La gran oportunidad de Miguel Vel¨¢zquez
Miguel Vel¨¢zquez, uno de los hombres de m¨¢s calidad que ha tenido nuestro boxeo, va tener ma?ana su tard¨ªa oportunidad de disputar el t¨ªtulo del mundo. Enfrente tendr¨¢ a un hombre que ha hecho menos asaltos que ¨¦l combates, pero que posee una pegada de especial dureza. El viejo duelo entre la t¨¦cnica y la fuerza decidir¨¢ a cu¨¢l de los dos corresponde la corona.San Sak Muangsurin es una figura singular, aun dentro del mundo del boxeo, lleno de extra?os contrastes. Es un thailand¨¦s dotado del una excepcional fuerza f¨ªsica, que canaliz¨® hacia el ?thai?, o lucha thailandesa. R¨¢pidamente destac¨® y pronto se proclam¨® campe¨®n de Thailandia. ?La Sombra del Diablo? le apodaron, por la facilidad con que escapaba a los ataques de sus rivales y la poca piedad que mostraba hacia ellos cuando les golpeaba. Un buen d¨ªa, Intrabutra, el hombre que lo es todo en el boxeo thailand¨¦s, decidi¨® aconsejarle que se pasara al deporte de las doce cuerdas. Su primera pelea fue un ¨¦xito: gan¨® por K. O. en el primer asalto. En la segunda gan¨® a Furuyama por K. O., en el s¨¦ptimo. Esta victoria sobre un hombre bien clasificado le sirvi¨® para colocarse en el d¨¦cimo puesto del ?ranking? del Consejo. Perico Fern¨¢ndez, campe¨®n entonces, acept¨® una oferta de Intrabutra para trasladarse a Bangkok y exponer all¨ª su t¨ªtulo. En el octavo asalto abandonar¨ªa a causa del calor. Con s¨®lo 16 asaltos, tres de ellos incompletos, Muangsurin se proclamaba campe¨®n del mundo.
El caso de Vel¨¢zquez es muy otro. Se trata de un hombre que ha vivido el boxeo paso a paso. Destac¨® como aficionado, categor¨ªa en la que fue campe¨®n de Espa?a y seleccionado ol¨ªmpico. Despu¨¦s se proclamo campe¨®n mundial militar y lleg¨® al titulo de Europa al vencer, en inolvidable pelea, a Ken Buchanan, un hombre de la m¨¢xima calidad. Las dificultades que encontr¨® para ser nombrado aspirante al t¨ªtulo del mundo le hicieron desilusionarse y aburrirse del boxeo, y un buen d¨ªa viaj¨® a Italia para enfrentarse a Puddu con una idea fija: ?Si pierdo, me retiro?. Falto de est¨ªmulo, fue derrotado, por el italiano y abandon¨® prematuramente el boxeo con veintisiete a?os. Dos m¨¢s tarde, la a?oranza de los compa?eros, de la vida del gimnasio y de la gloria que hab¨ªa conseguido en el ring, le impulsaron a regresar. No ten¨ªa necesidad econ¨®mica de ello; si volvi¨® fue porque hab¨ªa conseguido la madurez necesaria para soportar las injusticias del boxeo. Desde su retorno, ha ganado todas sus peleas excepto una con G¨®mez Fouz, en la que fue declarado vencido entre protestas.
Ahora le llega la gran oportunidad que no encontr¨® en su mejor momento de ilusi¨®n. Es evidente que ello significa que el boxeo est¨¢ devaluado. Que sea campe¨®n del mundo un hombre con 16 asaltos y que se conceda a Vel¨¢zquez, a los treinta y un a?os la oportunidad que se le neg¨® a los veintisiete, hablan de lo mucho que han cambiado las cosas en los ¨²ltimos tiempos. Pese a todo, mucho de lo grande que puede tener el boxeo subsiste. En un bando vamos a tener la joven agresividad de Muangsurin, con veintitr¨¦s a?os que no conoce la derrota. En el otro, la sobria ralidad de Miguel Vel¨¢zquez, un hombre que domina, a trav¨¦s de las impagables ense?anzas de Pampito Rodr¨ªguez, todos los secretos de la t¨¦cnica. Vel¨¢zquez, de largo, es mucho m¨¢s boxeador que Muangsurin. La suerte ha hecho que ahora se le presente la oportunidad que en su d¨ªa se le neg¨®. No importa que llegue tarde; el el caso es que ha llegado y que su calidad y su ejecutoria le hacen merecedor no s¨®lo de disputar el t¨ªtulo, sino de colocarse la corona. Para conseguirlo, tendr¨¢ que hacer valer su clase de gran boxeador ante la pegada de Muangsurin. El viejo duelo entre la t¨¦cnica y la fuerza, entre el aspecto m¨¢s noble del boxeo y el m¨¢s espectacular, tomar¨¢ cuerpo de nuevo ma?ana en el Palacio de los Deportes.
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