctica- y las del cambio de velocidades, no es necesario, por t¨¢nto realizarlas: el coche las hace ¨¦l solo con total suavidad y engranando las distintas relaciones en el momento m¨¢s oportuno. La palanca del cambio de velocidades, como tal palanca, tampoco existe; en su lugar hay un selector de seis posiciones que permite adecuar el funcionamiento, de la transmisi¨®n de acuerdo con las, necesidades de cada momento. La puesta en marcha del motor se realiza con el selector en las posiciones N (punto muerto) o P (estacionamiento). A continuaci¨®? se selecciona la posici¨®n de marcha deseada, yasea D (marcha normal en carretera), 2 (conducci¨®n por ciudad o carreteras de monta?a), 1 (m¨¢xima tracci¨®n o retenci¨®n) o R (marcha atr¨¢s). El coche, una vez fijada la posici¨®n del selector y con el motor en marcha, se pone entonces en- movimiento, simplemente soltando el freno y accionando el acelerador, sin necesidad de ninguna otra maniobra previa.
Estas grandes ventajas del cambio autom¨¢tico en cuanto a comodidad y sencillez de conducci¨®n tienen, sin embargo dos peque?as pegas respecto al cambio manual: una, un consumo ligeramente m¨¢s elevado por las p¨¦rdidas de potencia que tienen lugar en el convertidor de par, y en consecuencia una disminuci¨®n de las prestaciones, y otra, ya no tan peque?a, que es el precio de estas transmisiones, todav¨ªa muy alto con relaci¨®n al de las cajas de cambio normales.
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